PRÓLOGO.

Redacción descriptiva realizada por Juan Manuel E.M., Susana María L.R., y Rosa De Lima E.M. (Jalí)”. Con la inestimable ayuda de nuestro perro guía “Iodo”; sin el que no hubiera sido posible el diseño de “Ciego Aventura”. ¡Gracias bebé!
Nuestro reconocimiento y sincero homenaje a todos aquellos que intervienen directa o indirectamente en la preparación de los perros guía.
Estas rutas han sido descritas específicamente para personas con discapacidad, y muy particularmente ciegos o deficientes visuales.
Buena parte de ellas, tienen su comienzo desde el Cámping “La Dehesa” en el municipio de Cañamares, “Cuenca”.
Queremos agradecer la coolaboración del ingeniero informático: Jacintows. El afamado letrado en derecho y gran conocedor del mundo de la radiocomunicación: Tomás. Así, como a Rafa y familia (Gestores del cámping) por su amabilidad.















EL SENDERISMO

Hablar de caminos y de rutas tradicionales, supone echar una mirada a lo más profundo de nuestra historia. Se tratan, de obras civiles de interés social y cultural que forman, en su conjunto, el patrimonio viario de un territorio, el cual, ha sido la base para el desarrollo de los pueblos, adaptándose a la geografía y a las necesidades de los vecinos y transeúntes, como hoy lo son el conjunto de carreteras y autovías.Los caminos, también pueden concebirse como ‘aulas’ de interpretación y conocimiento de los entornos que recorren. Pero, los avances en los medios de transporte, los nuevos hábitos y costumbres en el medio rural, han dejado olvidados a los pequeños caminos, los cuales paulatinamente se van perdiendo sobre el terreno y en la memoria, con grave riesgo de desaparición.El senderismo o sencillamente, el paseo, suponen un uso generalmente extendido para los viejos caminos, demandado por el visitante foráneo de las ciudades cuando se acerca al mundo rural, en busca de actividades de ocio reconfortantes y sensaciones vivificantes, buscando el encuentro con sus habitantes, tradiciones, productos y entornos naturales. Esta actividad, supone una ayuda complementaria para los proyectos de promoción local de las zonas deprimidas.También, para los habitantes locales, la recuperación y puesta en valor de los caminos, significa recuperar su memoria, recordando aquellas viejas rutas que con tanto esfuerzo se mantuvieron vivas, interpretando el importante legado que contienen y mirando con otros ojos los ecosistemas naturales de cada localidad.

domingo, 27 de mayo de 2012

Sinopsis de: Ciegoaventura ruta 21; en Hoz de Beteta, "Ruta botánica Fuente De Los Tilos". Circuito V


Prepararos a recibir el formidable impacto de la Naturaleza en su máxima expresión de pureza. Pensaréis que por mi apego a esta tierra, no puedo dejar de afirmar permanentemente el coincidente criterio con semejantes calificativos cada rasgo paisajístico que conforman la magnífica Serranía de Cuenca; no siempre es así, tristemente. Confío en vuestra valoración más que positiva si decidís o, ustedes deciden, comprobarlo en primera persona.
Para los amantes del refugio con la íntima soledad, os recomiendo evitéis en lo posible esas fechas en las que el género implume decide a una, desparramarse por los hábitat más apreciados en busca de La Piedra Filosofal; ¡Claro! ¡Que así queda después el monte!
Por el interior de La Hoz de Beteta y, sus inmediaciones, discurren senderos de variada dificultad. Si bien todos ellos, son honoríficas menciones a las “excelencias magnas”, sobresalen por su importancia botánica los conocidos como: ruta botánica Fuente de Los Tilos  ruta de La Cueva del Armentero y, La Cueva de La Ramera.
La riqueza zoológica, geológica, botánica y, “bichícola”, conforman un sobresaliente espacio natural de incalculable valor.
Desgraciadamente ninguno de los accesos está habilitado para quienes tengan importantes objeciones en su movilidad.
En el lugar, se asienta un agradable merendero al cobijo de una fresca pantalla arbórea que sobre todo en meses de calor, es muy de agradecer. Una buena colección de mesas y bancos de piedra unos y de madera otros, garantizan el reláx que junto a la espléndida agua que a borbotones surge de la fuente cercana,  predisponen el ánimo por lo genuino y natural.

http://www.youtube.com/watch?v=LrwEDsC41wQ


Ruta 21.
“Ruta botánica Fuente de Los Tilos”
Un pecado para los sentidos.

