domingo, 27 de mayo de 2012
Sinopsis de: Ciegoaventura ruta 20. Pedanía de Cañizares "Caserío Puente Badillos-Pantano De La Chincha". Circuito V
Abandonamos Cañizares con su sobre cogedor Hoz-sumidero, su emporio industrial de carburundun y su manantial mundialmente conocido como es: Solán de Cabras, para acercarnos a su pedanía Puente Vadillos.
Poquito antes de alcanzar el Monumento Natural Hoz De Beteta, veremos en margen derecho de la carretera la casa De La Toba: (casa escabada enteramente en roca). En margen izquierdo, el hotel del pequeño pueblín; junto a un costado, arranca un tramo asfaltado como si de una calle se tratara ya que mientras por la izquierda discurre el cauce del Guadiela, por nuestra derecha se disponen algunas casas pero, apenas son unos 200m que enseguida, se transformará en el carril que lleva hasta el pantano De La Chincha.
Serán 5 Km. (10 ida y vuelta), de agradable paseo. En todo momento estaremos escoltados por las aguas del río Guadiela y un frondoso pinar. Si bien, la sombra escasea sobre la línea del camino.
El suelo es bueno para senderistas de escasa movilidad aunque una silla de ruedas podría tener algunas dificultades a tenor de alguna cuestecita y cantos rodados dispersos a lo largo de la ruta.
Llevar agua, no hay fuentes.
Para quienes deseen “tomar posada” en el http://www.caseriovadillos.com/ , la referencia que os puedo ofrecer no puede ser más favorable, si bien, un arreglito no le vendría nada mal:
Económico, tranquilo, limpio y gastromómicamente hablando, excelente. Quizás, la única salvedad, para los que desconocen el carácter manchego-serrano-conquense, sea encontrarse perplejos ante el talante un tanto tosco de los propietarios. Uno de ellos, el que se presta a sonreir con más facilidad, es el más viajado.
Como es de índole general, no lo calificaré como punto negro, si no oscuro: el complejo hotelero, no está adacgtado para visitantes con discapacidad. Es más, no consta de ascensor ni habitaciones en planta baja.
Ningún problema con perros. Mucho menos, si son guías.
Ruta 20.
“Puente Vadillos-Pantano de La Chincha”
A flor de piel.
Dificultad baja.
Presenta alguna rampa que puede poner en apuros a una silla de ruedas.
Recorrido lineal.
Distancia estimada: 10 Km. ida y vuelta.
Llevar agua. No hay fuentes.
Poca sombra sobre la línea del camino al medio día.
Llevar bolsa de basura, por favor.
Posicionando la marcha. Localización.
No hay confusión posible en la demarcación del comienzo del carril en dirección a la presa. Se dibuja por el costado izquierdo del “duerme velas” construido en piedra junto a la comarcal; justamente antes de penetrar por la Hoz de Beteta. Se trata de una ruta bien demarcada con ligeros desniveles.
Es importante que fijemos la marcha pegados al margen derecho del camino. De otro modo, podríamos tomar por equívoco, alguno de los ocasionales caminitos en vertiente izquierda que, nos dirigirían directamente al río.
Los pilares del Imperio.
En todo momento a la derecha; iremos acompañados por pinares de altos y rectos troncos, condición muy apreciada por la que, los ingenieros que proyectaron la construcción del Monasterio San Lorenzo del Escorial, se decantaron por extraer madera de estas comarcas.
A la izquierda, El Guadiela. Perezoso, sin prisa, mansamente.
Palabrita del niño Jesús. ¡¿Ciego?!
En la ribera opuesta por la que caminamos, tenemos imponentes cortados formando altísimas paredes que, en algunos tramos, alcanzan los 100 metros de altura. Que, aún poderosas e impresionantes, no han conseguido evitar ir siendo modeladas a capricho del líquido elemento, el sol, los hielos y el viento.
Horadadas como por el dedo del niño “Dios”, ahondando, rasgando, atravesando como si de un gran queso se tratara. Jugando con témperas de diferentes texturas, creó matices perceptibles, aún sin llegar a palparlas:
(Ocre), como la tierra.
(Rojizo), como la pasión.
