PRÓLOGO.

Redacción descriptiva realizada por Juan Manuel E.M., Susana María L.R., y Rosa De Lima E.M. (Jalí)”. Con la inestimable ayuda de nuestro perro guía “Iodo”; sin el que no hubiera sido posible el diseño de “Ciego Aventura”. ¡Gracias bebé!
Nuestro reconocimiento y sincero homenaje a todos aquellos que intervienen directa o indirectamente en la preparación de los perros guía.
Estas rutas han sido descritas específicamente para personas con discapacidad, y muy particularmente ciegos o deficientes visuales.
Buena parte de ellas, tienen su comienzo desde el Cámping “La Dehesa” en el municipio de Cañamares, “Cuenca”.
Queremos agradecer la coolaboración del ingeniero informático: Jacintows. El afamado letrado en derecho y gran conocedor del mundo de la radiocomunicación: Tomás. Así, como a Rafa y familia (Gestores del cámping) por su amabilidad.















EL SENDERISMO

Hablar de caminos y de rutas tradicionales, supone echar una mirada a lo más profundo de nuestra historia. Se tratan, de obras civiles de interés social y cultural que forman, en su conjunto, el patrimonio viario de un territorio, el cual, ha sido la base para el desarrollo de los pueblos, adaptándose a la geografía y a las necesidades de los vecinos y transeúntes, como hoy lo son el conjunto de carreteras y autovías.Los caminos, también pueden concebirse como ‘aulas’ de interpretación y conocimiento de los entornos que recorren. Pero, los avances en los medios de transporte, los nuevos hábitos y costumbres en el medio rural, han dejado olvidados a los pequeños caminos, los cuales paulatinamente se van perdiendo sobre el terreno y en la memoria, con grave riesgo de desaparición.El senderismo o sencillamente, el paseo, suponen un uso generalmente extendido para los viejos caminos, demandado por el visitante foráneo de las ciudades cuando se acerca al mundo rural, en busca de actividades de ocio reconfortantes y sensaciones vivificantes, buscando el encuentro con sus habitantes, tradiciones, productos y entornos naturales. Esta actividad, supone una ayuda complementaria para los proyectos de promoción local de las zonas deprimidas.También, para los habitantes locales, la recuperación y puesta en valor de los caminos, significa recuperar su memoria, recordando aquellas viejas rutas que con tanto esfuerzo se mantuvieron vivas, interpretando el importante legado que contienen y mirando con otros ojos los ecosistemas naturales de cada localidad.

sábado, 11 de febrero de 2012

Escuela de formación: La Marcela.




Tratado sobre la movilidadde personas humanas con diversas discapacidades.



Prólogo



Cuando comencé a escribir en este blog, era de la opinión que no sería mala cosa explicar con un sencillo lenguaje, el anodino tema de las técnicas en movilidad; dando por echo, el escaso interés que presenta para el gran público. Y a decir verdad, incluso a menudo, para los propios discapacitados y su mundillo más próximo.

Pues bien, he resuelto que, tras décadas de infructuosos intentos en aproximar inquietudes dispersas aportando mi molécula hiperactiva, me importa un bledo todo ello.

Nadie me lo a pedido, ni de todo esto, surgirá por generación espontánea, ninguna corriente global de concienciación. Lo que sí se, es que siempre tuve una más que notable manía a la expresión tantas veces denostada, que dice:

Un ciego, no guía a otro ciego.

Llevo 38 años entrenándome para ser ciego. Lo que me otorga, creo yo, algún conocimiento de lo que hablo. Y, yá que mi propósito final no será el de ilustrar a profesionales del ramo ni entrar en absurdas discusiones sobre quienes han de transmitir depuradas e ingeniosas maneras del ¡Como moverse!; sino, porque es de mi gusto, sin más. Pasaré sencillamente, a palmear desde mi muy particular experiencia, los conocimientos adquiridos; tanto prestados, como de mi propia iniciativa.

De manera que si tiene algo más importante que hacer, permítame sugerirle, que lo atienda. Si continúa la lectura, o es que le sobra el tiempo, o, se trata de uno de esos locos incorregibles que se alimentan de esperanzas y buenas intenciones embuidas como morcillones entre revanadas de una vida cenial. Sea como fuere, si acaba aburriéndose como una marsopa, le hago enteramente responsable.



¡Qué! ¿Aún sigue por aquí?

¡De acuerdo! Sírvase pues en acompañarme al filtro donde quedaron los posos de: las intenciones arrinconadas.



Tal y como dije: “cuando empecé a escribir”, me apetecía remolonear entre tablas didácticas. Después, al ir abanzando en la descripción de cómo se han de mover ellos, me pedía el cuerpo, cambiar de ventana y así, igual que cuando utilizo mi medidor de distancias: mi tirachinas; apuntar, tirar y, sacudir, en pleno culo, a los diplomados ignorantes e informados pretenciosos. Todo cuanto puedo añadir de estos individuos es que no son responsables de su idiotez; es genético. Como el colesterol malo cuando lo genera nuestro propio cuerpo.



En cierta ocasión, mi admirado y malogrado profesor Antonio Vicente Mosquete; (El Mosquito), espuelado a preguntas por todos los que formábamos la clase de inglés, nos contestó con la siguiente:

“Chicos, al otro lado de esos muros, existe mucha vida que descubrir. Y, fuera de la O.N.C.E., también”.