Dificultad alta.
Inaccesible para silla de ruedas.

Trayecto circular.
Distancia 4 Km.

En el comienzo hay fuente.
En el camino no hay Fuentes llevar agua.

Buena sombra.
Llevar bolsa de basura, por favor.

Recomendaciones especiales:

Botas de montaña.
Pantalón largo.
Manga larga.
Si se realiza tras una tormenta llevar chubasquero.
Gorra de ancha visera con protección lateral o en su efecto un casco.
Proteger cara con gafas anchas o bien con antifaz.
(Imprescindible) bastón de apoyo.


Descripción del entorno.

Entre ruta y carretera discurre el río Guadiela que cruzaremos por un pequeño pero ancho puente. Admite paso de coches. Por otro lado, en función de la dirección nos vendrá bien comenzar desde aquí el paseo ya que, tendremos pared a la derecha en todo momento, mientras el perro (guía) nos dará protección por la izquierda.
El puente situado más arriba, en la carretera, a 700m en sentido Beteta, donde finiquita la ruta Botánica, no es aceptable para vehículos dado su tamaño.
Dirigiéndonos  en paralelo al río, enseguida aparecerá a nuestra izquierda, lo que parece, creo, una depuradora o sea quizás, una pequeña central hidroeléctrica; el sonido es inequívoco en función a su localización sonora.
Por la derecha e inmediatamente antes de la aparición del primero de los   descansillos escalonados que nos empujan al interior de La Hoz de la vieja Betera,  localizamos el magnífico surtidor acuífero que da nombre al lugar: La Fuente De Los Tilos; formando en su alrededor un buen charco.
Si nuestra prioritaria opción fuera la de dar buena ley al chorizo de lorza o, la “impúdica práctica” de antiguas mancebías con honores al santo “Arrímate Matea”, os sugiera la fortuna sigáis adelante al encuentro de espacios recogidos y ocultos; Por aquello de: ¡Niño! ¡Deja de joder con la pelota! O, en busca del mejor de los asentamientos destinados específicamente al reposo contemplativo-gastronómico. En realidad, aún siendo habitual el trasiego de gente, se suele estar razonablemente tranquilo. El baño aquí no es lo que se dice accesible pero si tomamos la ruta del Armentero, es posible el chapuzón, el guía, lo agradecerá.
El comienzo de la ruta Botánica, la encontramos medio oculta por el exuberante follaje, poquito después de dejar atrás la fuente; la rotulación de su inicio, puede encontrarse escondida entre arbustos, hojarasca o ramadas.
Enseguida, entramos en contacto con las primeras dificultades.

El país del Rey Verduras.

El comprimido sendero inicia su ascenso culebreando con cabezadas  entre repechos  escalonados franqueado por pobladores del Reino vegetal dispuestos en formación de acometida y cercamiento de los pobladores del Reino Animal: boges, zarzas, matas formidables de romero, etc. Raíces de diversos tamaños que como  muecas reptantes en periscópica aparición, facilitarán el tropiezo. Rocas engarzadas, sonrientes unas, carcajeantes otras, siempre dispuestas a echar un ratito con tobillos y rodillas. Arbóreas barricadas, sugiriendo el paso a seguir. Abrazándote a sus astillados y angostos corpachones o, bajo sus ramas, teniendo que adoptar poses algo impropias de bípedos inteligentes.
En resumen, se antoja de lo más entretenido.

Tomando contacto, (en comunicación) con pared por la derecha,
conseguimos al fin, afianzar el paso y, disponernos, a la lectura del braille Natura, pues aquí, las paredes hablan.
Tan solo tendremos que vigilar el vertiente izquierdo, lo cuál, será de agradecer; en ocasiones, bajo los matorrales, el apoyo es inexistente, dándonos por ello permanente sensación de riesgo.
La altura varía rápidamente de calificativo ganando para sí, sorpresivas exclamaciones:
¡Ayvá!
Allá donde sea posible afianzar la digna postura, al menos durante unos instantes, se hace realidad la utopía. Quedando el ojo y la palma de la mano a niveles semejantes y, ahora, “Déjate de gilipolleces”, y visualiza. ¡Total! Si no lo vas a contemplar, ¡Que más te da!

