Arcos de la Sierra.
Beamud.
Cuenca.
Huélamo.
Las Majadas.
Portilla.
Tragacete.
Uña.
Valdemeca.
Villalba de la Sierra.
Zafrilla.
El núcleo central de la Serranía de Cuenca, posee una gran riqueza en flora, fauna, geología, geomorfología y paisaje.
El relieve de la Serranía está dominado por altas parameras o "muelas", en las que se aprecian los efectos del modelado cárstico con abundantes lapiaces, bogaces, dolinas, torcas, y simas.
En estas altas parameras destacan amplios valles a favor de litologías más erosionables, o bien las denominadas "hoces",
Cañones de erosión fluvio-cárstica de abruptas pendientes con importantes escarpes.
La zona cuenta con una buena representación de formaciones travertínicas del cuaternario. Todo ello, constituye una amplia representación de elementos geomorfológicos de protección especial.
Las masas forestales y particularmente (los pinares) dominan el paisaje vegetal, situación, compartida con el adyacente Parque Natural del Alto Tajo; conformando entre ambos territorios una de las masas forestales naturales más extensas de España.
La diversidad florística de este territorio, se ve muy favorecida por la presencia entre las parameras y las muelas de numerosas hoces excavadas por los ríos, cuyas particularidades edafo-fisiográfico-micro climáticas las han convertido en un importante refugio de flora euro siberiana, con notables disyunciones pirenaicas, así como la flora rupícola y ribereña.
La elevada variedad de ambientes de montaña que alberga la zona favorece el desarrollo de una alta biodiversidad faunística resultando muy importante para un gran número de especies de flora y fauna incluidas en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas.
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