En esta ocasión, os ofrezco esta ruta para compartir juntos una experiencia única, al menos para mí.
Ha sido con mucho, el espacio natural más complicado de trasladar a estas páginas con mínimas garantías de interés descriptivo.
Cuatro expediciones en cuatro años, que siguen siendo insuficientes en conseguir un fiable mapa mental de la comarca de manera que, a día de hoy, todavía no me he encontrado.
Si optamos por usar vehículo, hay algunos detalles a tener muy presentes; podemos atacar el carril desde dos puntos diferentes:
Pasado el túnel que atraviesa El Monsaete, dejamos a la izquierda, la carretera al puerto. Inmediatamente, un camino que penetra en el bosque; (Corta fuegos). Enseguida, podremos localizar un bracito de asfalto de unos 15 metros; (Primera entrada al carril).
Si se nos quedó atrás el desvío, no preocuparse, en cuanto hayamos dejado por la izquierda, tres quitamiedos galvanizados, veremos inequívocamente, la segunda de nuestras alternativas.
Os recomiendo esta última ya que aunque es un trayecto más largo, no vamos a tener ningún problema de suelo incluso, en época de lluvias. Mientras que la primera opción, la más cercana al túnel, se asienta sobre zona húmeda de terreno arcilloso. Os podéis imaginar cuando caen unas gotas. Muestra de ello, son los trocitos dispersos y a medio enterrar de algunos coches: faros, guarda barros, etcétera. Si vuestro coche es de chasis bajo, no dudéis, tomad la otra vía de entrada, es decir, la segunda.
El camino no se distingue por dificultades de mención. Quizás, algunos puentecitos salva arroyos
Pero nada complicados salvo para camiones, por ejemplo.
Ideal para la práctica del senderismo, vivac,, mountanvike,… Y para personas de cualquier condición física.
Durante los iniciales primeros 15 Km., apenas oleremos agua, sin embargo después, el Guadiela y uno de sus afluentes más caudaloso, nos reciben en traje de baño.
Los parajes emboscados entre pinares, las presas, y la inscripción romana del siglo I d.c., son muy dignísimas menciones honoríficas que no podemos dejar indiferentes por sus importantes aportaciones históricas y económicas de la región conquense.
Ruta 18.
Puerto Del Monsaete-Herrería De Santa Cristina-presa De Toriles.
Habemus Falcata.
Pista forestal de tierra.
Ruta lineal:
Desde el inicio del carril hasta bifurcación con camino “Herrería de Santa Cristina-Alcantúz, son 10 Km.
Cruce de vías (bifurcación)-Herrería: 2 Km.
Cruce de vías (bifurcación)-presa de Toriles, dirección Alcantúz: 3 Km.
Índice de dificultad baja.
Accesible para silla de ruedas según que tramos. Buen terreno para senderistas de movilidad reducida.
Muy buenas pistas para mountanvike.
Buena sombra según que tramos.
Llevar agua. No hay fuentes.
POSICIONAMIENTO EN LA MARCHA
Retomemos la ruta anterior “Camping La Dehesa”-“Alto Del Monsaete” para conseguir una buena orientación.
Estamos en el puerto, donde el camino isabelino toca carretera. Desde aquí, nos encaminamos vertiente opuesta por la que previamente ascendimos, es decir, camino-carretera-y, a la derecha.
El descenso será breve. En apenas 20 minutos nos vamos a presentar ante el cruce con otra vía; Carretera Cañamares-Cañizares-pedanías de Puente Vadillos y Solán-Beteta-…. Ésta sí, muy transitada por toda clase de vehículos. Serán los tráiler porteadores del agua de los acuíferos de Solán De Cabras y Beteta, quienes más nos preocupan. Nos encontramos muy cerca de la otra entrada al túnel.
Nos iremos posicionando en margen izquierdo al finalizar la bajante travesía ya que, el carril que buscamos se ubica a escasamente 500 metros en este mismo sentido. El arcén, por asignarle un nombre, es minúsculo.
Trabajo de campo.
Tenemos por delante unos cuantos cientos de metros realmente conflictivos. Prima nuestra seguridad ante todo.
A la que vamos caminando, colocando al perro guía si de él disponemos a nuestra derecha, tomaremos el bastón con la izquierda. De este modo vigilaremos con mayor reafirmación el perfil del asfalto con límite poco fiable.
Cuando aparezcan sonidos de tráfico en la distancia, no será mala idea parar y asegurar nuestra posición y si es el caso, onernos fuera del asfalto. No es tan solo por la velocidad de coches y aguadores sino más bien, por los bandazos de aire que nos podrían hacer perder el equilibrio. ¡Sí! Así se las gastan.
Estamos intentando encontrar un muñón de pista asfaltada. Visualmente, se podrá emplazar rápidamente dado que, allí mismo hay una señal de prohibido hacer fuego. Son unos 15 metros de entrada cimentada.
Puede suceder que nos pasemos de largo.
¿Qué hacer si nos dejamos atrás ese pico de gallo?
¡Bueno! ¡Pues, muy bien!
Seguiremos andando entonces. A unos 100 metros toparemos con el inicio de un quitamiedos metálico que será, una magnífica referencia. Nos damos la vuelta por el mismo perfil y, volvemos a intentarlo.
Más liao que la pata un romano.
Estamos en el buen camino.
Con frecuencia, con demasiada frecuencia, nos vamos a interrogar.
¿Iré en la dirección adecuada?
¿Me orientado debidamente? ¿O,, me estoy metiendo en un lío de cojones?
Han transcurrido cuatro años de expediciones a pié y en coche. A día de hoy he de reconocer que, es la ruta, con diferencia, más complicada e inaccesible para ciegos totales con la que me he encontrado.
Son kilómetros de absoluto desconcierto. No existe técnica de orientación efectiva para acometer con seguridad el éxito de su entera finalización en solitario o refugiados en grupo sensorial.