¡Que visualices! ¡Coño! Y tú, no ciego de las narices, ¡También! Y si no, vas y lo describes tú, ¡Listillo!:

La textura de esta superficie es aterciopelada y acolchada:
Musgo.

Este penacho de anchas y fibrosas hojas que tapizan de suave perfil las rocas:
Trepadoras de decenas de metros.

Esta planta de brotes carnosos, pelicorta, ligeramente pegajosa, en indigente y aparente despropósito con aspecto de lánguido y abandono gesto pero, ¡Ah pícara! en íntima coyunda con los insectos:

“La Pingüis Mundis”. Conocida en la región como La Grasilla.
Variedad de planta carnívora, especie exclusiva mundial de la península Ibérica. ¿Hablará español con los bichos?

Por estas grietas, la montaña escupe fragancias que saturan y embriagan el aire como el mítico perfume egipcio de las doce esencias:
Lavanda, romero, tomillo, etc, etc, etc.

¡Anda! ¡Mira! La facción estúpida de Los Hunos, han cargado contra los carteles descriptivos del entorno. "¡OH! Mis héroes”

No tardamos en alcanzar un pegote de ingeniería que debió de suponer el henchido orgullo por aquello de:
“Esto, lo recordarán generaciones venideras”:
Puentecito-mirador ormigonado agasajado con quita sustos lateral metálico; (Pasa manos tubular).
Claro que, las vistas desde aquí deben ser cojonudas. Bueno, eso dice mi santa; y no vamos a contrariar a la legítima; ¿Verdad?

El camino fluctúa en leve descenso hasta situarnos entre piedras, que bien, pueden ser utilizadas como referencia para apoyo y descanso.
Continuamos.


Virgencita, ¡Que me quede como estoy!

De improviso, la senda es seccionada por una inconsistente e imperceptible ¡Nada!
Salvando el paso por la (inquietante) axila, surge, una plataforma en madera estrecha y tamborilearte bajo la bota y andador, con pasa manos igualmente en madera pero, con laterales al descubierto; entre barandilla y suelo del puentecito, 1m de hueco.
Entenderemos la ubicación, como la mitad de la ruta.

Posicionando:
Al frente, una vez cruzado el puentecito, hay una pendiente ascendente irregular e inestable por la que tomaremos contacto con pared en la que se ubican viejas buitreras y plantas carnívoras... Aventurarnos hacia, por o en ella, es altamente arriesgado sin apoyo visual. Hemos de tener presente que, el precipicio se sitúa muy cercano a nuestra posición.

Nota:
En mi última visita (septiembre del 2011), me encontré con la muy agradable sorpresa de la colocación de una escalera de madera bien pertrechada lateralmente, por la cual, podéis acceder sin demasiados imprevistos hasta llegar a tocar la pared anteriormente mencionada.
Fin de la nota.
PDT:
No me seáis mamones y respetarme las devoradoras de bichines. Aquello de:
¿A ver, a ver, que hay dentro de las hojitas cerradas?

A pocos metros, localizamos varias Grasillas abrazadas a suelo y pared, entretenidas en poligámica aceptación. Algunas de sus hojas ya cerradas en libro, dejan adivinar el fin de una corta, efímera y mutua atracción entre ellas y los insectos. Otras, exhiben su soltería, a la espera de jugosos pretendientes.

Retrocedemos volviendo a la seguridad del sendero. A la derecha, el camino se comprime y gira en paralelo con pared, (siempre) siempre a la derecha.
A la izquierda, unos 10 metros, buitreras.
Abajo, impresionante cortado en libre caída de varias decenas de metros.

El castillo de irás y no volverás.