(Verde), como el aire fresco de la mañana.
(Azul), como el beso de un bebé.
(Gris), como suave lluvia de otoño.
Formando mil y un destellos en la superficie líquida tan distintos y dispares como los cuentos de “Serezade”.
¡Qué criatura tan traviesa! lanzando pegototes de barro, utilizando los riscos como dianas, ¡Dejó el desfiladero como la cara de un adolescente!!!!
En definitiva, peñascos que se prestan a la contemplación del viajero.
Quietud monacal.
La paz nos envuelve.
La quietud nos desborda.
El curso del río varios metros por debajo del nivel del sendero se aproxima y aleja continuamente.
Merece la pena parar la marcha y:
Escuchar, escuchar, escuchar y
tocar, tocar, tocar y
oler,
olfatear,
disfrutar.
¡Qué festín de sensaciones! ¡qué goce del alma!!
Pasen y vean.
Sabremos que hemos llegado al embalse, cuando sus aguas queden junto al camino. Haciendo acopio de piedrecillas, lanzándolas, será fácil conseguir esta referencia.
Aquí, los sentidos retozan en nuestro cerebro:
Peces brincadores.
Sapos cantores.
Lagartos de feroz apariencia pero, inofensivos como una lagartija.
Alguna nutria asomando los ojillos.
Crepitantes gorjeos a ras de la superficie, ¿Burbujas de procedencia desconocida? ¡Ora! ¡Ora! Esa criatura debe ser como ....
Con un poco de suerte, pues proliferan pescadores, preguntando ya se sabe qué...., podríamos acercarnos a la presa. Allí se puede tocar una compuerta expuesta en tamaño real y si la suerte nos siguiera siendo favorable, pudiéramos caminar por un pequeño pasadizo tableteado en madera que la bordea.
Impresiona situarse en lo alto de la presa y oír cuando se alivia; la furia del agua al escapar golpeando desbocada y lo que más, cuando retumba por una gran tubería desfogando una fuerte presión.
Nota:
La tobera es cuadrangular enclavada a 40m de altura. Hay quien camina sobre ella a lo largo de varios kilómetros. También, hay quien se ha despeñado en el arriesgado intento de conseguir semejante locura; teniendo en cuenta que, el aliviadero ormigonado apenas ofrece un metro de ancho sin pasamanos.
Fin de la nota.
Si el ánimo no decae y el atrevimiento del aventurero es resolutivo, desde allí mismo parten a lo desconocido distintas sendas por las que con toda facilidad podemos huir del más absoluto contacto con la raza predominante: (los humanos).
Nota:
Desaconsejada la incursión desde aquí a la Hoz-sumidero de Tragavivos, también conocida como: Rompe Huesos o Mata Asnos. No sería la primera vez que se encuentra flotando un cuerpo despeñado y no precisamente, el de un pollo alado.
Fin de la nota.
Sugerimos, un buen saco de dormir, ¿Quien sabe? Quizás, ¿Un gamo? Tal vez, ¿Un jabalí nos venga a visitar? nuestro amigo también puede necesitar cobijo. En la noche la temperatura desciende fácilmente de 15 a 20º grados, incluso en verano.
El techo del mundo se ilumina con millones de ascuas, con frecuencia, alguna desprende una chispa; pidamos un deseo.
Retornando por el mismo camino, alcanzamos de nuevo la carretera pero esta vez, los terraplenes quedan a la derecha y no (existen) quitamiedos.
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domingo, 20 de mayo de 2012
Sinopsis de: Ciegoaventura ruta 19; Cañizares-Hoz sumidero Mata Asnos o Tragavivos. Circuito V.
Carece de importancia que visites por primera vez este monumento natural o, regreses en numerosas oportunidades. Siempre, te impactará.
Desde la ceja-mirador del sumidero Del cortado de Tragavivos, conocida también como: Mata Asnos o Rompe Huesos, la inicial exclamación será posiblemente, la de:
¡Ayvá!
Las posteriores expresiones admirativas, de seguro que, no serán tan correctas desde el punto de vista semántico; (finas y delicadas).
