PRÓLOGO.

Redacción descriptiva realizada por Juan Manuel E.M., Susana María L.R., y Rosa De Lima E.M. (Jalí)”. Con la inestimable ayuda de nuestro perro guía “Iodo”; sin el que no hubiera sido posible el diseño de “Ciego Aventura”. ¡Gracias bebé!
Nuestro reconocimiento y sincero homenaje a todos aquellos que intervienen directa o indirectamente en la preparación de los perros guía.
Estas rutas han sido descritas específicamente para personas con discapacidad, y muy particularmente ciegos o deficientes visuales.
Buena parte de ellas, tienen su comienzo desde el Cámping “La Dehesa” en el municipio de Cañamares, “Cuenca”.
Queremos agradecer la coolaboración del ingeniero informático: Jacintows. El afamado letrado en derecho y gran conocedor del mundo de la radiocomunicación: Tomás. Así, como a Rafa y familia (Gestores del cámping) por su amabilidad.















EL SENDERISMO

Hablar de caminos y de rutas tradicionales, supone echar una mirada a lo más profundo de nuestra historia. Se tratan, de obras civiles de interés social y cultural que forman, en su conjunto, el patrimonio viario de un territorio, el cual, ha sido la base para el desarrollo de los pueblos, adaptándose a la geografía y a las necesidades de los vecinos y transeúntes, como hoy lo son el conjunto de carreteras y autovías.Los caminos, también pueden concebirse como ‘aulas’ de interpretación y conocimiento de los entornos que recorren. Pero, los avances en los medios de transporte, los nuevos hábitos y costumbres en el medio rural, han dejado olvidados a los pequeños caminos, los cuales paulatinamente se van perdiendo sobre el terreno y en la memoria, con grave riesgo de desaparición.El senderismo o sencillamente, el paseo, suponen un uso generalmente extendido para los viejos caminos, demandado por el visitante foráneo de las ciudades cuando se acerca al mundo rural, en busca de actividades de ocio reconfortantes y sensaciones vivificantes, buscando el encuentro con sus habitantes, tradiciones, productos y entornos naturales. Esta actividad, supone una ayuda complementaria para los proyectos de promoción local de las zonas deprimidas.También, para los habitantes locales, la recuperación y puesta en valor de los caminos, significa recuperar su memoria, recordando aquellas viejas rutas que con tanto esfuerzo se mantuvieron vivas, interpretando el importante legado que contienen y mirando con otros ojos los ecosistemas naturales de cada localidad.

sábado, 24 de mayo de 2014

lunes, 21 de abril de 2014

Sinopsis Ruta 22. Mina de Hierro. Circuito V

Llevar agua. No hay fuente.
Ropa de abrigo para visitar la mina.
Calzado cómodo a poder ser deportivo.
Llevar bastón de apoyo.
La mina no es accesible para silla de ruedas, sí el resto de instalaciones como por ejemplo el museo.

La mina de hierro, ubicada en Cueva Del hierro (Cuenca), minúscula población cercana a Beteta, ofrece una muy interesante e increíble opción de ocio, comprimido en apenas un par de horas podremos conocer retazos de legendarias culturas, así como las consecuencias socio culturales y económicas que complementan eficazmente el enorme potencial turístico de la comarca.

Nos alejamos de caminos y veredas para fusionarnos con apasionantes pero terribles pasajes históricos de culturas milenarias casi olvidadas.

Equipados con cascos de minero facilitados en la oficina de información, a la entrada del yacimiento ferroso, previo pago por la visita, descenderemos por varios tramos de escalones labrados en la roca. La temperatura ambiental desciende acorde al creciente ascenso de nuestra curiosidad. Denotamos polvo en suspensión. La fresca manta que se despliega desde la boca de la mina, produce sensaciones escalofriantes; más por la brusca bajada térmica, que por las terribles vivencias de los esclavos que allí fueron confinados como topos, según nos va relatando la guía.

Retazo Histórico

Los celtíberos eran pueblos ganaderos, de ahí su vida de trashumantes en busca de pastos y su aparición por la Serranía de Cuenca.  Poco a poco fueron asentándose en poblados, denominados castros y supieron aprovechar los recursos cercanos, tal es el caso de la mina en Cueva del Hierro. Podría considerarse como la primera explosión demográfica de la península y consecuentemente, parte de ellos se dedicaban al saqueo.
Los romanos llegaron a la península en el siglo II a.C.; buscaron especialmente las explotaciones mineras de Cartagena o la Sal de Minglanilla. Cueva del Hierro no escapó de esa búsqueda.