A partir de ahora, el circuito será en permanente bajada hasta alcanzar el cauce del Guadiela.
Hemos de tener muy presente ciertas condiciones referenciales que van a ir saliendo al paso y podrían perjudicar gravemente la feliz marcha del paseo si no estamos preparados y atentos:
Aparición de ruido producido por el tránsito de tráfico rodado a la izquierda. Será esta, la principal marca audible y sobre la que hemos de mantener gran atención, ya que, nos orientará sobre el final del sendero.
Entre camino y carretera, tenemos barranco y río. El transcurrir de las aguas será imperceptible hasta conseguir mayor proximidad a la orilla.
“De seguro de seguro”, que todavía continúa una ramita, ¡La muy…!.” Cruzada en la senda a la altura de la cabeza o, de los morros, ¡A saber!
La referencial pared que hasta ahora nos acompañó en nuestro lado derecho, se abrirá para dar paso a una empinadísima cuesta a rebosar de matorrales. No debemos de tomarla, sino seguir recto. (Meandro en época de lluvias, también aprovechado por las “Bestias” de la noche) para acercarse al abrevadero natural que les ofrece el cristalino cauce del río.

Aula de interpretación.

La promontoria formación cárstica, deja entre ver hendiduras de insondables destinos.
Horadada por efecto de los meteoros en el discurrir de los tiempos y por el lánguido fluir de torrentes subterráneos, así como por “la mano” del hombre, dando lugar a un sin fin de túneles y madrigueras.
¿Qué misterios guarda la montaña?
¿Esta concavidad en forma semejante a una habitación con cuarto de baño, pudiera ser la residencia ocasional de bandoleros en tiempos?
Tal vez, ¿Maquis?
Recreamos con la imaginación acciones guerrilleras enfrentadas carretera y cuevas.
El Guadiela, sabedor de historias, no contesta a ninguna de las interrogantes. Él, a lo suyo. Mirando abajo. Labrando. Arrastrando.
Finalmente, alcanzamos el puente que, dispone: Hasta aquí hemos llegado.

Deshojando la margarita.

Ahora, hemos de resolvernos a tomar una de las dos alternativas posibles:
O damos la vuelta.
O, continuamos por vertiente izquierda de carretera hasta donde dimos comienzo la ruta.
Si tomamos carretera y manta, siguiendo el quitamiedos metálico situado a la izquierda del puentecito, a 700m, encontramos el inicio. Es decir, donde comenzamos la ruta.

http://www.youtube.com/watch?v=EBTuC6sOYj4&feature=related

Información general.

La Hoz de Beteta constituye uno de los cañones fluviales más espectaculares y bellos de la Serranía de Cuenca. Está recorrido en su totalidad por el río Guadiela, que ha excavado en la roca caliza un profundo y estrecho tajo por el que discurre a lo largo de seis kilómetros entre acantilados verticales de más de 80 metros de altura.
Presenta formaciones vegetales de gran interés, por su distribución restringida en la provincia de Cuenca y el número elevado de especies endémicas, raras o amenazadas que presentan. Destacan por su belleza los tilares, avellanares, choperas, robledales,...
Presenta también otros elementos geomorfológicos estructurales kársticos típicos de la evolución de vertientes como son desprendimientos, cascadas, travertinos, meandros, surgencias y cavidades. El resultado es un conjunto de gran espectacularidad paisajística.
Es un buen punto de partida para recorrer la  serranía.

Flora
Las comunidades vegetales más relevantes se localizan en los rincones más húmedos y umbrosos del centro de la Hoz. Son los tilares y avellanares, un verdadero reducto de vegetación atlántica con multitud de especies endémicas, raras o amenazadas. El paisaje vegetal de la zona se completa con pinares de pino negral
(P. Nigra), quejigares, sabinares y notables comunidades de ribera con presencia de álamo temblón (Populus tremula). Destacan también las comunidades vegetales rupícolas de paredones y cortados con la presencia de la planta carnívora protegida Pingüicola mundi, especie exclusiva de la Península Ibérica.

Fauna
En cuanto a la fauna, destaca la presencia de nutria, trucha, gato montés, gineta y tejón. Las cuevas y simas de la zona son un importante hábitat para murciélagos, con uno de los refugios de invernada más importante de la región del murciélago mediterráneo de herradura (Rhinolophus euryale).
La comunidad de aves goza de una enorme diversidad, con presencia de al menos 8 especies incluidas en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas: alimoche, águila culebrera, martín pescador, búho real, mirlo acuático, azor, alcotán y gavilán; y de una buitrera con una importante colonia de buitre leonado.

