PRÓLOGO.

Redacción descriptiva realizada por Juan Manuel E.M., Susana María L.R., y Rosa De Lima E.M. (Jalí)”. Con la inestimable ayuda de nuestro perro guía “Iodo”; sin el que no hubiera sido posible el diseño de “Ciego Aventura”. ¡Gracias bebé!
Nuestro reconocimiento y sincero homenaje a todos aquellos que intervienen directa o indirectamente en la preparación de los perros guía.
Estas rutas han sido descritas específicamente para personas con discapacidad, y muy particularmente ciegos o deficientes visuales.
Buena parte de ellas, tienen su comienzo desde el Cámping “La Dehesa” en el municipio de Cañamares, “Cuenca”.
Queremos agradecer la coolaboración del ingeniero informático: Jacintows. El afamado letrado en derecho y gran conocedor del mundo de la radiocomunicación: Tomás. Así, como a Rafa y familia (Gestores del cámping) por su amabilidad.















EL SENDERISMO

Hablar de caminos y de rutas tradicionales, supone echar una mirada a lo más profundo de nuestra historia. Se tratan, de obras civiles de interés social y cultural que forman, en su conjunto, el patrimonio viario de un territorio, el cual, ha sido la base para el desarrollo de los pueblos, adaptándose a la geografía y a las necesidades de los vecinos y transeúntes, como hoy lo son el conjunto de carreteras y autovías.Los caminos, también pueden concebirse como ‘aulas’ de interpretación y conocimiento de los entornos que recorren. Pero, los avances en los medios de transporte, los nuevos hábitos y costumbres en el medio rural, han dejado olvidados a los pequeños caminos, los cuales paulatinamente se van perdiendo sobre el terreno y en la memoria, con grave riesgo de desaparición.El senderismo o sencillamente, el paseo, suponen un uso generalmente extendido para los viejos caminos, demandado por el visitante foráneo de las ciudades cuando se acerca al mundo rural, en busca de actividades de ocio reconfortantes y sensaciones vivificantes, buscando el encuentro con sus habitantes, tradiciones, productos y entornos naturales. Esta actividad, supone una ayuda complementaria para los proyectos de promoción local de las zonas deprimidas.También, para los habitantes locales, la recuperación y puesta en valor de los caminos, significa recuperar su memoria, recordando aquellas viejas rutas que con tanto esfuerzo se mantuvieron vivas, interpretando el importante legado que contienen y mirando con otros ojos los ecosistemas naturales de cada localidad.

lunes, 21 de abril de 2014

Sinopsis Ruta 22. Mina de Hierro. Circuito V

Llevar agua. No hay fuente.
Ropa de abrigo para visitar la mina.
Calzado cómodo a poder ser deportivo.
Llevar bastón de apoyo.
La mina no es accesible para silla de ruedas, sí el resto de instalaciones como por ejemplo el museo.

La mina de hierro, ubicada en Cueva Del hierro (Cuenca), minúscula población cercana a Beteta, ofrece una muy interesante e increíble opción de ocio, comprimido en apenas un par de horas podremos conocer retazos de legendarias culturas, así como las consecuencias socio culturales y económicas que complementan eficazmente el enorme potencial turístico de la comarca.

Nos alejamos de caminos y veredas para fusionarnos con apasionantes pero terribles pasajes históricos de culturas milenarias casi olvidadas.

Equipados con cascos de minero facilitados en la oficina de información, a la entrada del yacimiento ferroso, previo pago por la visita, descenderemos por varios tramos de escalones labrados en la roca. La temperatura ambiental desciende acorde al creciente ascenso de nuestra curiosidad. Denotamos polvo en suspensión. La fresca manta que se despliega desde la boca de la mina, produce sensaciones escalofriantes; más por la brusca bajada térmica, que por las terribles vivencias de los esclavos que allí fueron confinados como topos, según nos va relatando la guía.

Retazo Histórico

Los celtíberos eran pueblos ganaderos, de ahí su vida de trashumantes en busca de pastos y su aparición por la Serranía de Cuenca.  Poco a poco fueron asentándose en poblados, denominados castros y supieron aprovechar los recursos cercanos, tal es el caso de la mina en Cueva del Hierro. Podría considerarse como la primera explosión demográfica de la península y consecuentemente, parte de ellos se dedicaban al saqueo.
Los romanos llegaron a la península en el siglo II a.C.; buscaron especialmente las explotaciones mineras de Cartagena o la Sal de Minglanilla. Cueva del Hierro no escapó de esa búsqueda.

El máximo apogeo tuvo lugar en el siglo I d.c. con los Julios Claudios. Fue entonces cuando en la provincia se construyeron las excelentes calzadas, entre ellas, la que unía Cartagena con Zaragoza, pasando por Iniesta, Valeria, Segóbriga, Peña de Escrito y Molina de Aragón. Por Beteta y Cueva, pasaba una secundaria de ésta.

Es difícil precisar cuando tuvo lugar el descubrimiento y aprovechamiento del yacimiento. Posiblemente las culturas prerromanas, los celtíberos, fuesen los primeros explotadores.

El afloramiento superficial del mineral, la fragilidad y poca consistencia del mismo, el bosque próximo (propiciador del carboneo), pudieron ser los atractivos de la rudimentaria siderurgia.


Es seguro que los romanos se desplazaron desde Ercávica, Valeria o Segóbriga para utilizar esta riqueza natural. Prueba de ello son las calzadas romanas próximas a la zona, (Peña de Escrito junto a la Herrería de Santa Cristina).

Ruta Piloto. El Braille Natura sobre el granito

Acompañado por el técnico en roca Antonio Alegre, he tenido la oportunidad de comenzar una faceta nueva: la escalada. Inquietud que, por otra parte, me venía produciendo ciertas reticencias. Eso de separar los pies del suelo, no era algo que precisamente me motivaba ni mucho ni poco, vamos, nada de nada.

En realidad controlar las emociones y dudas que surgían a cada embate con la roca, fue un trabajo de mentalización más que físico, claro, que me ayudó muchísimo el buen hacer de Antonio. Profesionales así son una pasada.

Es curioso el relieve, o debería decir, los relieves del granito. La textura se mantiene por igual en todos los recovecos, sin embargo, los desgarros y hendiduras, aristas y placas, son de lo más interesante e indudablemente gratificante, sobre todo cuando localizas un huequito donde sentarte con los pies colgando al vacío. ¡Guau!


No siento el mismo entusiasmo por la escalada como por las carreras por montaña pero, me identifico mucho con el espíritu que la envuelve.