El máximo apogeo tuvo lugar en el siglo I d.c. con los Julios Claudios. Fue entonces cuando en la provincia se construyeron las excelentes calzadas, entre ellas, la que unía Cartagena con Zaragoza, pasando por Iniesta, Valeria, Segóbriga, Peña de Escrito y Molina de Aragón. Por Beteta y Cueva, pasaba una secundaria de ésta.

Es difícil precisar cuando tuvo lugar el descubrimiento y aprovechamiento del yacimiento. Posiblemente las culturas prerromanas, los celtíberos, fuesen los primeros explotadores.

El afloramiento superficial del mineral, la fragilidad y poca consistencia del mismo, el bosque próximo (propiciador del carboneo), pudieron ser los atractivos de la rudimentaria siderurgia.


Es seguro que los romanos se desplazaron desde Ercávica, Valeria o Segóbriga para utilizar esta riqueza natural. Prueba de ello son las calzadas romanas próximas a la zona, (Peña de Escrito junto a la Herrería de Santa Cristina).

Ruta Piloto. El Braille Natura sobre el granito

Acompañado por el técnico en roca Antonio Alegre, he tenido la oportunidad de comenzar una faceta nueva: la escalada. Inquietud que, por otra parte, me venía produciendo ciertas reticencias. Eso de separar los pies del suelo, no era algo que precisamente me motivaba ni mucho ni poco, vamos, nada de nada.

En realidad controlar las emociones y dudas que surgían a cada embate con la roca, fue un trabajo de mentalización más que físico, claro, que me ayudó muchísimo el buen hacer de Antonio. Profesionales así son una pasada.

Es curioso el relieve, o debería decir, los relieves del granito. La textura se mantiene por igual en todos los recovecos, sin embargo, los desgarros y hendiduras, aristas y placas, son de lo más interesante e indudablemente gratificante, sobre todo cuando localizas un huequito donde sentarte con los pies colgando al vacío. ¡Guau!


No siento el mismo entusiasmo por la escalada como por las carreras por montaña pero, me identifico mucho con el espíritu que la envuelve.




sábado, 16 de junio de 2012

Tierras del Alto Tajo

Me siento punto convergente de contradictorios sentimientos; a saber:
Añadir mi criterio a los miles existentes que se pronuncian a favor de dar a conocer las sobresalientes riquezas paisajísticas del Alto Tajo o, posicionarme en el extremo opuesto, proponer se pongan puertas al campo, tirar la llave y, a quien cruce la línea, ¡Que lo fusilen!
El día que los gringos que hablan por la nariz y, el día que saquen a los japoneses de la contemplación del esplendor decadente de nuestras ciudades, que, la Santa Virgen Del Barranco nos coja confesados. Aunque quizás, sean ellos los que realmente valoren en su justa medida, lo que por esta colmena de abejas locas que forma este cuajo llamado España viene sucediendo desde hace unos cuantos siglos y, además de redescubrirnos El Quijote y la belleza del idioma de Cervantes: EL ESPAÑOL; nos den lecciones de cómo se han de hacer las cosas. Claro está, Pudiendo hacerlas mal, ¡Para qué, hacerlas bien! En este país donde no cabe un inepto más, de amplio subvenir de gentes envidiosas, analfabetas y con un punto de mala leche fuera de lugar.

Nuestro paseo enmarañado por estas tierras, fue como decía, de encontrados sentimientos. De libertad unos. De fustración y cabreo otros. Les apuesto, la claridad de una bombilla en un día soleado de verano a, noche cerrada como cojones de grillo, que si se mantiene limpios de polvo y paja de la mugre nacional o, nacionalista, les va a suceder lo mismo.
Vaya por delante mi admiración por esos pequeños crepúsculos de la rama hostelera que rascan lo que pueden o, lo que les dejan, superviviendo como pueden ofreciendo, una calidad gastronómica o de “aposentos”, muy superior a la que pudiera darse en relación a sus precios. Sin embargo, cuando crees que vas a bailar con la más guapa y, te das cuenta demasiado tarde para evitar ceñirle el brazo por el talle, como una enorme verruga la crece en la punta de la nariz, te quedas, primero, con la boca como la entrada al Metro politano, para después, poner pies en polvorosa como el ínclito: “Mic Mic”.