Comentario.
En esta ocasión, el reto ciego aventurero marcaría un antes y un después a causa de sus especiales condiciones.
En tan corto periodo de tiempo, apenas un par de horas, las vivencias son tan dispares e inconcretas, que dependiendo del estado del tiempo, nos ofrece un amplio marco de opiniones como de resultados.
La atención sobre la seguridad física tanto nuestra como del perro guía, determinará posiblemente la ralentización del paso.

Sinopsis de: Ciegoaventura ruta 20. Pedanía de Cañizares "Caserío Puente Badillos-Pantano De La Chincha". Circuito V


Abandonamos Cañizares con su sobre cogedor Hoz-sumidero, su emporio industrial de carburundun y su manantial mundialmente conocido como es: Solán de Cabras, para acercarnos a su pedanía Puente Vadillos.
Poquito antes de alcanzar el Monumento Natural Hoz De Beteta, veremos en margen derecho de la carretera la casa De La Toba: (casa escabada enteramente en roca). En margen izquierdo, el hotel del pequeño pueblín; junto a un costado, arranca un tramo asfaltado como si de una calle se tratara ya que mientras por la izquierda discurre el cauce del Guadiela, por nuestra derecha se disponen algunas casas pero, apenas son unos 200m que enseguida, se transformará en el carril que lleva hasta el pantano De La Chincha.
Serán 5 Km. (10 ida y vuelta), de agradable paseo. En todo momento estaremos escoltados por las aguas del río Guadiela y un frondoso pinar. Si bien, la sombra escasea sobre la línea del camino.
El suelo es bueno para senderistas de escasa movilidad aunque una silla de ruedas podría tener algunas dificultades a tenor de alguna cuestecita y cantos rodados dispersos a lo largo de la ruta.
Llevar agua, no hay fuentes.
Para quienes deseen “tomar posada” en el http://www.caseriovadillos.com/ , la referencia que os puedo ofrecer no puede ser más favorable, si bien, un arreglito no le vendría nada mal:
Económico, tranquilo, limpio y gastromómicamente hablando, excelente. Quizás, la única salvedad, para los que desconocen el carácter manchego-serrano-conquense, sea encontrarse perplejos ante el talante un tanto tosco de los propietarios. Uno de ellos, el que se presta a sonreir con más facilidad, es el más viajado.
Como es de índole general, no lo calificaré como punto negro, si no oscuro: el complejo hotelero, no está adacgtado para visitantes con discapacidad. Es más, no consta de ascensor ni habitaciones en planta baja.
Ningún problema con perros. Mucho menos, si son guías.

Ruta 20.
“Puente Vadillos-Pantano de La Chincha”
A flor de piel.

Dificultad baja.
Presenta alguna rampa que puede poner en apuros a una silla de ruedas.

Recorrido lineal.
Distancia estimada: 10 Km. ida y vuelta.

Llevar agua. No hay fuentes.

Poca sombra sobre la línea del camino al medio día.
Llevar bolsa de basura, por favor.

Posicionando la marcha. Localización.

No hay confusión posible en la demarcación del comienzo del carril en dirección a la presa. Se dibuja por el costado izquierdo del “duerme velas” construido en piedra junto a la comarcal; justamente antes de penetrar por la Hoz de Beteta. Se trata de una ruta bien demarcada con ligeros desniveles.
Es importante que fijemos la marcha pegados al margen derecho del camino. De otro modo, podríamos tomar por equívoco, alguno de los ocasionales caminitos en vertiente izquierda que, nos dirigirían directamente al río.

Los pilares del Imperio.

En todo momento a la derecha; iremos acompañados por pinares de altos y rectos troncos, condición muy apreciada por la que, los ingenieros que proyectaron la construcción del Monasterio San Lorenzo del Escorial, se decantaron por extraer madera de estas comarcas.
A la izquierda, El Guadiela. Perezoso, sin prisa, mansamente.

Palabrita del niño Jesús. ¡¿Ciego?!