Por un lado, nos sobrecoge la sorpresa y en la medida en que todos los sentidos se despliegan, intentando asimilar semejante espectáculo paisajístico, por otro, se va colando pausadamente, el pavor; pues, aún forzando la suerte, no es sencillo contemplar el fondo de la ondanada.
El profundo tajo que el río Guadiela ha ido oradando despedazando el horizonte, se recorta a nuestros pies dejando en las paredes del abismo, una gran sucesión de moldeadas terrazas, testimonio de las diferentes épocas geológicas del curso del fascinante río.
Estamos en el pueblo de nombre: Cañizares. Atravesando esta población, arrimado a la Iglesia, arranca el carril que nos dirige monte arriba hasta situarnos tras 4 Km., en el mirador. Este, se emplaza en un reducido espacio, delimitado por rocas, vegetación y unos travesaños de madera que van a impedirnos acercarnos peligrosamente al borde del precipicio.
Podemos octar por dejar el coche en el mismo Cañizares o conducir hasta 200 metros antes de llegar a la ceja. Sea como fuere la decisión definitiva será conveniente tener muy presente lo siguiente:
El desnivel medio de la subida está en torno a un 6% que, después de los dos iniciales kilómetros, se suaviza notablemente.
Cuando el soto bosque vaya dejando paso a un espléndido pinar, el terreno pasa de ser compacto y con algo de gravilla a suelo arcilloso. Lo que significa que si llueve o lo a echo hace poco, el barrizal será considerable. Amén, de las profundas marcas que otros vehículos han provocado. Quiere decirse que, si no dispones de un todo terreno o, de un todo camino, mejor no lo intentes o te expones a dejar los bajos clavaicos. En cualquier caso, podríamos subir cosa de un kilómetro y allí, dejar tranquilamente el coche para caminar un ratito; que los árboles, no muerden.
Como podemos comprobar, el camino es de dificultad baja. Tan solo en sus últimos 200 metros, se estrecha en una vereda sinuosa ligeramente ascendente.
Las personas con discapacidad física severa, necesitadas de sillas de ruedas, por ejemplo, pueden más-menos acercarse hasta el claro en el bosque desde el que parte el tramito final. Después, imposible.
El carril principal se intertsecciona con multitud de caminos que para la práctica del senderismo, mountanvike o un sencillo paseo, nos regalan fragancias de gran intensidad, fascinantes trinos de una gran variedad de pájaros y, una fastuosa capota de sombra desplegada por pinares de espesa y aromática resina.
Llevar agua, no hay fuentes.
Ruta 19.
“Cañizares-Hoz De Tragavivos”
Estallidos de silencios.
Índice de dificultad baja. Salvo en sus últimos 200 metros para personas con discapacidad física severa.
No hay sombra en los dos kilómetros iniciales. Después, excelente.
Dos horas ida y vuelta.
Llevar agua, no hay fuentes. En la plaza del pueblo se ubica una fuente de varios caños, excelente agua.
Descripción del entorno.
Podemos asegurar que Cañizares, cadece de los servicios básicos de toda población humanoide, apenas, alguna casita rural y un par de tiendas; una de ellas, la panadería, aunque el suministro lo proporciona la tahona de Cañamares, fundamentalmente. Esto significa que si no compramos el pan y bollería a una temprana hora, lo más probable es que nos quedemos desavastecidos.
Localizar el carril por el que acceder al cortado, no es nada complicado si, preguntamos a algún lugareño. Las indicaciones dejan bastante que desear.
Una vez descubierta la calle que muere donde el ancho camino comienza, la única complicación posible consistirá en seguir las marcas que van orientando la dirección correcta; (Blanco-amarillo).
Iniciamos el ascenso por una cuesta de asfalto-cemento matizada de algo de gravilla y chinarros incustrados en el suelo.
Si por nuestra derecha van quedando atrás las últimas casitas dando paso a un encrespado soto bosque, por la izquierda, se irá hundiendo la tierra que en función del nuestro ascenso, terminará por tomar el nombre de barranco.
Sin apoyo visual la aventura no es posible. Las referencias son del todo intangibles. Las bifurcaciones son orográficamente hablando, ilocalizables.
Según tomamos altura la apreciación visual es la de encontrarnos rodeados por una corteza verde desconchada de tanto en cuando por el rojo de la caliza y los vario pintos colores de las distintas plantas.