Todo comienza cuando a través de ese invento diabólico que es Internet, se despliega en sucesión casi ilimitada, de ofertas y, contra ofertas: casa rural “Fulanita”. Hotelito con encanto “Menganito”. Hostal en plena naturaleza salvaje “Frutano de Tal”. etc., etc., etc. Hasta que al fin, te determinas: “Parece mono”. “La relación precio-calidad es interesante”. “Nos queda cerca de esto y lo otro”.
Emprendes el camino prometiéndotelas a lo Indiana Jones en plan reláx con tu chica. Llegas a Peralejos de Las Truchas. Localizas ese lugar con encanto, y, al penetrar por esas puertas de madera que a poco te separan de tu equipaje dejándote, las manos frías e inertes, empiezas a mosquearte y a pensar que en algo, te has equivocado: ¿Quizás, de pueblo? Pero no, es el hostal de Peralejos, de fachada rústica preciosa, rodeado de parajes salvajes y fantásticas vistas. Debo de puntualizar, que hotel, lo que se dice hotel, no hay en esta población; al menos, cuando nosotros fuimos, esto, era lo más parecido.
Después de unos minutos larguísimos, alguien se acercó a nosotros con la mirada puesta en el perro guía, mirada, que valoraba la peligrosidad de tan fiero animal; si Iodo hablase, imagino lo que diría:
"¡Oye! Cara culo, ¿En que idioma prefieres que te conteste?"
Prevista una semana, soportamos estoicamente, tres días:
Sucio hasta la arcada, cutre, ruidoso hasta las tantas, de viandas escasas y mal cocidas,…,. Ya teníamos decidido marcharnos cuando un temporal de nieve precipitó la huida. Tal fue así, que en una sola hora, dimos por desaparecido al coche. Y para colmo de males, alguien comentó que la quita nieves nunca llegaba a tiempo.
http://www.turismocastillalamancha.com/alojamiento/hostales/peralejos-de-las-truchas/hostal-el-tajo/#a

Desconozco en primera persona si en todo El Señorío de Molina de Aragón, hay hospedaje alguno accesible, lo que es adaptado, ni me lo planteo. Recientemente, en una actividad sobre árboles singulares que tubo a bien invitarnos el centro Del Cuadrón, provincia de Madrid, se dio la curiosa casualidad que uno de los asistentes de nombre Felipe, fue durante cinco años el gestor del albergue de Peralejos de Las Truchas, me aseguró, que al menos accesible, sí lo era; como dije antes, en primera persona no lo he comprobado.

La capital de la comarca: Molina de Aragón, tiene un muy agradable paseo. Ciudad que conserva muchas de sus capas medievales. El castillo, está prácticamente derruido pero aún, denota grandeza. Si vais con perro guía, mucho cuidado con las escaleras por las que se accede desde la población hasta el mojón donde se haya la fortaleza: botellón; lo que equivale a cristales por todas partes, botes por el suelo y restos de comida que para ellos, pueden ser muy suculentos.
Sugerimos, visitar  Checa y Chequilla. Encontramos una preciosa ruta hasta la antigua ubicación donde se celebraban las corridas de toros. Se puede acceder o por una senda muy mal delimitada y peor señalizada o, por un cómodo carril que parte desde Checa; más menos, unas 3h de caminata; a paso tranquilo, ida y vuelta. Ideal para personas de movilidad reducida y sillas de ruedas; el terreno es suave y con pocas piedras. En realidad, el corral de los toros, es una pequeña torca.
No podemos dejar la comarca sin haber visto el santuario de origen celtíbero de La Virgen del Barranco. El puente de San Pedro, donde confluyen el río Gallo y el Tajo y, todos y cada uno de los miradores que os encontréis por esos caminos o carreteras; no os dejará indiferentes.

Antes de finalizar, quiero referirme a un hecho que por singular y curioso, no carente de su pizca de guasa, nos ocurrió en Peralejos. La primera mañana de nuestra estancia, la invertimos en pasearnos por toda la población acompasados, por el “glu-glu” de las tripas por merced, del santo desayuno. Teníamos deseos de conocer algún paraje de esos que dicen ser aislados y por tanto, escasamente ojeado por humano alguno. Localizada la oficina de turismo, único estamento que allí debe funcionar bien, nos recomendaron fuéramos a un páramo que reunía esas condiciones tan ansiadas, asegurándonos, “No veréis un alma en kilómetros a la redonda, por algo, es conocido como el barranco de los silencios”.