En la ribera opuesta por la que caminamos, tenemos imponentes cortados formando altísimas paredes que, en algunos tramos, alcanzan los 100 metros de altura. Que, aún poderosas e impresionantes, no han conseguido evitar ir siendo modeladas a capricho del líquido elemento, el sol, los hielos y el viento.
Horadadas como por el dedo del niño “Dios”, ahondando, rasgando, atravesando como si de un gran queso se tratara. Jugando con témperas de diferentes texturas, creó matices perceptibles, aún sin llegar a palparlas:
(Ocre), como la tierra.
(Rojizo), como la pasión.
(Verde), como el aire fresco de la mañana.
(Azul), como el beso de un bebé.
(Gris), como suave lluvia de otoño.

Formando mil y un destellos en la superficie líquida tan distintos y dispares como los cuentos de “Serezade”.
¡Qué criatura tan traviesa! lanzando pegototes de barro, utilizando los riscos como dianas, ¡Dejó el desfiladero como la cara de un adolescente!!!!
En definitiva, peñascos que se prestan a la contemplación del viajero.

Quietud monacal.

La paz nos envuelve.
La quietud nos desborda.
El curso del río varios metros por debajo del nivel del sendero se aproxima y aleja continuamente.
Merece la pena parar la marcha y:
Escuchar, escuchar, escuchar y
tocar, tocar, tocar y
oler,
olfatear,
disfrutar.
¡Qué festín de sensaciones! ¡qué goce del alma!!

Pasen y vean.

Sabremos que hemos llegado al embalse, cuando sus aguas queden junto al camino. Haciendo acopio de piedrecillas, lanzándolas, será fácil conseguir esta referencia.
Aquí, los sentidos retozan en nuestro cerebro:
Peces brincadores.
Sapos cantores.
Lagartos de feroz apariencia pero, inofensivos como una lagartija.
Alguna nutria asomando los ojillos.
Crepitantes gorjeos a ras de la superficie, ¿Burbujas de procedencia desconocida? ¡Ora! ¡Ora! Esa criatura debe ser como ....

Con un poco de suerte, pues proliferan pescadores, preguntando ya se sabe qué...., podríamos acercarnos a la presa. Allí se puede tocar una compuerta expuesta en tamaño real y si la suerte nos siguiera siendo favorable, pudiéramos caminar por un pequeño pasadizo tableteado en madera que la bordea.
Impresiona situarse en lo alto de la presa y oír cuando se alivia; la furia del agua al escapar golpeando desbocada y lo que más, cuando retumba por una gran tubería desfogando una fuerte presión.
Nota:
La tobera es cuadrangular enclavada a 40m de altura. Hay quien camina sobre ella a lo largo de varios kilómetros. También, hay quien se ha despeñado en el arriesgado intento de conseguir semejante locura; teniendo en cuenta que, el aliviadero ormigonado apenas ofrece un metro de ancho sin pasamanos.
Fin de la nota.

Si el ánimo no decae y el atrevimiento del aventurero es resolutivo, desde allí mismo parten a lo desconocido distintas sendas por las que con toda facilidad podemos huir del más absoluto contacto con la raza predominante: (los humanos).
Nota:
Desaconsejada la incursión desde aquí a la Hoz-sumidero de Tragavivos, también conocida como: Rompe Huesos o Mata Asnos. No sería la primera vez que se encuentra flotando un cuerpo despeñado y no precisamente, el de un pollo alado.
Fin de la nota.
Sugerimos, un buen saco de dormir, ¿Quien sabe? Quizás, ¿Un gamo? Tal vez, ¿Un jabalí nos venga a visitar? nuestro amigo también puede necesitar cobijo. En la noche la temperatura desciende fácilmente de 15 a 20º grados, incluso en verano.
El techo del mundo se ilumina con millones de ascuas, con frecuencia, alguna desprende una chispa; pidamos un deseo.

Retornando por el mismo camino, alcanzamos de nuevo la carretera pero esta vez, los terraplenes quedan a la derecha y no (existen) quitamiedos.

domingo, 20 de mayo de 2012

Sinopsis de: Ciegoaventura ruta 19; Cañizares-Hoz sumidero Mata Asnos o Tragavivos. Circuito V.