El mensajero alado.
Sería poco riguroso si aquí dijéramos que: ¡Seguir todo recto! Ojo con la señalización. Se encuentra en claro retroceso, puede estar desaparecida por la desidia administrativa o, vaya usted a saber.
Una vez encontrado el frondoso pinar que nos espera monte arriba, ya podemos respirar tranquilos. El carril a partir de aquí está muy bien delimitado y ya no encontraremos otros caminos que incidan en confundirnos.
¿Que, como sabremos que es el correcto? Por la obvia apreciación sobre el terreno. Marcadas huellas de vehículos nos preceden.
De vez en cuando la marcha será amenizada por repentinas corrientes térmicas. El fondo sonoro similar a un siseo, nos anuncia la proximidad del cortado Claro que, para vosotros, torpes videntes, lo del siseo, es, ¡Tan! ¡Imperceptible! Pues, ¿Qué queréis? Haberos pedido ser ciegos.
Contacto con tacto.
Hemos alcanzado el claro del bosque donde muere el carril. Ahora, buscaremos el estrecho sendero situado al otro lado del despejado lugar, ligeramente a la derecha; será este, el que nos aproxime a la ubre de La Madre Tierra.
Los escasos 200 metros que hemos de caminar hasta nuestro destino, se encuentran heridos por zarzales de púas caprichosas de todo tejido textil o humano que se aproxime. Agujas de pinos encantados; tanto es así, que vas echo todo un príncipe y a la vuelta, te asemejas más a un mendigo. Pasillos de primorosas telarañas que te dejarán el pelo como culo de babosa. Y, ¡OH gozosa felicidad! ¿Tenéis el recuerdo infantil de los rasca moños?
Bueno, no os pongáis así.
Como diría el maestro del humor, Gila:
“Si no sabéis aguantar una broma, mejor os quedáis en casa”
Información general.
El Monumento Natural Hoz de Beteta y Sumidero de Mata Asnos está situado entre los términos municipales de las localidades de Beteta, Carrascosa y Cañizares, en la provincia de Cuenca. Constituye uno de los cañones fluviales más espectaculares de la Serranía conquense, de gran valor paisajístico.
Flora
Las comunidades vegetales más relevantes se localizan en los rincones más húmedos y umbrosos del centro de la Hoz. Son los tilares y avellanares, un verdadero reducto de vegetación atlántica con multitud de especies endémicas, raras o amenazadas. El paisaje vegetal de la zona se completa con pinares de pino negral (P. nigra), quejigares, sabinares y notables comunidades de ribera con presencia de álamo temblón (Populus tremula). Destacan también las comunidades vegetales rupícolas de paredones y cortados con la presencia de la planta carnívora protegida Pingüicola mundi, especie exclusiva de la Península Ibérica.
Fauna
En cuanto a la fauna, destaca la presencia de nutria, trucha, gato montés, gineta y tejón. Las cuevas y simas de la zona son un importante hábitat para murciélagos, con uno de los refugios de invernada más importante de la región del murciélago mediterráneo de herradura (Rhinolophus euryale).
La comunidad de aves goza de una enorme diversidad, con presencia de al menos 8 especies incluidas en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas: alimoche, águila culebrera, martín pescador, búho real, mirlo acuático, azor, alcotán y gavilán; y de una buitrera con una importante colonia de buitre leonado.
Este Monumento Natural se sitúa en el norte de la provincia de Cuenca, entre las muelas de Carrascosa y del Palancar o de San Cristóbal con altitudes que superan los 1300m.
Muy cerca de Cañizares: el barranco de La Hoz De Somera.
http://www.youtube.com/watch?v=yu2oP2fCsqw&feature=related
Desde la ceja-mirador del sumidero Del cortado de Tragavivos, conocida también como: Mata Asnos o Rompe Huesos, la inicial exclamación será posiblemente, la de:
¡Ayvá!
Las posteriores expresiones admirativas, de seguro que, no serán tan correctas desde el punto de vista semántico; (finas y delicadas).