El camino principal está muy bien delimitado en alguno de los tramos pero, en otros, se dispersan tanto y tanto las referencias que se traducen en un complejísimo maremagnun de matices sin solución.
¿Qué se puede hacer?
¡NADA! A la aventura. ¡No hay otra!
POSICIONAMIENTO EN LA MARCHA.
Al frente, el carril en tierra. Atrás, carretera con tráfico.
Nos encontramos inmersos en un humedal rodeados de altísimos pinos y matorral.
Coloquemos el Sol en lo alto. Si llueve, no podremos atravesar por aquí. El terreno se enfanga con facilidad. Caminamos sobre capa arcillosa.
En estos momentos como al regreso, el ruido del tráfico que discurre por la carretera será nuestra mejor referencia.
Tormenta de ideas.
Cualquier opinión al uso, será por supuesto, muy bien recibida.
El móvil, cargado. Y una batería de repuesto.
El gualqui, operativo permanentemente. Y batería de repuesto.
Botiquín revisado y actualizado.
Pertrechos para dos días de agua y comida.
Ropa de repuesto y de abrigo.
El saco. Aislante.
Etc., etc., etc.
Hemos comunicado a la recepción del camping nuestra intención y para cuando creemos que podremos regresar. Es decir, cuál será nuestro recorrido completo de ida como de vuelta. Y por donde.
Bien, hemos cumplido ya con los preceptos debidos de seguridad y logística. Ahora, toca poner en situación real, todas nuestras cualidades.
“La Medida”; la región de “Los Zorras”.
Hemos ido dejando atrás, el inicial bosquete de pinos, algunos campos sembrados de mimbre, varios pasadizos (puentecitos) sin defensas laterales que, nos han librado de algún que otro desnivel.
El paisaje es de monte arriba por la izquierda y, manta llana por la derecha.
Si nos desviamos por alguno de los numerosos caminitos que nos van saliendo al paso, Bien podemos topar con la ermita de La Virgen De Los Hoyos o quizás, con el abandonado albergue de Pozuelos o, ¡Quien sabe!
Si de improviso aparece un pequeño arroyito por nuestra izquierda, podemos ir respirando, la cosa va bien.
Ese hilo de agua se irá traduciendo paulatinamente en una vía de cierta importancia, en particular, en los meses de lluvia. Puede anegar todo el camino y dejarlo prácticamente inaccesible.
Entre nosotros y el arrollo aparece otra vía de agua; una acequia. Será ésta, la mejor referencia. Ya estamos cerca del cruce de caminos que nos interesa. Ya, nos vamos aproximando a las tierras de: Los Zorras; (Frupo familiar muy conocido por la zona. Dicen, que por su pasado furtivo). Aclaración:
No es un apelativo sino el apellido.
Próximo al cruce que buscamos, localizaremos un pequeño núcleo de viviendas: barrio de Los Santiagos.
El carril principal, muere a los pies de un puente muy estrecho por el que apenas cabe un coche.
Posicionamiento:
Cruce ya la izquierda: Alcantúz.
Cruce a la derecha: Herrería De Santa Cristina.
Si deseamos visitar La Herrería, vamos a encontrarnos con un camino de graba de 2 Km. Río Guadiela por la izquierda. Como parte final de la travesía, últimos 700 metros, nos encontraremos con una cuesta muy complicada para vehículos de chasis bajo o sin tracción .a las cuatro ruedas
El pequeño pueblo, cuna de la esposa de don Miguel De Cervantes, se sitúa en un páramo francamente precioso. Atravesándolo, encontraremos una pequeña pista forestal asfaltada y de aquí, a carretera comarcal.
Si optamos en tomar desde el cruce, el camino de la izquierda, es decir, en dirección Alcantúz, tenemos por delante unos 3 Km. muy bien delimitado. A la derecha, paredes revestidas de gran variedad arbustiva y pinos. Por la izquierda, un arrollo tan caudaloso que más bien parecería un río.
Estamos caminando por lo que fue una vía romana.
¡Por todos los dioses!
Hemos llegado a la presa de Toriles.
Antes de cruzar el puente que salva el salto de agua de la presa, a la izquierda, localizamos una minúscula península bordeada por el arrollo anteriormente mencionado y el Guadiela. Con casi entera seguridad, este trocito de cielo, sea inundado por las aguas en época de importantes precipitaciones ya que, los tilos centenarios, quizás, alguno milenario, que allí se asientan, exhibe sus formidables raíces. El conjunto formado por la perfecta simbiosis: agua-vegetación-sonidos del bosque, favorecen fogonazos imaginativos en los que el tiempo-espacio, carecen de sentido. Si existe una entrada al reino de los Elfos, se encuentra aquí.
Retomando la marcha, cruzamos el Guadiela. Desde el puente, disfrutamos del espectáculo que nos ofrecen los saltos de agua.
Enseguida, aparecerá por la derecha, un pequeño corral de ovejas, a continuación, una mini central hidroeléctrica. E inmediatamente, Un caminito-pasillo, recortado en la roca, que nos acerca a una inscripción romana del siglo I d.c.:
Documento en el que se expresa la construcción de la calzada romana, costeada por un acaudalado señor. Este paso, mejoraba el tránsito del carbón vegetal y mineral de hierro de gran calidad, extraído en la propia comarca y en dirección a los molinos enclavados a lo largo del río.
Todavía hoy se puede ver alguno de esos molinos. El de La Herrería De Santa Cristina, reformado por la junta de Castilla La Mancha, creo que puede visitarse pero, por más indagaciones que he realizado, no he conseguido averiguar como conocerlo. Si tu lo consigues, te estaría muy agradecido si me comunicas como.
Retorno.
Lo siento amigo. Búscate la vida.
domingo, 29 de abril de 2012
lunes, 23 de abril de 2012
Sinopsis de: Ciegoaventura ruta 17; camping La Dehesa-Alto del Monsaete. Circuito V.