Don Antonio, sabía como tonificar nuestras mentes inquietas. Con su elepé de los Shados bajo el brazo, adquirido en Londres recientemente, estaba jústamente delante de mi mesa. Cuando desistí de atraparme la lengua de entre los dientes, arriesgué a preguntar si querría dejarme el disco para devolvérselo al día siguiente. Lo que me contestó, marcaría sin duda gran parte de mi vida:

“Le tengo mucho cariño, te lo prestaré con una condición. Si me das tu palabra, Estévez, de afrontar tus miedos. No importa si no lo consigues siempre. Tú, siempre adelante”.

Hoy día, sigue siendo uno de mis grupos preferidos.

Ayer, como hoy, encuentro personas buenas y cavales que desinteresadamente o desde el ejercicio de su profesión, aportan sin medidas de contención, ingentes cantidades de energía en una constante lucha a favor de todos los que pasamos por querer seguir: ¡Siempre! ¡Adelante!.

Nota:

O.N.C.E.: (Organización Nacional De Ciegos Españoles.



Por otra parte,amigo mío, no he podido sustraerme a la tentación de pasearme por pasajes de mi propia vida que de un modo u otro, forjaron mi carácter. Para mi sufrida familia, demasiado impetuoso. Para mis amigos, unas cien palabras como: inconsciente, loco, mamón, capullo, ciego cabrón, etc,etc; ¡mejor, pararemos! ¿No?

Que Dios, me libre de mis enemigos, que, de mis amigos, ya me libraré yo.



Yo, soy yo y mis circunstancias. Si no cambio la segunda, no podré salvar la primera.

“Ortega Y Gasét”



Los condicionantes que impone una limitada movilidad, son, objetivamente hablando, recortes de la libertad exógena de las criaturas afectadas por: circunstancias. Salvar el: yo, puede llevar años o, toda una vida.

Dislumbrar un atisvo de esperanza en la reafirmación del ser, como individuo integrante activo y de pleno derecho de la condición humana, no será jamás, mérito exclusivo de la sociedad; como ente gloval y difuso. Ni, quienes militan en la discapacidad, podrán nunca conseguir ser exponentes válidos y vividenciales de una aceptable rentabilidad emocional, sociocultural y, económica; si se repliegan tras la fustración, fobias y complejos, ocultando u ocultándose, de las necesarias condiciones que firman una vida normalizada.

Tansolo, desde la concienciación de: la tribu social, (Todos), nos devemos al propósito de allanar los condicionantes que indigestan lo que debería ser una saludable e integradora realidad.

Así como las carreteras fueron construidas para facilitar que los vehículos rodasen con la devida comodidáz y premura, las personas humanas con discapacidad, precisan de medios técnicos y humanos para encarar mínimamente, La Vida. No son privilegios, son, un derecho; como la mismísima: Libertad.

No es cierto que haya tres cosas en la vida: salúd, dinero y amor. Dice muy poco de un pueblo, cuando se olvida de sus viejos, sus discapacitados y, su educación.

Salvo el hambre, no hay nada peor que la ignorancia.

Jamás, he pretendido espresarme en excátedra, únicamente reflexiono en voz alta.





Tesis de intenciones



En esta amplia recopilación de técnicas o, expresado de otro modo, aprender a comportarnos con naturalidad con personas humanas que padecen alguna disminución o supresión involuntaria de alguno de los canales de comunicación con el mundo; puede dar la impresión de centrarse en una única discapacidad; la de la ceguera. Sin embargo, para el analítico ojo del buen aprendiz de otra escala de valores, sabrá entresacar aquellas que pudieran ser usadas y perfeccionadas en apoyo de otras humanidades empíricamente limitadas.





Técnicas de movilidad



1.-Como recibir a una persona con discapacidad visual. Toma de contacto verbal y físico.

El espacio vital seguro y controlado por parte de los ciegos se limita a un escaso metro a su redonda. Inspirar confianza y manifiesta sensación de recursos humanos y técnicos, facilita enormemente una relación más fluida.



1-a

Asiendo por la muñeca.



Será éste un sencillo, eficaz y muy utilizado gesto de control por el que gestionaremos sin agobios e imprecisiones, encuentros habituales o eventuales en actividades cotidianas, de ocio o, profesionales.

Tomaremos suavemente, sin forzar, la muñeca del usuario de nuestra atención para a continuación, si es que el acto gestual no se a de prolongar en el tiempo, proceder al siguiente estadío.



1-b

Asiendo por la mano; (el saludo):

Sin llegar a soltar la muñeca, tomaremos con la mano libre la de la persona con discapacidad que no, discapacitado, con soltura y delicadeza pero igualmente, con firmeza; ofreciendo así seguridad y aplomo. Esto último, será determinante para obtener una buena ínter actuación mutua y predispone al sujeto favorablemente ante quien un minuto antes, era un completo desconocido.

No hemos de olvidar que las personas con ceguera, se sienten predispuestas, es natural, a la inicial desconfianza de todo aquello o, aquellos, de lo que carece de información exacta y puntual. La empatía con personas con discapacidad, en general, dependerá de nuestra capacidad de conectar con su espacio vital, el de los ciegos, su metro cuadrado. Amén, naturalmente, de matices psicológicos, es decir, su personalidad.