Por un lado, nos sobrecoge la sorpresa y en la medida en que todos los sentidos se despliegan, intentando asimilar semejante espectáculo paisajístico, por otro, se va colando pausadamente, el pavor; pues, aún forzando la suerte, no es sencillo contemplar el fondo de la ondanada.
El profundo tajo que el río Guadiela ha ido oradando despedazando el horizonte, se recorta a nuestros pies dejando en las paredes del abismo, una gran sucesión de moldeadas terrazas, testimonio de las diferentes épocas geológicas del curso del fascinante río.
Estamos en el pueblo de nombre: Cañizares. Atravesando esta población, arrimado a la Iglesia, arranca el carril que nos dirige monte arriba hasta situarnos tras 4 Km., en el mirador. Este, se emplaza en un reducido espacio, delimitado por rocas, vegetación y unos travesaños de madera que van a impedirnos acercarnos peligrosamente al borde del precipicio.
Podemos octar por dejar el coche en el mismo Cañizares o conducir hasta 200 metros antes de llegar a la ceja. Sea como fuere la decisión definitiva será conveniente tener muy presente lo siguiente:
El desnivel medio de la subida está en torno a un 6% que, después de los dos iniciales kilómetros, se suaviza notablemente.
Cuando el soto bosque vaya dejando paso a un espléndido pinar, el terreno pasa de ser compacto y con algo de gravilla a suelo arcilloso. Lo que significa que si llueve o lo a echo hace poco, el barrizal será considerable. Amén, de las profundas marcas que otros vehículos han provocado. Quiere decirse que, si no dispones de un todo terreno o, de un todo camino, mejor no lo intentes o te expones a dejar los bajos clavaicos. En cualquier caso, podríamos subir cosa de un kilómetro y allí, dejar tranquilamente el coche para caminar un ratito; que los árboles, no muerden.
Como podemos comprobar, el camino es de dificultad baja. Tan solo en sus últimos 200 metros, se estrecha en una vereda sinuosa ligeramente ascendente.
Las personas con discapacidad física severa, necesitadas de sillas de ruedas, por ejemplo, pueden más-menos acercarse hasta el claro en el bosque desde el que parte el tramito final. Después, imposible.
El carril principal se intertsecciona con multitud de caminos que para la práctica del senderismo, mountanvike o un sencillo paseo, nos regalan fragancias de gran intensidad, fascinantes trinos de una gran variedad de pájaros y, una fastuosa capota de sombra desplegada por pinares de espesa y aromática resina.
Llevar agua, no hay fuentes.
Ruta 19.
“Cañizares-Hoz De Tragavivos”
Estallidos de silencios.
Índice de dificultad baja. Salvo en sus últimos 200 metros para personas con discapacidad física severa.
No hay sombra en los dos kilómetros iniciales. Después, excelente.
Dos horas ida y vuelta.
Llevar agua, no hay fuentes. En la plaza del pueblo se ubica una fuente de varios caños, excelente agua.
Descripción del entorno.
Podemos asegurar que Cañizares, cadece de los servicios básicos de toda población humanoide, apenas, alguna casita rural y un par de tiendas; una de ellas, la panadería, aunque el suministro lo proporciona la tahona de Cañamares, fundamentalmente. Esto significa que si no compramos el pan y bollería a una temprana hora, lo más probable es que nos quedemos desavastecidos.
Localizar el carril por el que acceder al cortado, no es nada complicado si, preguntamos a algún lugareño. Las indicaciones dejan bastante que desear.
Una vez descubierta la calle que muere donde el ancho camino comienza, la única complicación posible consistirá en seguir las marcas que van orientando la dirección correcta; (Blanco-amarillo).
Iniciamos el ascenso por una cuesta de asfalto-cemento matizada de algo de gravilla y chinarros incustrados en el suelo.
Si por nuestra derecha van quedando atrás las últimas casitas dando paso a un encrespado soto bosque, por la izquierda, se irá hundiendo la tierra que en función del nuestro ascenso, terminará por tomar el nombre de barranco.
Sin apoyo visual la aventura no es posible. Las referencias son del todo intangibles. Las bifurcaciones son orográficamente hablando, ilocalizables.
Según tomamos altura la apreciación visual es la de encontrarnos rodeados por una corteza verde desconchada de tanto en cuando por el rojo de la caliza y los vario pintos colores de las distintas plantas.