Tomando como punto de partida la Dehesa en la que se encuentra el camping de Cañamares, podremos alcanzar por dos vías diferentes el mirador situado en lo alto del puerto del Monsahete:
Si optamos por acercarnos en vehículo, lo haremos por la carretera que surge a la izquierda inmediatamente después, tras cruzar el puente sobre el río Escabas. Son 10 Km. de ida y vuelta. Se trata de una vía de acceso con rampas importantes para una silla de ruedas aunque como todo, es ponerse a ello e intentarlo. Escaso tránsito de coches pues la carretera principal discurre hacia el túnel. Atención a motos y ciclistas que aprovechan estas rampas con una buena dosis de curvas, para lanzarse a tumba abierta.
Si nos inclinamos por un buen paseo, pasaremos igualmente por el puente sobre el río pero en esta ocasión seguiremos por la carretera en dirección al túnel. Enseguida, aparece por la derecha un quitamiedos metálico que dejaremos atrás. A 100 metros de éste, descubrimos el ascendente camino. Son 5 Km. de ida y vuelta. Terreno muy accidentado con base de grava, buen número de piedras sueltas e incustradas y en alguno de los tramos presenta suelo arenoso muy deslizante. Ruta de dificultad media. Poca sombra. No hay agua.
Desde el mirador se tiene una buena perspectiva del valle y fondo boscoso.
Ruta 17.
"Camping La Dehesa-Puerto Del Monsaete"
Corta pero intensa.
Posibilidad de recorrido lineal o circular.
Ruta lineal por carretera.
10 Km.; ida y vuelta. No hay arcén.
Dificultad baja. Accesible para silla de ruedas.
Llevar agua, no hay fuentes.
La sombra dependerá del trazado de la carretera; por lo general, escasa.
Recorrido lineal por camino.
5 Km.; ida y vuelta.
Dificultad media. No accesible para silla de ruedas.
Llevar agua, no hay fuentes.
La sombra es regularmente buena.
Recorrido circular. 7,5 Km.
RUTA LINEAL POR CAMINO
Posicionamiento en la marcha.
Partiendo desde el http://www.camping-ladehesa.com/ emprenderemos la ruta girando a la diestra y tomaremos así el arcén derecho de la carretera. De manera que, estaremos enfrentados al cruce dejando Cañamares a la espalda.
Al frente: el cruce de carreteras.
Atrás: Cañamares.
A la derecha: el restaurante del “Camping”.
A la izquierda: Tráfico y, más allá, el río.
El arcén, es ancho pero atención, a bicicletas y motos.
Nota:
Como ya he referido en alguna ocasión, que los senderistas ciegos sin apoyo visual de nadie, nos vemos abocados a caminar por el arcén contrario que recomienda Tráfico. Las referencias, siempre serán mucho más fiables y cómodas al ir arrastrando un bastón por su límite; evitando así, oscilar peligrosamente hacia el interior del asfalto.
Fin de la nota.
A pocos metros por la izquierda, a unos 150 metros, se sitúa el puente por el que vamos a cruzar el río.
Tomando como referencia el sonido del tráfico (al topar) con los frenos o bordillitos en el asfalto, sabremos que estamos llegando a su altura.
Extrema precaución.
En ese cruce, convergen dos vías:
Una, en dirección a Fuertescusa; (al frente).
La otra, a Beteta; (hacia la izquierda).
El tráfico, en particular los enormes camiones en su de venir a Solán de Cabras, presentan una seria amenaza para nuestra seguridad, por lo peligroso que suponen sus maniobras de aproximación y giro. No estaría de más, alejarnos unos metros de la carretera, caminando tierra adentro sin perder la paralela con el asfalto; el terreno aquí lo permite.
El conocimiento que el puente ha quedado atrás, vendrá dado por el propio sonido de las aguas del Escabas precipitándose por pequeños rápidos. De igual manera, podremos escuchar la algarabía de bañistas. Será este, el momento esperado y cruzaremos la carretera.
Posicionando:
Tráfico a la izquierda. Río a la derecha.
El arcén es minúsculo.
Sin perder la referencia que nos facilita el borde de la carretera a la vez que, el quitamiedos que, no tardaremos en localizar, trazando un semicírculo con el bastón, es decir, lo que en movilidad se denomina: arco de doble punto, encontraremos sin dificultad el borde del puente por el que nos dispondremos a cruzar.
Posicionando:
Tráfico al frente y atrás.
Entre la barandilla de la derecha, y el quitamiedos metálico, podremos pasar al otro lado del río sin peligro, pues, forman un pequeño y estrecho caminito pero, seguro.
Nota a tener en cuenta:
En el pasado verano (Año 2011), se agrietó esta vía de paso lo que incide en su peligrosidad al poder facilmente provocar adcidente.
Finalizando este tramo, a la derecha, encontramos un estrecho sendero, bordeado por una gran cantidad de zarzales. Nos dirige a una cuesta descendente escalonada, ancha pero sin pasamanos. Cautela, abajo el río.
Buena zona de baño para el perro guía, si bien, extrememos el control en obediencia ya que, podría alejarse e introducirse bajo el puente.
No existe playa, solo piedra. Es zona muy húmeda y con terreno escurridizo.
Posicionando:
Tomamos de nuevo como referencia el puente habiendo cruzado por encima del río.
Si continuamos por este lado de la carretera, (arcén derecho), a unos 500 metros, y antes de alcanzar el túnel que se presenta ante nosotros, de 800 metros de largo; por el que tan sólo se autoriza tránsito de coches y camiones, encontraremos, el camino que nos llevará al mirador, situado sobre nuestra cabeza.
Reseña histórica.
Este camino, fue mandado hacer por Isabel II para su viaje a Solán de Cabras.
(La voz popular), cuenta que, bebiendo del caño de en medio, quedaría embarazada.
NOTA REFERENCIAL
No confundir este camino con alguno de los otros dos que hay anteriores:
Uno, nos conduciría a un chiringuito. Muy recomendables sus hamburguesas.