1-c

De mano a codo:

Hemos utilizado hasta ahora dos únicas técnicas de aproximación muy similares. Sin embargo, como somos muy buenos observadores, hemos ido consiguiendo diversa información que habrá de ser con seguridad, clave, en el consiguiente desarrollo práctico y dinámico de toda ínter actuación venidera. Todo se reduce en descubrir si se trata de una persona zurda o diestra.

Acercaremos su mano al codo previamente negociado, posicionándonos enseguida junto a su ubicación un paso por delante. Mantendremos el brazo relajado; (Ángulo de 90 grados, más o menos), evitando presiones innecesarias que puedan producir interpretaciones equívocas en el lenguaje corporal que, si se trata de ciegos hábiles, con soltura, acostumbrados a la correcta aplicación de las técnicas de movilidad, no habremos de tener ningún problema. Pero, si hablamos de personas con escasa autonomía y no gestionamos correctamente la referencia táctil, con entera seguridad que el mensaje transmitido será cuanto menos, de incomodidad. Y, lo que es peor, de obvia torpeza, favoreciendo la aparición del miedo, irritación y gran confusión orientativa de todo hijo de vecino con prerrogativa de: monumental cabreo.

Una cosa sería tratar a los ciegos como a personas con alguna clase de discapacidad y, otra muy diferente, el tomarlos por el pito el sereno. Quiere decirse que, en la dialéctica de toda criatura con o sin limitaciones:

¡Si no tienes ni puñetera idea, mejor, ni lo intentes!



2. El lenguaje corporal:

El más genuino y singular centro de interpretación conocido es nuestro propio cuerpo. Potenciar las vías de comunicación sensoriales y físicas, proporcionan un mayor disfrute de los retos personales, lo cual mejora y enriquece la ínter actuación en grupo.

Para “ciegos de pata negra”; (Resabiados, de gran intuición y mejor tacto), el cuerpo del guía, sea hombre o mujer, perro o pez, es sin lugar a dudas, como el telescopio para un astrónomo. Todos y cada uno de sus movimientos, son inmediatamente interpretados y resueltos sin vacilación ni temor. Con esta clase de personajes, cualquier actividad se presta trepidante y pletórica. Encadenarán imágenes mentales de profundo conocimiento del medio y sin demasiados datos, van a obtener una idea próxima a la realidad paisajística.

En contrapartida pues, no todo el monte es orégano, nos encontramos con: “Los ciegos de baja frecuencia”. Usando el mismo ejemplo del astrónomo, son, como señales de una lejísima nebulosa, pausadas, vacilantes e, inconcretas; es decir, todo un misterio y por ello, todo un reto. A ellos, les vamos a dedicar una muy especial atención.



Nos ponemos en marcha.

Andamos pausadamente.

Visualicemos junto a nosotros agarrado a uno de nuestros brazos al interrogante destinatario de todos y cada uno de nuestros movimientos.

No arquearemos una ceja sin calibrar antes el motivo, ni rascaremos el aire con la mirada sin antes medir sus consecuencias.

¿Qué? ¿A que parece una estupidez?

Cierto. ¡Lo es! Si estás dispuesto y, usted, también lo está a tomarse esto en serio, ¡Magnífico!

De otro modo:

¡Si no tienes ni puñetera idea, mejor, ni lo intentes!



La expresión “hablando por los codos” viene al uso de lo que a continuación vamos a referir en este apartado. Ya que precisamente con ellos, los codos, nos haremos entender sin utilizar palabra alguna. Pudiéndolos emplear como timones, frenos, indicadores, peligro, atrás, muy atrás, etc. Las piernas, también podremos tener ocasión de usarlas como informantes. Y a partir de aquí, todo vale. Todo aquello que siendo práctico aún pecando de poco ortodoxo, sea entendido como eficaz herramienta de trabajo.



2-a

Del codo como referencia y apoyo:

Se trata del típico-tópico de los actos gestuales que todo el mundo conoce por haberlo visto en alguna ocasión. Sin embargo, no todos, lo aplican correctamente. Ahora, veremos como:

Hemos ofrecido nuestro brazo y nos disponemos a comenzar a caminar. Plegaremos el antebrazo entorno a 90 grados. Con ello, evitamos presionar su mano contra el bíceps. Separaremos ligeramente el brazo del cuerpo. No se trata de cortar la circulación sanguínea de la mano a nadie, ni darle la oportunidad de calcular la talla de sujetador, sino que se encuentre cómodo.



2-b

Del codo al caminar:

Siempre que sea necesario variar nuestro movimiento; ante una escalera, bordillo de subida o bajada, etc, o, disminuimos levemente el paso hasta marcar con el pie la dificultad ostensiblemente acompasando verbalmente el acto, para, posteriormente, iniciar la marcha. O, haremos lo que en fútbol se conoce como “paradiña”; desaceleramos progresivamente, marcamos con inmediatez la dificultad sin necesidad de pararse ni de mencionarla, para continuar como si tal cosa.



2-c

Del codo como timón:

¡Es fantástico! ¡Lo estamos consiguiendo! Estamos llevando a una persona sin visión alguna agarrada a nuestro brazo. Todo va bien.

Por el momento, tan solo hemos caminado recto y girado cuando ha sido necesario sin incidentes de mención. Pero, mira por donde, comienzan las dificultades de verdad y, ahora, ¿Cómo resolvemos?