El mensajero alado.
Sería poco riguroso si aquí dijéramos que: ¡Seguir todo recto! Ojo con la señalización. Se encuentra en claro retroceso, puede estar desaparecida por la desidia administrativa o, vaya usted a saber.
Una vez encontrado el frondoso pinar que nos espera monte arriba, ya podemos respirar tranquilos. El carril a partir de aquí está muy bien delimitado y ya no encontraremos otros caminos que incidan en confundirnos.
¿Que, como sabremos que es el correcto? Por la obvia apreciación sobre el terreno. Marcadas huellas de vehículos nos preceden.
De vez en cuando la marcha será amenizada por repentinas corrientes térmicas. El fondo sonoro similar a un siseo, nos anuncia la proximidad del cortado Claro que, para vosotros, torpes videntes, lo del siseo, es, ¡Tan! ¡Imperceptible! Pues, ¿Qué queréis? Haberos pedido ser ciegos.
Contacto con tacto.
Hemos alcanzado el claro del bosque donde muere el carril. Ahora, buscaremos el estrecho sendero situado al otro lado del despejado lugar, ligeramente a la derecha; será este, el que nos aproxime a la ubre de La Madre Tierra.
Los escasos 200 metros que hemos de caminar hasta nuestro destino, se encuentran heridos por zarzales de púas caprichosas de todo tejido textil o humano que se aproxime. Agujas de pinos encantados; tanto es así, que vas echo todo un príncipe y a la vuelta, te asemejas más a un mendigo. Pasillos de primorosas telarañas que te dejarán el pelo como culo de babosa. Y, ¡OH gozosa felicidad! ¿Tenéis el recuerdo infantil de los rasca moños?
Bueno, no os pongáis así.
Como diría el maestro del humor, Gila:
“Si no sabéis aguantar una broma, mejor os quedáis en casa”
Información general.
El Monumento Natural Hoz de Beteta y Sumidero de Mata Asnos está situado entre los términos municipales de las localidades de Beteta, Carrascosa y Cañizares, en la provincia de Cuenca. Constituye uno de los cañones fluviales más espectaculares de la Serranía conquense, de gran valor paisajístico.
Flora
Las comunidades vegetales más relevantes se localizan en los rincones más húmedos y umbrosos del centro de la Hoz. Son los tilares y avellanares, un verdadero reducto de vegetación atlántica con multitud de especies endémicas, raras o amenazadas. El paisaje vegetal de la zona se completa con pinares de pino negral (P. nigra), quejigares, sabinares y notables comunidades de ribera con presencia de álamo temblón (Populus tremula). Destacan también las comunidades vegetales rupícolas de paredones y cortados con la presencia de la planta carnívora protegida Pingüicola mundi, especie exclusiva de la Península Ibérica.
Fauna
En cuanto a la fauna, destaca la presencia de nutria, trucha, gato montés, gineta y tejón. Las cuevas y simas de la zona son un importante hábitat para murciélagos, con uno de los refugios de invernada más importante de la región del murciélago mediterráneo de herradura (Rhinolophus euryale).
La comunidad de aves goza de una enorme diversidad, con presencia de al menos 8 especies incluidas en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas: alimoche, águila culebrera, martín pescador, búho real, mirlo acuático, azor, alcotán y gavilán; y de una buitrera con una importante colonia de buitre leonado.
Este Monumento Natural se sitúa en el norte de la provincia de Cuenca, entre las muelas de Carrascosa y del Palancar o de San Cristóbal con altitudes que superan los 1300m.
Muy cerca de Cañizares: el barranco de La Hoz De Somera.
http://www.youtube.com/watch?v=yu2oP2fCsqw&feature=related
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Castilla La Mancha,
Cuenca,
España.
domingo, 29 de abril de 2012
Sinopsis de: Ciegoaventura ruta 18; Puerto Del Monsaete-Herrería De Santa Cristina-Presa De Toriles. Circuito V.
En esta ocasión, os ofrezco esta ruta para compartir juntos una experiencia única, al menos para mí.
Ha sido con mucho, el espacio natural más complicado de trasladar a estas páginas con mínimas garantías de interés descriptivo.