Carece de importancia que visites por primera vez este monumento natural o, regreses en numerosas oportunidades. Siempre, te impactará.
Desde la ceja-mirador del sumidero Del cortado de Tragavivos, conocida también como: Mata Asnos o Rompe Huesos, la inicial exclamación será posiblemente, la de:
¡Ayvá!
Las posteriores expresiones admirativas, de seguro que, no serán tan correctas desde el punto de vista semántico; (finas y delicadas).
Por un lado, nos sobrecoge la sorpresa y en la medida en que todos los sentidos se despliegan, intentando asimilar semejante espectáculo paisajístico, por otro, se va colando pausadamente, el pavor; pues, aún forzando la suerte, no es sencillo contemplar el fondo de la ondanada.
El profundo tajo que el río Guadiela ha ido oradando despedazando el horizonte, se recorta a nuestros pies dejando en las paredes del abismo, una gran sucesión de moldeadas terrazas, testimonio de las diferentes épocas geológicas del curso del fascinante río.

Estamos en el pueblo de nombre: Cañizares. Atravesando esta población, arrimado a la Iglesia, arranca el carril que nos dirige monte arriba hasta situarnos tras 4 Km., en el mirador. Este, se emplaza en un reducido espacio, delimitado por rocas, vegetación y unos travesaños de madera que van a impedirnos acercarnos peligrosamente al borde del precipicio.
Podemos octar por dejar el coche en el mismo Cañizares o conducir hasta 200 metros antes de llegar a la ceja. Sea como fuere la decisión definitiva será conveniente tener muy presente lo siguiente:
El desnivel medio de la subida está en torno a un 6% que, después de los dos iniciales kilómetros, se suaviza notablemente.
Cuando el soto bosque vaya dejando paso a un espléndido pinar, el terreno pasa de ser compacto y con algo de gravilla a suelo arcilloso. Lo que significa que si llueve o lo a echo hace poco, el barrizal será considerable. Amén, de las profundas marcas que otros vehículos han provocado. Quiere decirse que, si no dispones de un todo terreno o, de un todo camino, mejor no lo intentes o te expones a dejar los bajos clavaicos. En cualquier caso, podríamos subir cosa de un kilómetro y allí, dejar tranquilamente el coche para caminar un ratito; que los árboles, no muerden.
Como podemos comprobar, el camino es de dificultad baja. Tan solo en sus últimos 200 metros, se estrecha en una vereda sinuosa ligeramente ascendente.
Las personas con discapacidad física severa, necesitadas de sillas de ruedas, por ejemplo, pueden más-menos acercarse hasta el claro en el bosque desde el que parte el tramito final. Después, imposible.
El carril principal se intertsecciona con multitud de caminos que para la práctica del senderismo, mountanvike o un sencillo paseo, nos regalan fragancias de gran intensidad, fascinantes trinos de una gran variedad de pájaros y, una fastuosa capota de sombra desplegada por pinares de espesa y aromática resina.
Llevar agua, no hay fuentes.



Ruta 19.
“Cañizares-Hoz De Tragavivos”
Estallidos de silencios.


Índice de dificultad baja. Salvo en sus últimos 200 metros para personas con discapacidad física severa.

No hay sombra en los dos kilómetros iniciales. Después, excelente.

Dos horas ida y vuelta.

Llevar agua, no hay fuentes. En la plaza del pueblo se ubica una fuente de varios caños, excelente agua.


Descripción del entorno.

Podemos asegurar que Cañizares, cadece de los servicios básicos de toda población humanoide, apenas, alguna casita rural y un par de tiendas; una de ellas, la panadería, aunque el suministro lo proporciona la tahona de Cañamares, fundamentalmente. Esto significa que si no compramos el pan y bollería a una temprana hora, lo más probable es que nos quedemos desavastecidos.
Localizar el carril por el que acceder al cortado, no es nada complicado si, preguntamos a algún lugareño. Las indicaciones dejan bastante que desear.
Una vez descubierta la calle que muere donde el ancho camino comienza, la única complicación posible consistirá en seguir las marcas que van orientando la dirección correcta; (Blanco-amarillo).