Aceras estrechísimas, alcorques, señales y toldos a la altura de la cabeza, motos y coches que invaden pasos para peatones, etc, etc. ¿Y por el monte? No será desde luego un camino plagado de pétalos de rosas.

No es imperativo legal actuar como elefante en cacharrería ni por el contrario, “deslizaaarnos” como pareja de baile de salón y todo, por evitar obstáculos de todo tipo.

Presionando el codo contra nuestro propio cuerpo, estaremos diciendo sin palabras: acércate a mí todo lo que puedas.

Cuanto mayor sea la dificultad a resolver, giraremos el codo para, incluso, acabar colocando al usuario en transversal a nuestra espalda para una vez resuelto el conflictivo momento, retornarmos con invertido gesto a su antigua posición. Esta técnica podría emplearse con dos personas al unísono, una en cada brazo, si estamos hablando de un guía preparado.



Por último, y este será más un acto reflejo del guía, ¡Ostras! Con lo que duele un golpe en la nariz y más, si no se espera; olvídate del pudor y cruza tu brazo por delante del pecho del ciego o ciega para, frenar inmediatamente su paso. O por despiste o, por súbita aparición de un contundente problema imposible de esquivar, es, lo único que se puede hacer. ¡Y reza! ¿Acaso no conoces El Lazarillo De Tormes?



3. Niveles de actuación:

Aún sonando ingrato, no basta la predisposición natural y espontánea de ayuda e intervención en trasladar o posicionar a quienes, quizás, lo precisen. Partimos del hecho de que no todo buen solidario está identificado con un correcto orden de intervención, eficaz y resolutivo plan de actuación. Es decir, puesto que no todo hijo de vecino tiene por que ser un consumado conocedor de técnicas en movilidad , seamos consecuentes y dejemos la buena fe y los altos valores morales o socioculturales para otro orden de cosas que poco o nada tienen que ver con la realidad práctica.

El concepto es tan sencillo como el de: aprender a ayudar.



3-a

Pié-rodilla; (Suelo complicado):

Esta expresión trata de reflejar brevemente las incidencias ocasionales que afectan al terreno. El firme, puede acusar irregularidades incómodas o drásticamente peligrosas. Así pues, ¡Levantando rodillas! Se interpretará como: ¡Atención! ¡Evita golpearte y tropezar!



3-b

Rodilla-cadera; (Dificultades a media altura):

Será el santo y seña de senderistas y montañeros. El usuario podrá resolver favorablemente la incidencia usando como escudo la mochila, volteándose y girando o escapando del perfil del obstáculo o, puede determinarse por usar su bastón o, la combinación de ambos recursos.

En la urbe, las dificultades de guante blanco, someten despiadadamente a peatones aventureros con el cosquilleo incesante e, irritante, de obstáculos imprevistos o muy complicados de evitar. Véase por ejemplo, los bolardos; conocidos con el premiado sobrenombre de: “rompe huevos” o, “mata ciegos”. Todo un admirable ejemplo de cómo se a de gestionar la accesibilidad.



3-c

Cadera-cabeza; (Protegiendo parte alta del cuerpo):

La función de los guías en esta ocasión, será de vital importancia en toda actividad; urbana o al aire libre. Hemos de anteponer la seguridad ante la diversión. Por consiguiente, la responsabilidad final ante cualquier clase de incidente que conlleve secuelas físicas o anímicas, independientemente de responsabilidades civiles, serán, de los guías.

Así pues, separemos el grano de la paja.

Bien, de acuerdo, que cualquiera puede ofrecerse en ayudar, sea metro, calle, autobús, cruce de peatones, etc; será el usuario de esa ayuda, quien resolverá favorablemente o no, su estimable colaboración desinteresada y con toda provabilidad, generosa. Ahora bien, si tratamos el asunto desde el ocio, hablamos de harina de otro costal.



Desarrollemos el concecto incidentes, con secuelas físicas o anímicas:

No se puede exijir a los guías aún siendo profesionales, ser voluntariosos, constantes y resolutivos,permanentemente, gestionando con pulcra y brillante efectividad e inmediatéz, las situaciones que vengan dadas, puesto que, partimos del echo objetivo de comprender que, somos humanos, y por tanto, imperfectos. Ahora bien, no podemos mostrarnos condescendientes ni, permisivos con los ayudantes descuidados y alegres despreocupados, cuando estamos hablando de salvaguardar a quien le toque en suerte, de sufrir la desidia inconsciente o escesos compulsivos en el celo de sus funciones. Al fin y al cavo, tratamos con personas enfermas de por vida o destinatáreas accidentales de un tremendo drama humano, osea, una putada del destino; consecuentemente, la sensibilidad emocional estará a flor de piel en muchos casos. Cierto es, que en ocasiones,el agriado carácter de algunos, no facilitan las cosas.

Eliminando de raíz la ñoñería y otras tantas tonterías imaginativas, hemos de ser muy conscientes del alcance o,consecuencias, de nuestras acciones sobre el terreno, así como las derivadas de un deprovable trato insensible y mezquino con personas que, sin comerlo ni beberlo, se ven abocados a una condición desfavorable que, irrevocablemente por lo general, les confiere la antipática etiqueta de: limitados.