Pues bien, allá que nos dirigimos entusiasmados ante la perspectiva de pasar una jornada que saciara el hambre de paz.
La cosa no iba mal pues, durante cuatro horas, enteras, lo único que vimos fueron algunas huellas de neumáticos de los 4x4.
Nos adentramos en el fantástico paraje, el soniquete de algunos compañeros alados y el pausado repiquetear de un arrollo cercano, eran los antídotos anti estrés que tan ansiadamente habíamos soñado.
Comimos al amor de un gran pié rocoso donde se dislumbraba la entrada de una enigmática cueva.
Todavía con buena luz, nos adentramos un poquito más, un poquito más, y así, hasta encontrarnos ante un lecho de eces de grandes mamíferos; ¡Guau!
Casi sin hacer ruido, agarrando de cerca al guía, seguimos, un poquito más.
Y de pronto, Yodo, el perro guía (de ciegos), se erizó como un puerco espín, elevó el rabo, y con un seco tirón, se soltó de mi mano:

“YODO VEN, YODO VEN”

Ni Yodo ven ni leches en vinagre.

Cuan espugnic, se lanzó en pos de un rastro que nos acercaba a un fondo rocoso, casi, inexpugnable.
Sorpresivamente, asomó la jeta un tipo con gafas de sol que, estaba haciendo sus necesidades mayores, y soltó:

¿¡Donde van los de Parla!?

Un año antes había asistido en esa localidad a un curso de informática y de ahí, me recordaba.

No hay lugares perdidos en este puñetero país y tuvo que elegir el nuestro. O según se mire, nosotros el suyo.




Reportaje sobre el Alto Tajo; (muy interesante):
http://www.youtube.com/watch?v=UBPqX8i0mOM&feature=related


Puente de San Pedro:
http://www.youtube.com/watch?v=NY7MlfhF94M&feature=fvwrel


Alto Tajo; capítulo I:
http://www.youtube.com/watch?v=2DB_JD96mRw&feature=related


Alto Tajo; capítulo II:
http://www.youtube.com/watch?v=zyat0CpbKMw&feature=relmfu


Alto Tajo; capítulo III:
http://www.youtube.com/watch?v=7WD28NeOZXg&feature=relmfu

domingo, 27 de mayo de 2012

Sinopsis de: Ciegoaventura ruta 21; en Hoz de Beteta, "Ruta botánica Fuente De Los Tilos". Circuito V


Prepararos a recibir el formidable impacto de la Naturaleza en su máxima expresión de pureza. Pensaréis que por mi apego a esta tierra, no puedo dejar de afirmar permanentemente el coincidente criterio con semejantes calificativos cada rasgo paisajístico que conforman la magnífica Serranía de Cuenca; no siempre es así, tristemente. Confío en vuestra valoración más que positiva si decidís o, ustedes deciden, comprobarlo en primera persona.
Para los amantes del refugio con la íntima soledad, os recomiendo evitéis en lo posible esas fechas en las que el género implume decide a una, desparramarse por los hábitat más apreciados en busca de La Piedra Filosofal; ¡Claro! ¡Que así queda después el monte!
Por el interior de La Hoz de Beteta y, sus inmediaciones, discurren senderos de variada dificultad. Si bien todos ellos, son honoríficas menciones a las “excelencias magnas”, sobresalen por su importancia botánica los conocidos como: ruta botánica Fuente de Los Tilos  ruta de La Cueva del Armentero y, La Cueva de La Ramera.
La riqueza zoológica, geológica, botánica y, “bichícola”, conforman un sobresaliente espacio natural de incalculable valor.
Desgraciadamente ninguno de los accesos está habilitado para quienes tengan importantes objeciones en su movilidad.
En el lugar, se asienta un agradable merendero al cobijo de una fresca pantalla arbórea que sobre todo en meses de calor, es muy de agradecer. Una buena colección de mesas y bancos de piedra unos y de madera otros, garantizan el reláx que junto a la espléndida agua que a borbotones surge de la fuente cercana,  predisponen el ánimo por lo genuino y natural.

http://www.youtube.com/watch?v=LrwEDsC41wQ


Ruta 21.
“Ruta botánica Fuente de Los Tilos”
Un pecado para los sentidos.