Iniciamos el ascenso por una cuesta de asfalto-cemento matizada de algo de gravilla y chinarros incustrados en el suelo.
Si por nuestra derecha van quedando atrás las últimas casitas dando paso a un encrespado soto bosque, por la izquierda, se irá hundiendo la tierra que en función del nuestro ascenso, terminará por tomar el nombre de barranco.
Sin apoyo visual la aventura no es posible. Las referencias son del todo intangibles. Las bifurcaciones son orográficamente hablando, ilocalizables.
Según tomamos altura la apreciación visual es la de encontrarnos rodeados por una corteza verde desconchada de tanto en cuando por el rojo de la caliza y los vario pintos colores de las distintas plantas.

El mensajero alado.

Sería poco riguroso si aquí dijéramos que: ¡Seguir todo recto! Ojo con la señalización. Se encuentra en claro retroceso, puede estar desaparecida por la desidia administrativa o, vaya usted a saber.
Una vez encontrado el frondoso pinar que nos espera monte arriba, ya podemos respirar tranquilos. El carril a partir de aquí está muy bien delimitado y ya no encontraremos otros caminos que incidan en confundirnos.
¿Que, como sabremos que es el correcto? Por la obvia apreciación sobre el terreno. Marcadas huellas de vehículos nos preceden.
De vez en cuando la marcha será amenizada por repentinas corrientes térmicas. El fondo sonoro similar a un siseo, nos anuncia la proximidad del cortado Claro que, para vosotros, torpes videntes, lo del siseo, es, ¡Tan! ¡Imperceptible! Pues, ¿Qué queréis? Haberos pedido ser ciegos.

Contacto con tacto.

Hemos alcanzado el claro del bosque donde muere el carril. Ahora, buscaremos el estrecho sendero situado al otro lado del despejado lugar, ligeramente a la derecha; será este, el que nos aproxime a la ubre de La Madre Tierra.
Los escasos 200 metros que hemos de caminar hasta nuestro destino, se encuentran heridos por zarzales de púas caprichosas de todo tejido textil o humano que se aproxime. Agujas de pinos encantados; tanto es así, que vas echo todo un príncipe y a la vuelta, te asemejas más a un mendigo. Pasillos de primorosas telarañas que te dejarán el pelo como culo de babosa. Y, ¡OH gozosa felicidad! ¿Tenéis el recuerdo infantil de los rasca moños?

Bueno, no os pongáis así.
Como diría el maestro del humor, Gila:
“Si no sabéis aguantar una broma, mejor os quedáis en casa”


Información general.

El Monumento Natural Hoz de Beteta y Sumidero de Mata Asnos está situado entre los términos municipales de las localidades de Beteta, Carrascosa y Cañizares, en la provincia de Cuenca. Constituye uno de los cañones fluviales más espectaculares de la Serranía conquense, de gran valor paisajístico.

Flora

Las comunidades vegetales más relevantes se localizan en los rincones más húmedos y umbrosos del centro de la Hoz. Son los tilares y avellanares, un verdadero reducto de vegetación atlántica con multitud de especies endémicas, raras o amenazadas. El paisaje vegetal de la zona se completa con pinares de pino negral (P. nigra), quejigares, sabinares y notables comunidades de ribera con presencia de álamo temblón (Populus tremula). Destacan también las comunidades vegetales rupícolas de paredones y cortados con la presencia de la planta carnívora protegida Pingüicola mundi, especie exclusiva de la Península Ibérica.

Fauna

En cuanto a la fauna, destaca la presencia de nutria, trucha, gato montés, gineta y tejón. Las cuevas y simas de la zona son un importante hábitat para murciélagos, con uno de los refugios de invernada más importante de la región del murciélago mediterráneo de herradura (Rhinolophus euryale).
La comunidad de aves goza de una enorme diversidad, con presencia de al menos 8 especies incluidas en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas: alimoche, águila culebrera, martín pescador, búho real, mirlo acuático, azor, alcotán y gavilán; y de una buitrera con una importante colonia de buitre leonado.

Este Monumento Natural se sitúa en el norte de la provincia de Cuenca, entre las muelas de Carrascosa y del Palancar o de San Cristóbal con altitudes que superan los 1300m.


Muy cerca de Cañizares: el barranco de La Hoz De Somera.

http://www.youtube.com/watch?v=yu2oP2fCsqw&feature=related