La cualidad más destacada de un auxiliar en movilidad, (personas prestatarias de servicios como son los guías); es, la de motivar adecuadamente; ajustando compostura y conocimientos al perfil de la persona con discapacidad con la que se disponga a efectuar una actividad, bien lúdica o en un entorno doméstico o laboral. Si será fundamental su proceder que de ello va a depender en gran medida, la continuidad o abandono hdel discapacitado en futuras propuestas. Lo que supone a priori, un consumado esfuerzo en desactivar entusiasmos o por el contrario, contribuiría a mejorar e impulsar valores tan importantes como el amor propio, autocomplacenci (confianza en si mismo y en sus recursos), autosuficiencia y, otros.

Por otro lado, en lo relativo al pacto unilateral de no agresión entre discapacitados y el medio, no hemos de obiar el echo de admitir como habitual que no son pocos los que bajo el paraguas de la solidaridad, olvidan con cierta frecuencia que, NO todos, son ciegos clarividentes, cojos claqueteros y parapléjicos I. Jons. Súper Man, no se enteró de lo complicado que era trasladarse a ras de suelo hasta que dejó de volar para sentarse en una silla de ruedas. ¡Vamos! Que no todo el mundo con discapacidad o sin ella, es atleta.

No vamos a ponernos la venda antes del golpe, sino que en lo posible intentaremos evitarlo; y desde luego, tampoco se trata de llevar a la sillita la reina, a quienes precisen de nuestra asistencia; se entiende que hablamos de sujetos con movilidad suficiente. Naturalidad ante todo por favor.



Nota.

Al cargar las tintas en lo concerniente al proceder de algunos, no pretendo de ninguna manera manchar la figura del voluntario o del profesional, dedicados con entusiasmo y enorme calidad humana, al servicio encomiable de apollar a todo discapacitado que lo requiera. Sino matizar, denunciar y contribuir a expulsar, a quienes no buscan otra cosa que, la de ocupar un ratito de su vida aburrida o, la de colocarse medallas a costa de una intención altruista. Os aseguro que, haberlos, ailos. Almenos quien suscribe, los ha sufrido. Gracias a Dios, que son los menos. Pero, que daño hacen.





Técnicas en orientación.



Se estima en un 90% la información que recibimos a través de la vista. El resto de los sentidos han de ser por tanto más utilizados, potenciándolos mediante técnicas adecuadas al perfil de cada una de las personas cadentes de éste recurso.

Pueden trasladarse al micromundo perceptivo “visual” de los ciegos, los matices precisos y necesarios, mejorando así una más amplia intuición de los espacios y por tanto, del control sobre y entorno al medio.



A-

Ubicación y referencias posicionales:

Pareciéndose, no son dos conceptos idénticos.

Mientras que la ubicación viene dada por el punto tácticoy orientativo de un mapa; (emplazamiento, lugar, zona, etc), la referencia posicional, nos sitúa en el centro de actuación desde el que perfilaremos el control de nuestros movimientos presentes y futuros como el subjetivo echo de crearnos un mapa mental del entorno.

Así pues, si estamos ubicados en un mirador, el perfil paisajístico lo integraremos soportado a la esfera de un reloj; siendo el mirador, su centro.



B-

Enfoque:

Lo que en clases de movilidad para ciegos se denomina: escuchando los espacios.

Seamos escuetos como contundentes. Este enigmático concecto, lo vamos a explicar con dos brochazos:

“Quien mira, oye. Quien no ve, escucha”.

Quizás, nos encontremos, ante un residuo primario del instinto de supervivencia. Cuando en tiempos remotos, el oido, como el olfato, eran imprescindibles en entornos ostiles en los que, el primate cazador, precisaba de herramientas fundamentalmente intuitivas.

Hoy día, nadie discute que el cerebro humano, compensa la carencia de unos sentidos potenciando otros.Así, cuando el de la vista no se haya en el catálogo cerebral como válido registro de toma de información, temporal o definitivo, éste, compensará la carencia incentivando otras vías de actuación posibles, tanto en un orden físico como mental. Obviamente, sin un devido entrenamiento de las diversas percepciones y, su continuada reafirmación, los éxitos auditivos sensoriales, variarán de resultado.

Como curiosidad, bien podríamos mencionar algunos matices perceptivos peculiares muy sutiles que pasan por cotidianos en personas con ceguera, como son, las de identificar voces como colores e incluso, como números o, figuras geométricas; es decir, (visualizar energías).

Con la inmediatéz del rayo, quien no habrá envozado cuarto y mitad de sonrisa, pensando en el ciego-vidente. Que por cierto, igual viene de aquí, aquella meméz moderna de variar el sustantivo de: ciego. Por aquel otro de: invidente.

Si, -El Señor- usaba parábolas para explicarse, he aquí, un ejemplo práctico de lo que es enfocar; por TRATARSE DE UNA SITUACIÓN COMÚN:

Un corte súvito de corriente en la noche y, ¡Todos ciegos!

Todos, reconocemos nuestro hogar desde la agudeza de los recuerdos. Posicionarnos y toparnos con referencias no son un misterio en el mapa creado al uso en nuestra mente. Pero, la sola idea de lanzarnos en pos de una línea imaginaria por los espacios del hábitat casero, se escurre como baba de caracol entre los pliegues del miedo.

La agudeza auditiva es fundamental cuando se trata de caztar espacios y los elementos que en él se encuentran o, que por él, se mueven. Así, al aproximarnos la palma de la mano al rostro, no vamos a percivir tansolo su calor, sino también, su cercanía.