Dificultad alta.
Inaccesible para silla de ruedas.

Trayecto circular.
Distancia 4 Km.

En el comienzo hay fuente.
En el camino no hay Fuentes llevar agua.

Buena sombra.
Llevar bolsa de basura, por favor.

Recomendaciones especiales:

Botas de montaña.
Pantalón largo.
Manga larga.
Si se realiza tras una tormenta llevar chubasquero.
Gorra de ancha visera con protección lateral o en su efecto un casco.
Proteger cara con gafas anchas o bien con antifaz.
(Imprescindible) bastón de apoyo.


Descripción del entorno.

Entre ruta y carretera discurre el río Guadiela que cruzaremos por un pequeño pero ancho puente. Admite paso de coches. Por otro lado, en función de la dirección nos vendrá bien comenzar desde aquí el paseo ya que, tendremos pared a la derecha en todo momento, mientras el perro (guía) nos dará protección por la izquierda.
El puente situado más arriba, en la carretera, a 700m en sentido Beteta, donde finiquita la ruta Botánica, no es aceptable para vehículos dado su tamaño.
Dirigiéndonos  en paralelo al río, enseguida aparecerá a nuestra izquierda, lo que parece, creo, una depuradora o sea quizás, una pequeña central hidroeléctrica; el sonido es inequívoco en función a su localización sonora.
Por la derecha e inmediatamente antes de la aparición del primero de los   descansillos escalonados que nos empujan al interior de La Hoz de la vieja Betera,  localizamos el magnífico surtidor acuífero que da nombre al lugar: La Fuente De Los Tilos; formando en su alrededor un buen charco.
Si nuestra prioritaria opción fuera la de dar buena ley al chorizo de lorza o, la “impúdica práctica” de antiguas mancebías con honores al santo “Arrímate Matea”, os sugiera la fortuna sigáis adelante al encuentro de espacios recogidos y ocultos; Por aquello de: ¡Niño! ¡Deja de joder con la pelota! O, en busca del mejor de los asentamientos destinados específicamente al reposo contemplativo-gastronómico. En realidad, aún siendo habitual el trasiego de gente, se suele estar razonablemente tranquilo. El baño aquí no es lo que se dice accesible pero si tomamos la ruta del Armentero, es posible el chapuzón, el guía, lo agradecerá.
El comienzo de la ruta Botánica, la encontramos medio oculta por el exuberante follaje, poquito después de dejar atrás la fuente; la rotulación de su inicio, puede encontrarse escondida entre arbustos, hojarasca o ramadas.
Enseguida, entramos en contacto con las primeras dificultades.

El país del Rey Verduras.

El comprimido sendero inicia su ascenso culebreando con cabezadas  entre repechos  escalonados franqueado por pobladores del Reino vegetal dispuestos en formación de acometida y cercamiento de los pobladores del Reino Animal: boges, zarzas, matas formidables de romero, etc. Raíces de diversos tamaños que como  muecas reptantes en periscópica aparición, facilitarán el tropiezo. Rocas engarzadas, sonrientes unas, carcajeantes otras, siempre dispuestas a echar un ratito con tobillos y rodillas. Arbóreas barricadas, sugiriendo el paso a seguir. Abrazándote a sus astillados y angostos corpachones o, bajo sus ramas, teniendo que adoptar poses algo impropias de bípedos inteligentes.
En resumen, se antoja de lo más entretenido.

Tomando contacto, (en comunicación) con pared por la derecha,
conseguimos al fin, afianzar el paso y, disponernos, a la lectura del braille Natura, pues aquí, las paredes hablan.
Tan solo tendremos que vigilar el vertiente izquierdo, lo cuál, será de agradecer; en ocasiones, bajo los matorrales, el apoyo es inexistente, dándonos por ello permanente sensación de riesgo.
La altura varía rápidamente de calificativo ganando para sí, sorpresivas exclamaciones:
¡Ayvá!
Allá donde sea posible afianzar la digna postura, al menos durante unos instantes, se hace realidad la utopía. Quedando el ojo y la palma de la mano a niveles semejantes y, ahora, “Déjate de gilipolleces”, y visualiza. ¡Total! Si no lo vas a contemplar, ¡Que más te da!