El otro, no es conveniente seguirlo ya que, nos interna en el bosque topándonos con fuertes subidas y gran cantidad de piedras sueltas. Si llegáramos a tomar este complicadísimo trayecto, no tardaremos en darnos cuenta del equívoco, pues, el tráfico, quedaría a nuestra espalda permanentemente. Sin embargo,
nuestra ruta sería: tráfico atrás, izquierda, izquierda, abajo. No hay referencias claras para su localización, ni quitamiedos junto a él, ni cambios notables en el arcén, no existen ni rocas que marquen su comienzo, es decir:
¡NADA! Toda una aventura.
El tío señas.
La paciencia, no solo, como madre de la ciencia, si no también, como máter de la perseverancia, sí, aquella que conduce a la sabiduría, nos procura herramientas con las que agudizar el ingenio, cuando, las dificultades, coexisten con (nos):
Criaturas, avocadas a contradecir los irritantes razonamientos de lo imposible e, inaccesible.
¡Bien!
¿De manera que?
¡TRABAJO DE CAMPO!
Obviemos, los caminos que van quedando atrás, después que hayamos pasado por el puente.
Caminamos a la par que, dejamos arrastrar el bastón o, dando toques en arco, entre asfalto y tierra.
¡Ojo!
El arcén es “pequeñiísmo”.
Habiendo transcurrido un buen tramo, denotaremos, el sonido metálico que tintineante, quejumbroso y mal herido, produce un quitamiedos galvanizado; con el que se enfrentará, la punta del periscópico dedo.
Con lastimeras emisiones de diapasón, irá marcando distintos colores fónicos, acompasados, por el rítmico compás de nuestras botas.
El arqueo del bastón irá paulatinamente siendo cada vez más amplio, debido, a que el quita sustos, se aleja un poco tierra adentro. Si no ha sido reparado, cosa que no me extrañaría, Percibiremos, como parte de él, se tumba en rápido repliegue, casi, sobre sí mismo, como si le diera vergüenza por el abandono gesto:
Disculpe, no me levante para saludarle.
“Groucho Marx”
Desde esta posición, contaremos 110 pasos, (zancada normal al caminar).
El camino, ¡Está aquí!
El comienzo, se sitúa al mismo nivel que la carretera.
Posicionamiento:
Se trata, de una plataforma despoblada de vegetación y tapizada por gravilla.
A la derecha, matorral.
Al frente, y a escasos pasos, ligera inclinación del terreno en ascenso con buena capa de matorral.
A la izquierda, Matorral y piedras pequeñas.
Girando, en sentido contrario a las agujas del reloj, podremos perfilar los laterales del camino. Éste, continúa su curso hacia las nueve, siempre, tomando la línea de la carretera como referencia
A la sillita la reina.
Desde este punto y hasta la mitad del recorrido, iremos identificando sin dificultad, los laterales y, por ello, el trazado del angosto paso.
Nota.
Pudiera ser que la cantidad, tamaño y disposición de piedras que van apareciendo a cada patada, golpe de bastón o, respuesta en brusco giro y subida (marca), del perro guía, sean, los restos del muro de contención del "Camino Real" Aunque en la realidad, buena parte del augusto sendero, se encuentra tapizado por ingentes cantidades de escombros, procedentes de la construcción del túnel. Son: ¡Tan majos! Mis machacas del mundo natural. Como cuando ensancharon la carretera junto al camping, y se cargaron así, por la cara, los gigantescos pinos centenarios de enormes raices que sobresalían al esterior; y que parecían, iban a salir andando con aquellos piezotes tan increibles.
Continuemos con el trabajo de campo.
Será conveniente, el intercambio de bastones, ora el convencional, ora el de apoyo.
No tardaremos en percibir como vamos ascendiendo por encima de la boca de gusano (el túnel).
Denotaremos, como desde las entrañas de la horadada montaña, son expulsados los gases por la ingesta de quienes la atraviesan, para ser posteriormente, escupidos con sonora exclamación (como quien se traga una mosca en verano).
Repentinamente, y tras haber dejado la zona de piedras sueltas atrás, nos encontraremos atravesando una pequeña meseta con matices difusos, en clara discordia, con las tan necesarias referencias que precisamos y en particular, en momentos como estos. Porque ¡Oh casualidad! Que siempre viene a ocurrir cuando estamos solos.
La solución de la inquietante situación, pasa por reforzar la orden de: recto, ejerciendo para ello, el permanente e insistente refuerzo del gesto ya conocido por todos los usuarios de mano y voz. Ello, debe mantenerse, durante al menos unos diez metros.
Una vez superada esta eventualidad, muy agradable por otra parte, pues los ruidos en torno nuestro serán provocados, con casi entera seguridad, por habitantes del espacio boscoso, como pueden ser: ardillas, lagartos, zorros,..; vamos a localizar una ligera subida, bien delimitada, con algo de graba, y:
Al fin, ¡Llegamos a lo alto!
Siguiendo migas de pan.
Posicionamiento:
Entraremos en contacto con la carretera del puerto.
Giraremos a la izquierda.
Hasta el mirador, son unos 150 metros.
Iremos encontrando:
Un largo quita miedos metálico.
Veintidós tocones de piedra. Entre cada uno de ellos, una separación de unos 40 cm.
Dos rocas pequeñas.
Tres metros sin protección alguna.
Una enorme roca que presenta en su borde lateral derecho, un desgarro ¿Quizás? ¿Un rayo? Lo más provable, sea por efecto del hielo.
Seguidamente, “el mirador”. ¡Hola mamá!
Se trata, de un recinto rectangular en el que, hay dispuestos varios bancos de piedra.
¿Qué vemos?
A las diez treinta, “Las Tres Marías”:
Se trata, del conjunto formado por varias rocas, creando la imagen surrealista como subjetiva, de tres personas acosadas por un toro.
La contemplación de las rocas, no es desde aquí la más apropiada ya que, tan solo se alcanza a ver el lateral del enclave. Se verá con toda su precisión (artística) yendo desde Cañamares hacia el camping.