Esta técnica lectora de los entornos, añade inequívocamente, datos que enriquecen la visualización intuitiva y percectora de los ciegos. Mejorando notablemente la orientación, el reconocerse en una aceptable ubicación y una mayor sensación de autosuficiencia.



C-

Orientación selectiva:

Para el discapacitado sensorial, el término: orientación, no espresa necesariamente una correcta direccionalidad. Sino, la identificación absoluta e inequívoca, con el conocimiento previo y contrastado de un entorno. Por tanto, una óbtima orientación, será aquella que se da, cuando la realidad virtual contenida en la mente, corresponde exactamente con la realidad tangible.

Orientarnos entre los muy diferentes medios paisajísticos, requiere técnicas de marcación específicas. No es lo mismo, movernos entre el concierto incoerente del tráfico en la ciudad, pasadizos de multiaventura del metro o RENFE, atravesar plazas ativorradas de terrazas, etc, etc, que desplazarnos a través de montes y veredas. Entre otras razones, porque siempre puedes preguntar para salir de un apuro. En medio de la nada; como es una montaña, ya nos podemos imaginar.



Que los ciegos, en grupo o en solitario, nos aventuremos por esos caminos de Dios, es una grandísima aberración para muchos.Cierto, que sin la ayuda de losguías; (Los b-2), es, por lo general,absolutamente imposible semejante proeza. Pero, pongamos algunas castañas en la lumbre; y es que, a veces, SÍ, es posible conseguir una muy gratificante dosis de libertad de movimientos sin por ello, desmallarnos en brazos de la dependencia.



C-1

Elección de la demarcación geográfica a explorar. Las limitaciones de las diferentes discapacidades, vendrán sancionadas por la orografía.

C-2

Exhaustivo estudio de la direccionalidad de la vía:

Su localización. Kilómetros a recorrer. Donde finaliza.

C-3

Conseguir por diversos medios la información necesaria para obtener un aceptable plano mental topográfico de todo el trayecto; desde la salida, hasta la llegada. Es decir, hacer uso de libros de la zona, internét, oficinas de turismo, gentes cercanas al lugar, etc. Y despues, memorizar y visualizar todas las referencias recopiladas.

C-4

Realizar antes,una exploración preventiva con alguien no discapacitado. O almenos, de cuya aportación visual podamos fiarnos.

C-5

Distribuir valizas sonoras en los puntos más conflictivos; si la economía lo permite. Otro recurso sería utilizar materiales que se hayen cercanos al lugar en discordia; aunque estos, suelen ser poco fiables: alguien pasa y lo quita, por ejemplo. Naturalmente, esta acción pasa por el echo de tener la posibilidad de repetir la ruta cuantas veces consideremos oportuno y no, como algo eventual.

C-6

Mantener siempre la misma estrategia posicional y direccional; inventar puede ser peligroso. Es decir, es muy arriesgado variar de un lado a otro de un carril; nunca, es lo suficientemente seguro. Las condiciones referenciales pueden haberse visto modificadas en cuestión de horas, cuanto más, en meses o años. En este punto, solo el manejo de un perro guía, nos facilitará con enteras garantías de éxito, el movernos de lado a lado de un camino.

C-7

El usuario de perro guía a de tener presente que su amigo es sumamente fiable pero no, infalible. Hemos de ser conscientes que somos nosotros quienes hemos de controlar la orientación. El, tansolo dirige; y, no es poco.

C-8

Quienes para desplazarse manejan únicamente el bastón, lo adecuado sería acompasar el convencional de movilidad y uno de uso deportivo; los denominados: de apollo.

Es conveniente disponer de almenos otros dos de reserva, tanto del reseñado bastón blanco como el de trekking.





Soporte técnico de herramientas convencionales y otros.



En términos generales, los efectos de toda discapacidad motora, sensorial e intelectual, son aliviados cuando se hace uso de los adecuados recursos logísticos que, en sí mismos, no son sino la prolongación del propio usuario. Así por ejemplo, el material deportivo usado por las personas con alguna limitación sea cual fuere, no tiene por que diferir del habitual por el resto de practicantes. Naturalmente, hablamos, del material convencional. Como mochila, gorra, botas y otros.

En el castillo de: Irás y No volverás,(la discapacidad), impone a menudo un tuneado de ese material técnico a favor de una mejor adactavilidad a los diversos entornos deportivos o de ocio. Como importantes referentes podríamos señalar:

La joelette: diseñada para el transporte de quienes no pueden caminar. Las barras unidireccionales y de expedición: empleadas para guiar a ciegos en la práctica del senderismo o marchas de media montaña. Etc, etc.



Trabajo con barra.



Construcción de una barra:

El trabesaño unidireccional debe ser preferentemente de madera maciza pero ligera. De origen natural y resistente; (no aglomerados). Pulida y barnizada. De bordes redondeados. A de tener 3 metros de largo por 3 cm. De diámetro.

La barra direccional, también conocida con el nombbre: de expedición; se construlle a partir de materiales ligeros como el pvc o el aluminio; forrados de caucho se reduce notablemente las espurias de energía estática ante la aparición, por ejemplo, de focos tormentosos muy en particular, en comarcas secas. Son tres tubos huecos ensamblados por pasadores que permitan introducir un tramo en el otro cuando sea necesario comprimir distancias; así, como el de mantener la rigidez (no bibraciones ni oscilaciones), entre los estremos.