¡Que visualices! ¡Coño! Y tú, no ciego de las narices, ¡También! Y si no, vas y lo describes tú, ¡Listillo!:

La textura de esta superficie es aterciopelada y acolchada:
Musgo.

Este penacho de anchas y fibrosas hojas que tapizan de suave perfil las rocas:
Trepadoras de decenas de metros.

Esta planta de brotes carnosos, pelicorta, ligeramente pegajosa, en indigente y aparente despropósito con aspecto de lánguido y abandono gesto pero, ¡Ah pícara! en íntima coyunda con los insectos:

“La Pingüis Mundis”. Conocida en la región como La Grasilla.
Variedad de planta carnívora, especie exclusiva mundial de la península Ibérica. ¿Hablará español con los bichos?

Por estas grietas, la montaña escupe fragancias que saturan y embriagan el aire como el mítico perfume egipcio de las doce esencias:
Lavanda, romero, tomillo, etc, etc, etc.

¡Anda! ¡Mira! La facción estúpida de Los Hunos, han cargado contra los carteles descriptivos del entorno. "¡OH! Mis héroes”

No tardamos en alcanzar un pegote de ingeniería que debió de suponer el henchido orgullo por aquello de:
“Esto, lo recordarán generaciones venideras”:
Puentecito-mirador ormigonado agasajado con quita sustos lateral metálico; (Pasa manos tubular).
Claro que, las vistas desde aquí deben ser cojonudas. Bueno, eso dice mi santa; y no vamos a contrariar a la legítima; ¿Verdad?

El camino fluctúa en leve descenso hasta situarnos entre piedras, que bien, pueden ser utilizadas como referencia para apoyo y descanso.
Continuamos.


Virgencita, ¡Que me quede como estoy!

De improviso, la senda es seccionada por una inconsistente e imperceptible ¡Nada!
Salvando el paso por la (inquietante) axila, surge, una plataforma en madera estrecha y tamborilearte bajo la bota y andador, con pasa manos igualmente en madera pero, con laterales al descubierto; entre barandilla y suelo del puentecito, 1m de hueco.
Entenderemos la ubicación, como la mitad de la ruta.

Posicionando:
Al frente, una vez cruzado el puentecito, hay una pendiente ascendente irregular e inestable por la que tomaremos contacto con pared en la que se ubican viejas buitreras y plantas carnívoras... Aventurarnos hacia, por o en ella, es altamente arriesgado sin apoyo visual. Hemos de tener presente que, el precipicio se sitúa muy cercano a nuestra posición.

Nota:
En mi última visita (septiembre del 2011), me encontré con la muy agradable sorpresa de la colocación de una escalera de madera bien pertrechada lateralmente, por la cual, podéis acceder sin demasiados imprevistos hasta llegar a tocar la pared anteriormente mencionada.
Fin de la nota.
PDT:
No me seáis mamones y respetarme las devoradoras de bichines. Aquello de:
¿A ver, a ver, que hay dentro de las hojitas cerradas?

A pocos metros, localizamos varias Grasillas abrazadas a suelo y pared, entretenidas en poligámica aceptación. Algunas de sus hojas ya cerradas en libro, dejan adivinar el fin de una corta, efímera y mutua atracción entre ellas y los insectos. Otras, exhiben su soltería, a la espera de jugosos pretendientes.

Retrocedemos volviendo a la seguridad del sendero. A la derecha, el camino se comprime y gira en paralelo con pared, (siempre) siempre a la derecha.
A la izquierda, unos 10 metros, buitreras.
Abajo, impresionante cortado en libre caída de varias decenas de metros.

El castillo de irás y no volverás.

A partir de ahora, el circuito será en permanente bajada hasta alcanzar el cauce del Guadiela.
Hemos de tener muy presente ciertas condiciones referenciales que van a ir saliendo al paso y podrían perjudicar gravemente la feliz marcha del paseo si no estamos preparados y atentos:
Aparición de ruido producido por el tránsito de tráfico rodado a la izquierda. Será esta, la principal marca audible y sobre la que hemos de mantener gran atención, ya que, nos orientará sobre el final del sendero.
Entre camino y carretera, tenemos barranco y río. El transcurrir de las aguas será imperceptible hasta conseguir mayor proximidad a la orilla.
“De seguro de seguro”, que todavía continúa una ramita, ¡La muy…!.” Cruzada en la senda a la altura de la cabeza o, de los morros, ¡A saber!
La referencial pared que hasta ahora nos acompañó en nuestro lado derecho, se abrirá para dar paso a una empinadísima cuesta a rebosar de matorrales. No debemos de tomarla, sino seguir recto. (Meandro en época de lluvias, también aprovechado por las “Bestias” de la noche) para acercarse al abrevadero natural que les ofrece el cristalino cauce del río.