A la una, "El camping De La Dehesa".
A las dos, “LA FRONTERA”.
A las tres treinta, “CAÑAMARES”.
De nueve a tres, “El Escabas”.
A las ocho, “el túnel”.
Ruta por carretera.
Posicionamiento en la marcha.
La otra opción en la subida es por la antigua carretera del puerto; poco transitada.
Situada en el margen izquierdo de la carretera habiendo pasado el puente del río, a unos 50 metros (aproximadamente).
Colocándonos en su margen derecho, en casi toda la subida, tenemos una perfecta referencia de quitamiedos metálicos.
Haciendo caso omiso a las interrupciones que en ocasiones aparecen, alcanzaremos fácilmente nuestro propósito.
Las interrupciones de los quitamiedos metálicos, son en ocasiones motivadas por caminos que, adentrándose en la masa forestal, conducen a pequeñas casitas o huertos en barbecho.
El entorno está formado fundamentalmente por grandes pinares y buena diversidad de árboles de distintas especies como de matorrales.
Si optamos por acercarnos en vehículo, lo haremos por la carretera que surge a la izquierda inmediatamente después, tras cruzar el puente sobre el río Escabas. Son 10 Km. de ida y vuelta. Se trata de una vía de acceso con rampas importantes para una silla de ruedas aunque como todo, es ponerse a ello e intentarlo. Escaso tránsito de coches pues la carretera principal discurre hacia el túnel. Atención a motos y ciclistas que aprovechan estas rampas con una buena dosis de curvas, para lanzarse a tumba abierta.
Si nos inclinamos por un buen paseo, pasaremos igualmente por el puente sobre el río pero en esta ocasión seguiremos por la carretera en dirección al túnel. Enseguida, aparece por la derecha un quitamiedos metálico que dejaremos atrás. A 100 metros de éste, descubrimos el ascendente camino. Son 5 Km. de ida y vuelta. Terreno muy accidentado con base de grava, buen número de piedras sueltas e incustradas y en alguno de los tramos presenta suelo arenoso muy deslizante. Ruta de dificultad media. Poca sombra. No hay agua.
Desde el mirador se tiene una buena perspectiva del valle y fondo boscoso.
Ruta 17.
"Camping La Dehesa-Puerto Del Monsaete"
Corta pero intensa.
Posibilidad de recorrido lineal o circular.
Ruta lineal por carretera.
10 Km.; ida y vuelta. No hay arcén.
Dificultad baja. Accesible para silla de ruedas.
Llevar agua, no hay fuentes.
La sombra dependerá del trazado de la carretera; por lo general, escasa.
Recorrido lineal por camino.
5 Km.; ida y vuelta.
Dificultad media. No accesible para silla de ruedas.
Llevar agua, no hay fuentes.
La sombra es regularmente buena.
Recorrido circular. 7,5 Km.
RUTA LINEAL POR CAMINO
Posicionamiento en la marcha.
Partiendo desde el http://www.camping-ladehesa.com/ emprenderemos la ruta girando a la diestra y tomaremos así el arcén derecho de la carretera. De manera que, estaremos enfrentados al cruce dejando Cañamares a la espalda.
Al frente: el cruce de carreteras.
Atrás: Cañamares.
A la derecha: el restaurante del “Camping”.
A la izquierda: Tráfico y, más allá, el río.
El arcén, es ancho pero atención, a bicicletas y motos.
Nota:
Como ya he referido en alguna ocasión, que los senderistas ciegos sin apoyo visual de nadie, nos vemos abocados a caminar por el arcén contrario que recomienda Tráfico. Las referencias, siempre serán mucho más fiables y cómodas al ir arrastrando un bastón por su límite; evitando así, oscilar peligrosamente hacia el interior del asfalto.
Fin de la nota.
A pocos metros por la izquierda, a unos 150 metros, se sitúa el puente por el que vamos a cruzar el río.
Tomando como referencia el sonido del tráfico (al topar) con los frenos o bordillitos en el asfalto, sabremos que estamos llegando a su altura.
Extrema precaución.
En ese cruce, convergen dos vías:
Una, en dirección a Fuertescusa; (al frente).
La otra, a Beteta; (hacia la izquierda).
El tráfico, en particular los enormes camiones en su de venir a Solán de Cabras, presentan una seria amenaza para nuestra seguridad, por lo peligroso que suponen sus maniobras de aproximación y giro. No estaría de más, alejarnos unos metros de la carretera, caminando tierra adentro sin perder la paralela con el asfalto; el terreno aquí lo permite.
El conocimiento que el puente ha quedado atrás, vendrá dado por el propio sonido de las aguas del Escabas precipitándose por pequeños rápidos. De igual manera, podremos escuchar la algarabía de bañistas. Será este, el momento esperado y cruzaremos la carretera.
Posicionando:
Tráfico a la izquierda. Río a la derecha.
El arcén es minúsculo.
Sin perder la referencia que nos facilita el borde de la carretera a la vez que, el quitamiedos que, no tardaremos en localizar, trazando un semicírculo con el bastón, es decir, lo que en movilidad se denomina: arco de doble punto, encontraremos sin dificultad el borde del puente por el que nos dispondremos a cruzar.
Posicionando:
Tráfico al frente y atrás.
Entre la barandilla de la derecha, y el quitamiedos metálico, podremos pasar al otro lado del río sin peligro, pues, forman un pequeño y estrecho caminito pero, seguro.
Nota a tener en cuenta:
En el pasado verano (Año 2011), se agrietó esta vía de paso lo que incide en su peligrosidad al poder facilmente provocar adcidente.
Finalizando este tramo, a la derecha, encontramos un estrecho sendero, bordeado por una gran cantidad de zarzales. Nos dirige a una cuesta descendente escalonada, ancha pero sin pasamanos. Cautela, abajo el río.
Buena zona de baño para el perro guía, si bien, extrememos el control en obediencia ya que, podría alejarse e introducirse bajo el puente.