Toda barra a de ser revestida en sus límites y en zona 0 (Su centro), con lo que evitaremos en buena medida, rozaduras y ampollas en las manos de los guías; (Los b-2), independientemente del uso de guantes. El encintado del punto 0, marcará el lugar de referencia y apollo donde se debe de situar el discapacitado sensorial; (El b-1).



Demarcación vital de seguridad:

Es el dibujado entre los b-2, el propio listón y, el bastón de apollo del usuario ciego.



Ajustes en la marcha del perímetro asegurado:

Iremos variando de posición el listón, es decir, de izquierda a derecha e inversa, cuando nos encontremos próximos a una zona conflictiva; Mediando a manera de escudo entre el peligro y nuestro b-1: una carretera, una zanja, un barranco, etc. Antes de realizar el cambio de una mano a la otra, pararemos, lo comunicamos y, damos indicación de inclinar la cabeza al b-1 hasta que hayamos procedido a levantar la barra e ir a atraparla con la contra. Será entonces y, solo entonces, cuando notificaremos al usuario de la barra que puede volver a levantar la cabeza.



Ritmo de la marcha:

Hemos de adecuar el paso en todo momento al que el b-1 manifieste a tenor de su movilidad. Cuando la marcha es demasiado rápida o, si aparece indicios de cansancio agotador, el guiado nos lo dará a conocer sin palabras; soportará su peso sobre el punto 0 ostensiblemente, será este, el instante de frenar y ralentizar hasta conseguir la obtimización de su esfuerzo. Si hiciéramos caso omiso a la demanda del ciego-a de ir más despacio o, si incrementamos el ritmo de improviso, corremos el riesgo de acabar con el b-1 por los suelos o provocarle lesiones articulares.

Damos por echo que hablamos de acciones no deportivas en el más estricto sentido de la palabra.



Descansando la barra:

Es posible que más de uno desearía abandonar su barra con el ciego o ciega pegados a ella pero, seamos misericordes. Además de hacer honor al manual de la buena conducta, la técnica es la que sigue: previo aviso de parada, los guías negociarán quien recoge la barra y quien, al b-1. En todo momento, estaremos con el usuario. Nos trasladaremos con él. Y nunca, nos alejamos sin advertirlo antes.

Una persona con discapacidad sensorial, precisa de referencias. Podríamos incurrir en generar sensaciones de aturdimiento o abandono.



Técnicas del manejo de las barras unidireccional y de expedición.



Enfrentamiento con suelo en ascenso:

Emprender una suvida escalonada o en línea, requiere en primer lugar que adecuemos el bastón a la altura adecuada. En este caso, el mango a la boca del estómago jugando hasta cuatro centímetros por debajo, será la referencia. Con ello imprimiremos un empuje más efectivo aunque en contra partida, el b-1, pierde capacidad de reacción ante huecos imprevistos. Así mismo, su espacio seguro se reduce. Si el tránsito por el terreno nos aproxima a zonas de riesgo como por ejemplo, cuando se produce un estrechamiento del camino e importantes desniveles laterales, lo preferible será, ajustar el bastón a una buena altura primando así la seguridad a la comodidad. Hemos de tener en consideración que el bastón de apollo además de cumplir con su indudable función, de igual manera, es usado por quienes cadecen de visión suficiente para al ir desplazándose, vigilar su entorno más inmediato.



Si el terreno despliega considerables matices pedregosos u oscilaciones onduladas, raices , ramas rotas y dispersas, manojos de matorral, etc, la frase común será: ¡Levantando rodillas!



Si ascendemos en línea; (suelo llano sin enfrentamientos de mención), pero en el que se dan cúmulos arenosos y de grabilla, la señal será:

¡Pié firme!

Aquí los guías, deven de intentar ir localizando, normalmente por los laterales del camino, perfiles con mayor agarre. Serpenteando entre los límites del carril cuando sea preciso. E incluso, realizando la bajada de lado alternando piernas.



Enfrentamiento con suelo en descenso:

Ahora, deveríamos de dar altura suficiente a nuestro bastón, almenos unos cuatro centímetros por encima de la boca del estómago. Con ello, el personaje con ceguera, antes de arriesgar el paso, leerá los matices referenciales del suelo, anticipándose a sorpresas incómodas.



Si se trata de un descenso escalonado, la consigna será: ¡Bajando escalones!

Tratándose de desniveles escalonados de importancia que no se pueden salvar con un paso seguro, la técnica será:

El b-2 en cabeza, reducirá ostensiblemente la marcha para a continuación, él en solitario, sin soltar la barra, se desplazará hasta el perfil inferior del corte para posteriormente, girándose 180 grados quedará enfrentado al b-1. La barra se irá moviendo poco a poco hasta comprimir al ciego entre los b-2. Dependiendo del conflizto a salvar según sus características, es decir, si caida libre de un metro o más, si bajada inclinadísima, etc, los guías deven proporcionar toda la información hútil y exhaustiva como localización de puntos de apollo.