Cuatro expediciones en cuatro años, que siguen siendo insuficientes en conseguir un fiable mapa mental de la comarca de manera que, a día de hoy, todavía no me he encontrado.
Si optamos por usar vehículo, hay algunos detalles a tener muy presentes; podemos atacar el carril desde dos puntos diferentes:
Pasado el túnel que atraviesa El Monsaete, dejamos a la izquierda, la carretera al puerto. Inmediatamente, un camino que penetra en el bosque; (Corta fuegos). Enseguida, podremos localizar un bracito de asfalto de unos 15 metros; (Primera entrada al carril).
Si se nos quedó atrás el desvío, no preocuparse, en cuanto hayamos dejado por la izquierda, tres quitamiedos galvanizados, veremos inequívocamente, la segunda de nuestras alternativas.
Os recomiendo esta última ya que aunque es un trayecto más largo, no vamos a tener ningún problema de suelo incluso, en época de lluvias. Mientras que la primera opción, la más cercana al túnel, se asienta sobre zona húmeda de terreno arcilloso. Os podéis imaginar cuando caen unas gotas. Muestra de ello, son los trocitos dispersos y a medio enterrar de algunos coches: faros, guarda barros, etcétera. Si vuestro coche es de chasis bajo, no dudéis, tomad la otra vía de entrada, es decir, la segunda.
El camino no se distingue por dificultades de mención. Quizás, algunos puentecitos salva arroyos
Pero nada complicados salvo para camiones, por ejemplo.
Ideal para la práctica del senderismo, vivac,, mountanvike,… Y para personas de cualquier condición física.
Durante los iniciales primeros 15 Km., apenas oleremos agua, sin embargo después, el Guadiela y uno de sus afluentes más caudaloso, nos reciben en traje de baño.
Los parajes emboscados entre pinares, las presas, y la inscripción romana del siglo I d.c., son muy dignísimas menciones honoríficas que no podemos dejar indiferentes por sus importantes aportaciones históricas y económicas de la región conquense.
Ruta 18.
Puerto Del Monsaete-Herrería De Santa Cristina-presa De Toriles.
Habemus Falcata.
Pista forestal de tierra.
Ruta lineal:
Desde el inicio del carril hasta bifurcación con camino “Herrería de Santa Cristina-Alcantúz, son 10 Km.
Cruce de vías (bifurcación)-Herrería: 2 Km.
Cruce de vías (bifurcación)-presa de Toriles, dirección Alcantúz: 3 Km.
Índice de dificultad baja.
Accesible para silla de ruedas según que tramos. Buen terreno para senderistas de movilidad reducida.
Muy buenas pistas para mountanvike.
Buena sombra según que tramos.
Llevar agua. No hay fuentes.
POSICIONAMIENTO EN LA MARCHA
Retomemos la ruta anterior “Camping La Dehesa”-“Alto Del Monsaete” para conseguir una buena orientación.
Estamos en el puerto, donde el camino isabelino toca carretera. Desde aquí, nos encaminamos vertiente opuesta por la que previamente ascendimos, es decir, camino-carretera-y, a la derecha.
El descenso será breve. En apenas 20 minutos nos vamos a presentar ante el cruce con otra vía; Carretera Cañamares-Cañizares-pedanías de Puente Vadillos y Solán-Beteta-…. Ésta sí, muy transitada por toda clase de vehículos. Serán los tráiler porteadores del agua de los acuíferos de Solán De Cabras y Beteta, quienes más nos preocupan. Nos encontramos muy cerca de la otra entrada al túnel.
Nos iremos posicionando en margen izquierdo al finalizar la bajante travesía ya que, el carril que buscamos se ubica a escasamente 500 metros en este mismo sentido. El arcén, por asignarle un nombre, es minúsculo.
Trabajo de campo.
Tenemos por delante unos cuantos cientos de metros realmente conflictivos. Prima nuestra seguridad ante todo.
A la que vamos caminando, colocando al perro guía si de él disponemos a nuestra derecha, tomaremos el bastón con la izquierda. De este modo vigilaremos con mayor reafirmación el perfil del asfalto con límite poco fiable.