No existe playa, solo piedra. Es zona muy húmeda y con terreno escurridizo.
Posicionando:
Tomamos de nuevo como referencia el puente habiendo cruzado por encima del río.
Si continuamos por este lado de la carretera, (arcén derecho), a unos 500 metros, y antes de alcanzar el túnel que se presenta ante nosotros, de 800 metros de largo; por el que tan sólo se autoriza tránsito de coches y camiones, encontraremos, el camino que nos llevará al mirador, situado sobre nuestra cabeza.
Reseña histórica.
Este camino, fue mandado hacer por Isabel II para su viaje a Solán de Cabras.
(La voz popular), cuenta que, bebiendo del caño de en medio, quedaría embarazada.
NOTA REFERENCIAL
No confundir este camino con alguno de los otros dos que hay anteriores:
Uno, nos conduciría a un chiringuito. Muy recomendables sus hamburguesas.
El otro, no es conveniente seguirlo ya que, nos interna en el bosque topándonos con fuertes subidas y gran cantidad de piedras sueltas. Si llegáramos a tomar este complicadísimo trayecto, no tardaremos en darnos cuenta del equívoco, pues, el tráfico, quedaría a nuestra espalda permanentemente. Sin embargo,
nuestra ruta sería: tráfico atrás, izquierda, izquierda, abajo. No hay referencias claras para su localización, ni quitamiedos junto a él, ni cambios notables en el arcén, no existen ni rocas que marquen su comienzo, es decir:
¡NADA! Toda una aventura.
El tío señas.
La paciencia, no solo, como madre de la ciencia, si no también, como máter de la perseverancia, sí, aquella que conduce a la sabiduría, nos procura herramientas con las que agudizar el ingenio, cuando, las dificultades, coexisten con (nos):
Criaturas, avocadas a contradecir los irritantes razonamientos de lo imposible e, inaccesible.
¡Bien!
¿De manera que?
¡TRABAJO DE CAMPO!
Obviemos, los caminos que van quedando atrás, después que hayamos pasado por el puente.
Caminamos a la par que, dejamos arrastrar el bastón o, dando toques en arco, entre asfalto y tierra.
¡Ojo!
El arcén es “pequeñiísmo”.
Habiendo transcurrido un buen tramo, denotaremos, el sonido metálico que tintineante, quejumbroso y mal herido, produce un quitamiedos galvanizado; con el que se enfrentará, la punta del periscópico dedo.
Con lastimeras emisiones de diapasón, irá marcando distintos colores fónicos, acompasados, por el rítmico compás de nuestras botas.
El arqueo del bastón irá paulatinamente siendo cada vez más amplio, debido, a que el quita sustos, se aleja un poco tierra adentro. Si no ha sido reparado, cosa que no me extrañaría, Percibiremos, como parte de él, se tumba en rápido repliegue, casi, sobre sí mismo, como si le diera vergüenza por el abandono gesto:
Disculpe, no me levante para saludarle.
“Groucho Marx”
Desde esta posición, contaremos 110 pasos, (zancada normal al caminar).
El camino, ¡Está aquí!
El comienzo, se sitúa al mismo nivel que la carretera.
Posicionamiento:
Se trata, de una plataforma despoblada de vegetación y tapizada por gravilla.
A la derecha, matorral.
Al frente, y a escasos pasos, ligera inclinación del terreno en ascenso con buena capa de matorral.
A la izquierda, Matorral y piedras pequeñas.
Girando, en sentido contrario a las agujas del reloj, podremos perfilar los laterales del camino. Éste, continúa su curso hacia las nueve, siempre, tomando la línea de la carretera como referencia
A la sillita la reina.
Desde este punto y hasta la mitad del recorrido, iremos identificando sin dificultad, los laterales y, por ello, el trazado del angosto paso.
Nota.
Pudiera ser que la cantidad, tamaño y disposición de piedras que van apareciendo a cada patada, golpe de bastón o, respuesta en brusco giro y subida (marca), del perro guía, sean, los restos del muro de contención del "Camino Real" Aunque en la realidad, buena parte del augusto sendero, se encuentra tapizado por ingentes cantidades de escombros, procedentes de la construcción del túnel. Son: ¡Tan majos! Mis machacas del mundo natural. Como cuando ensancharon la carretera junto al camping, y se cargaron así, por la cara, los gigantescos pinos centenarios de enormes raices que sobresalían al esterior; y que parecían, iban a salir andando con aquellos piezotes tan increibles.
Continuemos con el trabajo de campo.
Será conveniente, el intercambio de bastones, ora el convencional, ora el de apoyo.
No tardaremos en percibir como vamos ascendiendo por encima de la boca de gusano (el túnel).
Denotaremos, como desde las entrañas de la horadada montaña, son expulsados los gases por la ingesta de quienes la atraviesan, para ser posteriormente, escupidos con sonora exclamación (como quien se traga una mosca en verano).
Repentinamente, y tras haber dejado la zona de piedras sueltas atrás, nos encontraremos atravesando una pequeña meseta con matices difusos, en clara discordia, con las tan necesarias referencias que precisamos y en particular, en momentos como estos. Porque ¡Oh casualidad! Que siempre viene a ocurrir cuando estamos solos.
La solución de la inquietante situación, pasa por reforzar la orden de: recto, ejerciendo para ello, el permanente e insistente refuerzo del gesto ya conocido por todos los usuarios de mano y voz. Ello, debe mantenerse, durante al menos unos diez metros.
Una vez superada esta eventualidad, muy agradable por otra parte, pues los ruidos en torno nuestro serán provocados, con casi entera seguridad, por habitantes del espacio boscoso, como pueden ser: ardillas, lagartos, zorros,..; vamos a localizar una ligera subida, bien delimitada, con algo de graba, y:
Al fin, ¡Llegamos a lo alto!
Siguiendo migas de pan.
Posicionamiento:
Entraremos en contacto con la carretera del puerto.
Giraremos a la izquierda.
Hasta el mirador, son unos 150 metros.