Travesías por desfiladeros con curvas muy cerradas:

En estas rutas la barra más eficaz será la de expedición sin duda alguna, Pero veamos como salir airosos usando la unidireccional:

Visualicemos un tramo en curva muy cerrada. El espacio en el que se mueve la barra es muy comprimido; (muy estrecho), el suelo se presenta abruzto bordeado de vegetación muy frondosa y nos cercan paredes rocosas que impiden efectuar gestos y giros cómodos. Si atacamos la dificultad frontalmente, nos vamos a atascar seguro. El guía principal tras comunicar al usuario sensorial que vaya deslizando su mano por el listón hasta tocar su espalda o, su mochila, va extrayendo la barra hacia delante y arriva. El guía de atrás, se ha ido mientras tanto, acercando cautelosamente a la espalda del b-1; colocando una mano sobre su hombro, le infundirá seguridad. El ciego, a quedado muy eficazmente protegido. Van girando-van girando-van girando. Resuelta la dificultad, recomponen la barra según su origen.



Movimiento en péndulo:

En ocasiones, el b-2-1; (guía en cabeza), puede tener dificultades de giro aún a pesar de existir espacio suficiente para comprender el total longitudinal de la barra. Ante esta peculiar situación, el b-2-2; (guía trasero), podrá ir moviendo el listón barriendo con ello al ciego, hasta situarlo en posición adecuado para reiniciar la marcha. En esta aplicación, el guía de adelante, permanece prácticamente estático.



Los b-2:

La imagen de dos personas trasladando a ciegos por esos caminos, es sin duda, de una estética plástica realmente sugerente, no exenta de connotaciones emocionales donde la sorpresa y la admiración, sobresalen desde el franco interés de quien se haya dislumbrando algo curioso.Para un profano, puede parecer una acción de connotaciones imposibles para la que prepararse, para lo cuál, tendría que someterse a drásticas y durísimas pruebas físicas y éticas. Nada más alejado de la realidad. La barra, puede perfectamente ser utilizada hasta por niños.Y me estoy refiriendo a niños de 8 años, no tansolo de 16.

Si nos hubiéramos de centrar en eventos deportivos, desde luego que una buena preparación física sería de agradecer. Sin embargo, desde la generalidad del echo en si, la preparación de un guía de barra para ciegos, conlleva en realidad, poseer actitudes de carácter emocional; es decir, un buen b-2,no tiene por que ser un atleta, le vasta con la disposición de querer aprender y, practicar con razonable efectividad los conocimientos adquiridos.

Los guías, no son entes independientes sino dos piezas de idéntica transcendencia. Se complementan y se asisten mutuamente a favor del conjunto.

Mientras que el de encabeza dirige, el de atrás, ratifica:



-Dirigir-:

El b-2-1, etermina el como, cuando y por donde se camina. El b-2-2, nunca contraviene salvo, por razones logísticas y siempre, previa consulta.



-Lectura del terreno, el entorno y, marcación de zonas aéreas -:

El guía en cabeza a de ser consciente que por donde él pisa, pisará el b-1; por tanto, su interpretación de los diversos matices del suelo u obstáculos elevados, es primordial. El guía de atrás, habrá de mantener en lo posible la línea paralela del listón entre él y su homólogo, si bien, o porque al primero se le pasó por alto una incidencia peligrosa o, para corregir inestabilidades en la barra,podrá “bailar” ligeramente el palo con intención de favorecer al b-1, aportando de esta manera, más estabilidad al grupo.



-Coordinación entre guías-:

El cambiar de mano la barra. Asegurar con firmeza la estabilidad del listón ante la posible pérdida de la verticalidad del b-1, al paso por tramos muy conflictibos. Seguimiento compartido y vigilante del viajero del punto 0, en particular cuando se le van dando indicaciones como: agacharse, inclinarse, estirarse, incorporarse, etc. Mantener y preservar la demarcación de seguridad. Posicionar correctamente la barra y a su usuário en ella; tanto en el inicio de la marcha como cuando esta finaliza. Adecuar el paso a las necesidades de movilidad que exprese verbalmente o gestualmente el personaje con discapacidad; como: más aprisa,más despacio o, parar.



-Uso del lenguaje descriptivo-:

Mirád ahí en medio. ¿Qué veis? Por lo que parece, esa criatura tiene ojos, aunque no puede ver dos en un burro, pero, también, tiene orejas, luego entonces; ¡Eureka!, puede ¿oir?.

El lenguaje descriptivo es por lo general demandado por ciegos cuando en particular, atraviesan espacios paisajísticos interesantes dignos de incorporarlos a la memoria selectiva del nebuloso mapa de las sensaciones. Los b-2, son herramientas interpretativas por las que acceder a un más exhaustivo conocimiento de los diversos entornos, enriqueciendo con mucho, la idea que un ciego puede alcanzar de su más inmediata posición. He incluso, de todo un territorio hasta el mismísimo horizonte. En una palabra, es, más divertido.

Describir espacios ocupados o en blanco, no resulta complicado. Por lo general, lo más fácil, es lo más sencillo.esto es, no adornemos con el nombre propio cada chinita del camino, ni tampoco es imperioso rastrear a todos los habitantes de un bosque, insectos incluidos. Con una inicial adjetivación,debería de bastar. Salvo, si se nos demanda una más completa información; ejemplo:

“Esa colina matizada de una verde capa y salpicada de árboles”

“Calculando a razón de 3 metros que tiene un piso de altura por término medio, ese barranco debe de tener unos xxx de profundidad; equivalente a una torre de 80 pisos de altura”

“Junto al cauce del río hay huellas de diferentes tamaños”

“Paisaje del sotobosque”

Etc. Etc. Etc.





FIN; por el momento.





SEGUIRÁ