Aula de interpretación.

La promontoria formación cárstica, deja entre ver hendiduras de insondables destinos.
Horadada por efecto de los meteoros en el discurrir de los tiempos y por el lánguido fluir de torrentes subterráneos, así como por “la mano” del hombre, dando lugar a un sin fin de túneles y madrigueras.
¿Qué misterios guarda la montaña?
¿Esta concavidad en forma semejante a una habitación con cuarto de baño, pudiera ser la residencia ocasional de bandoleros en tiempos?
Tal vez, ¿Maquis?
Recreamos con la imaginación acciones guerrilleras enfrentadas carretera y cuevas.
El Guadiela, sabedor de historias, no contesta a ninguna de las interrogantes. Él, a lo suyo. Mirando abajo. Labrando. Arrastrando.
Finalmente, alcanzamos el puente que, dispone: Hasta aquí hemos llegado.

Deshojando la margarita.

Ahora, hemos de resolvernos a tomar una de las dos alternativas posibles:
O damos la vuelta.
O, continuamos por vertiente izquierda de carretera hasta donde dimos comienzo la ruta.
Si tomamos carretera y manta, siguiendo el quitamiedos metálico situado a la izquierda del puentecito, a 700m, encontramos el inicio. Es decir, donde comenzamos la ruta.

http://www.youtube.com/watch?v=EBTuC6sOYj4&feature=related

Información general.

La Hoz de Beteta constituye uno de los cañones fluviales más espectaculares y bellos de la Serranía de Cuenca. Está recorrido en su totalidad por el río Guadiela, que ha excavado en la roca caliza un profundo y estrecho tajo por el que discurre a lo largo de seis kilómetros entre acantilados verticales de más de 80 metros de altura.
Presenta formaciones vegetales de gran interés, por su distribución restringida en la provincia de Cuenca y el número elevado de especies endémicas, raras o amenazadas que presentan. Destacan por su belleza los tilares, avellanares, choperas, robledales,...
Presenta también otros elementos geomorfológicos estructurales kársticos típicos de la evolución de vertientes como son desprendimientos, cascadas, travertinos, meandros, surgencias y cavidades. El resultado es un conjunto de gran espectacularidad paisajística.
Es un buen punto de partida para recorrer la  serranía.

Flora
Las comunidades vegetales más relevantes se localizan en los rincones más húmedos y umbrosos del centro de la Hoz. Son los tilares y avellanares, un verdadero reducto de vegetación atlántica con multitud de especies endémicas, raras o amenazadas. El paisaje vegetal de la zona se completa con pinares de pino negral
(P. Nigra), quejigares, sabinares y notables comunidades de ribera con presencia de álamo temblón (Populus tremula). Destacan también las comunidades vegetales rupícolas de paredones y cortados con la presencia de la planta carnívora protegida Pingüicola mundi, especie exclusiva de la Península Ibérica.

Fauna
En cuanto a la fauna, destaca la presencia de nutria, trucha, gato montés, gineta y tejón. Las cuevas y simas de la zona son un importante hábitat para murciélagos, con uno de los refugios de invernada más importante de la región del murciélago mediterráneo de herradura (Rhinolophus euryale).
La comunidad de aves goza de una enorme diversidad, con presencia de al menos 8 especies incluidas en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas: alimoche, águila culebrera, martín pescador, búho real, mirlo acuático, azor, alcotán y gavilán; y de una buitrera con una importante colonia de buitre leonado.

Comentario.
En esta ocasión, el reto ciego aventurero marcaría un antes y un después a causa de sus especiales condiciones.
En tan corto periodo de tiempo, apenas un par de horas, las vivencias son tan dispares e inconcretas, que dependiendo del estado del tiempo, nos ofrece un amplio marco de opiniones como de resultados.
La atención sobre la seguridad física tanto nuestra como del perro guía, determinará posiblemente la ralentización del paso.