Iremos encontrando:
Un largo quita miedos metálico.
Veintidós tocones de piedra. Entre cada uno de ellos, una separación de unos 40 cm.
Dos rocas pequeñas.
Tres metros sin protección alguna.
Una enorme roca que presenta en su borde lateral derecho, un desgarro ¿Quizás? ¿Un rayo? Lo más provable, sea por efecto del hielo.
Seguidamente, “el mirador”. ¡Hola mamá!
Se trata, de un recinto rectangular en el que, hay dispuestos varios bancos de piedra.
¿Qué vemos?
A las diez treinta, “Las Tres Marías”:
Se trata, del conjunto formado por varias rocas, creando la imagen surrealista como subjetiva, de tres personas acosadas por un toro.
La contemplación de las rocas, no es desde aquí la más apropiada ya que, tan solo se alcanza a ver el lateral del enclave. Se verá con toda su precisión (artística) yendo desde Cañamares hacia el camping.
A la una, "El camping De La Dehesa".
A las dos, “LA FRONTERA”.
A las tres treinta, “CAÑAMARES”.
De nueve a tres, “El Escabas”.
A las ocho, “el túnel”.
Ruta por carretera.
Posicionamiento en la marcha.
La otra opción en la subida es por la antigua carretera del puerto; poco transitada.
Situada en el margen izquierdo de la carretera habiendo pasado el puente del río, a unos 50 metros (aproximadamente).
Colocándonos en su margen derecho, en casi toda la subida, tenemos una perfecta referencia de quitamiedos metálicos.
Haciendo caso omiso a las interrupciones que en ocasiones aparecen, alcanzaremos fácilmente nuestro propósito.
Las interrupciones de los quitamiedos metálicos, son en ocasiones motivadas por caminos que, adentrándose en la masa forestal, conducen a pequeñas casitas o huertos en barbecho.
El entorno está formado fundamentalmente por grandes pinares y buena diversidad de árboles de distintas especies como de matorrales.
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Castilla La Mancha,
Cuenca,
España
Sinopsis de: Ciegoaventura ruta 16; Vega Del Codorno-Nacimiento del río Cuervo. Circuito IV.
Tratándose de una genuina joyita tasada como Monumento Natural, y, dada la afluencia de público durante todo el año, no vamos a tener ningún problema para informarnos de todas y cada una de sus peculiares características. Quizás, abría que redescubrir ciertas: peculiaridades, olvidadas o, desestimadas, por quienes demarcaron su localización y seguimiento senderista. Así pues, cuando nos encontremos próximos al Nacimiento, será conveniente tener las siguientes referencias muy presentes sino queremos sentirnos un tanto decepcionados:
Antes de comenzar el ascenso hasta el brote acuífero, se desparrama una preciosa pradera matizada de pinos como de una buena representación de otras especies muy interesantes como el acebo, arce, el tilo y otros. Es decir, una Dehesa francamente sugestiva.
A los pies de este paraje tan primoroso, pisando tierra, se sitúan al menos tres puntos de relax; salpicando el inmediato entorno con setas venenosas destinadas a nuestro acomodo en forma y manera absolutamente anárquicas, y, que vamos a reconocer con inmediatez puesto que se asemejan a sillas de hierro y plástico. Algo separados de este zoo, algunas mesas y bancos de piedra unas y de madera otras, vocean con palabros mal sonantes clamando justicia ante su ruina y decadencia.
Una vez esquivados los autocares, niños y papás pletóricos de entusiasmo peloteador, Mari Puris con tacón de aguja, y vehículos de toda condición social, podremos al fin acercarnos con la timidez del zorro al punto ¡Mágico! desde el que se nos medio comunica el arranque del camino escalonado o, su homólogo para minusválidos; (sendero de suave ascensión, tableteado en madera y escoltado por pasamanos ribeteados de astillas inteligentes que, -unas pican y otras, non). Tomando cualquiera de los dos pasos prototipos dignos hijos de una tesis de ingeniero de caminos, llegaremos al mismo punto; un pequeño y regular espacio en llano a los pies de la mundial, aclamada y afamada cascada del Río Cuervo.
La mejor época para acercarnos es el otoño y comienzo de primavera. Siempre que evitemos puentes y fiestas de guardar. Y desde luego, disfrutaremos también de un mayor cauce. O, en pleno invierno, cuando se congela el río dando origen a chupones de cuentos de Hadas de los hermanos Grim.
La susodicha y súper-mega fotografiada cascada, es tomada en numerosas ocasiones por: el nacimiento. ¡Craso error! Si no queréis caer en el efecto depresivo-subidón, sabed que, para contemplar tan magno acontecimiento habréis de seguir el caminito escalonado situado a la derecha de la olla acuática hasta alcanzar un buen ratito después la cercanía a la cueva por la que destila la roca hilillos de agua helada para a continuación ofrecerse en lánguido sacrificio entre suavísimos bancos de arena travertínica. También, deberíais conocer, aquello en lo que todo el que se toma la molestia de ir hasta el fantástico lugar, es, que a la cueva: NO, SE PUEDE, PASAR. Una cerca de madera y una cadena de metal, lo impide. Parece ser que existe serio riesgo de derrumbe.
Vosotros, compañeros de: ¡Qué faena!; (En silla de ruedas), como exclamación suavizada, lo tenéis francamente crudo. Igual, con importante ayuda de fornidos brazos, podáis encaramaros hasta las proximidades de la gruta por el camino destinado al descenso de los paseantes. Estrecho, con algunas piedras incustradas y algún puñetero escaloncito que, con arrojo pinturero, y un par de…, quizás lo conseguís. Lo siento, es lo que ay. Bueno, eso es lo que nos suelen decir los que gestionan los impuestos, ¡Vamos! nuestro dinero.
Por cierto, quiero referiros que el interior del habitáculo sombrío y húmedo donde surge el surtidor, entre dos piedrotas, lo conozco. Y es por ello, pronunciarme apenado porque vosotros, no podáis tener esa posibilidad.
“Leer hermousos moy paraicos, pa que asín, poais miarlo una miaja”:
La cueva es siquita. Estrecha y apenas unos pocos metros. No es muy alta, de dos a tres metros. El interior es fresco y húmedo. Dependiendo del agua de lluvia de esa temporada, el caudal expulsado entre las grietas de las calizas del fondo, será de mayor o menor importancia. El suelo, se haya revestido de sucesivas capas de fango endurecido. La chorrera va formando un pequeño canal hasta desbordar fuera de la cavidad.
Nota:
Antes de que me agrediera el glaucoma, cuando apenas contaba con 11 años, visité con mis padres la pequeña caverna. Los detalles referidos, pueden haber cambiado de forma muy notable tras el derrumbe; lo ignoro. Pero es así como guardo aquella imagen, todavía, fresca entre mis pesadillas vividas entre luces y sombras.
Vega Del Codorno, es el municipio al que pertenece el nacimiento del Cuervo. Se merece una visita. Si disponéis de unos días no quedareis defraudados.
El pueblecito debe tener unos 8 kilómetros de largo, por unos 2 en su parte más ancha. Sin embargo, tendrá unos 150 habitantes, docena abajo-arriba. El camping, es chiquitín aunque parece mono. El hotel, es accesible para discapacitados que no, adaptado. La relación precio calidad más que aceptable; limpio, coqueto y gastronómicamente hablando, excelente. El único dilema que siento decirlo, abofetea la vista y, la imaginación de los ciegos, es el ENORME letrero colocado como cresta de gallo peleón, en lo más alto del tejado.
En fechas navideñas, creo que el 1 de enero, se celebra en el barrio de La Cueva y, en la gruta que lleva este mismo nombre, un pintoresco Belén viviente que según dicen, lo forman unas 500 personas. Si tenemos en cuenta el número de población de La Vega, ¿A que no os sale las cuentas? ¿Pero, Don Quijote, no era aquel el de los molinos como gigantes?
Cuando finaliza la calle-carretera que une los barrios que conforman el pueblo, lo hace siendo continuada por un carril de tierra. Siguiéndolo, daremos con un espacio realmente acogedor. Son praderas delimitadas por bosque y río. Aquí, precaución con perros y niños pequeños. El Cuervo se precipita en una consecución de fascinantes cascadas de importante altura.
http://www.youtube.com/watch?v=OP8-VgexL5A&feature=related
Vista aérea de Vega Del Codorno, Cuenca, España.
Ruta 16
"Vega Del Codorno-Nacimiento del río Cuervo"
El Bosque De Los Besos; continuación.
Índice de dificultad baja. Accesible para silla de ruedas según que zonas.
Distancia en kilómetros: desde intersección con pista forestal de Tejadillos hasta el aparcamiento previo al nacimiento son 4 Km. Hasta el primero de los barrios son 5 Km.
Muy buena sombra en toda la comarca.
Descripción del entorno.
Se trata de un municipio único en Cuenca, formado desde sus orígenes por una serie de pequeñísimos caseríos separados, al estilo de las parroquias gallegas o de los cortijos sureños. A cada caserío se le dio un nombre que a veces significa algo del entorno, y otras veces significa el nombre de la familia que habitaba el lugar.
Los caseríos son:
La Cueva, El Perchel, El Molino, Los Demetrios, Los Eustaquios, El Collado, El Tío Miguelete, Las Chorretas, Gregorete, El Puntal y Los Perales.
La capital del municipio es La Cueva y se llama así por estar literalmente bajo un gigantesco abrigo de roca del cual, parte una gruta natural de varios kilómetros de profundidad.
En 1940 se construyó una iglesia común para todos los caseríos, que está situada en el centro del campo.
En el interior del térimo se sitúa un paisaje de gran calidad, parajes de alto valor natural, montes de pinos, cascadas y sobre todo, el nacimiento del río Cuervo, importante formación kárstica en la que se ha originado una auténtica cortina de formaciones tabáceas tapizadas por musgo entre el que se derrama el agua que, después de algunas cascadas, forma el río.
Flora:
El paisaje vegetal predominante en el Monumento Natural es el pinar de pino silvestre (Pinus sylvestris). También aparecen otras comunidades vegetales protegidas como los bosques relícticos euro siberianos con acebos, tilos, arces…, turberas básicas y prados húmedos, comunidades de roquedos que albergan especies de gran interés, algunas de ellas amenazadas.
Fauna:
La diversidad de hábitat y vegetación, determina una gran diversidad de fauna adaptada a las distintas condiciones del medio. Entre esas especies, destacan la ardilla, el musgaño de cabrera, la lavandera cascadeña y el mirlo acuático; estas últimas, relacionadas con el río. También, se pueden encontrar rapaces forestales como: (el gavilán, azor, águila culebrera…), gato montés, diversas especies de murciélagos, etc. Entre los invertebrados destaca la presencia de algunas especies de mariposas protegidas como la Graellsia isabellae; Parnassius apoyo, Erebia zapateri, etc.
El Monumento Natural se localiza en el extremo noroccidental de la provincia de Cuenca, sobre la muela de San Felipe con altitudes que alcanzan los 1700 metros. El elemento más conocido y visitado del Monumento Natural, es el Nacimiento del Río Cuervo, que da nombre a este espacio natural protegido. Se trata de un manantial travertínico activo, destacable por su desarrollo y extensión, así como por su belleza que lo configura como uno de los valores geomorfológicos y paisajísticos más destacados de la región.
Las características de la zona, con precipitaciones abundantes y una elevada altitud, permiten la presencia de comunidades y especies de fauna y flora que no existen en otras partes de Castilla- la Mancha.
http://www.youtube.com/watch?v=N5Ed1aZFadI
Principal cascada del nacimiento del río Cuervo.
http://www.youtube.com/watch?v=BIOaVFRZwAw
Cuando el Cuervo se congela formándose chupones de hielo.
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