Cuando aparezcan sonidos de tráfico en la distancia, no será mala idea parar y asegurar nuestra posición y si es el caso, onernos fuera del asfalto. No es tan solo por la velocidad de coches y aguadores sino más bien, por los bandazos de aire que nos podrían hacer perder el equilibrio. ¡Sí! Así se las gastan.
Estamos intentando encontrar un muñón de pista asfaltada. Visualmente, se podrá emplazar rápidamente dado que, allí mismo hay una señal de prohibido hacer fuego. Son unos 15 metros de entrada cimentada.
Puede suceder que nos pasemos de largo.
¿Qué hacer si nos dejamos atrás ese pico de gallo?
¡Bueno! ¡Pues, muy bien!
Seguiremos andando entonces. A unos 100 metros toparemos con el inicio de un quitamiedos metálico que será, una magnífica referencia. Nos damos la vuelta por el mismo perfil y, volvemos a intentarlo.
Más liao que la pata un romano.
Estamos en el buen camino.
Con frecuencia, con demasiada frecuencia, nos vamos a interrogar.
¿Iré en la dirección adecuada?
¿Me orientado debidamente? ¿O,, me estoy metiendo en un lío de cojones?
Han transcurrido cuatro años de expediciones a pié y en coche. A día de hoy he de reconocer que, es la ruta, con diferencia, más complicada e inaccesible para ciegos totales con la que me he encontrado.
Son kilómetros de absoluto desconcierto. No existe técnica de orientación efectiva para acometer con seguridad el éxito de su entera finalización en solitario o refugiados en grupo sensorial.
El camino principal está muy bien delimitado en alguno de los tramos pero, en otros, se dispersan tanto y tanto las referencias que se traducen en un complejísimo maremagnun de matices sin solución.
¿Qué se puede hacer?
¡NADA! A la aventura. ¡No hay otra!
POSICIONAMIENTO EN LA MARCHA.
Al frente, el carril en tierra. Atrás, carretera con tráfico.
Nos encontramos inmersos en un humedal rodeados de altísimos pinos y matorral.
Coloquemos el Sol en lo alto. Si llueve, no podremos atravesar por aquí. El terreno se enfanga con facilidad. Caminamos sobre capa arcillosa.
En estos momentos como al regreso, el ruido del tráfico que discurre por la carretera será nuestra mejor referencia.
Tormenta de ideas.
Cualquier opinión al uso, será por supuesto, muy bien recibida.
El móvil, cargado. Y una batería de repuesto.
El gualqui, operativo permanentemente. Y batería de repuesto.
Botiquín revisado y actualizado.
Pertrechos para dos días de agua y comida.
Ropa de repuesto y de abrigo.
El saco. Aislante.
Etc., etc., etc.
Hemos comunicado a la recepción del camping nuestra intención y para cuando creemos que podremos regresar. Es decir, cuál será nuestro recorrido completo de ida como de vuelta. Y por donde.
Bien, hemos cumplido ya con los preceptos debidos de seguridad y logística. Ahora, toca poner en situación real, todas nuestras cualidades.
“La Medida”; la región de “Los Zorras”.
Hemos ido dejando atrás, el inicial bosquete de pinos, algunos campos sembrados de mimbre, varios pasadizos (puentecitos) sin defensas laterales que, nos han librado de algún que otro desnivel.
El paisaje es de monte arriba por la izquierda y, manta llana por la derecha.
Si nos desviamos por alguno de los numerosos caminitos que nos van saliendo al paso, Bien podemos topar con la ermita de La Virgen De Los Hoyos o quizás, con el abandonado albergue de Pozuelos o, ¡Quien sabe!
Si de improviso aparece un pequeño arroyito por nuestra izquierda, podemos ir respirando, la cosa va bien.
Ese hilo de agua se irá traduciendo paulatinamente en una vía de cierta importancia, en particular, en los meses de lluvia. Puede anegar todo el camino y dejarlo prácticamente inaccesible.
Entre nosotros y el arrollo aparece otra vía de agua; una acequia. Será ésta, la mejor referencia. Ya estamos cerca del cruce de caminos que nos interesa. Ya, nos vamos aproximando a las tierras de: Los Zorras; (Frupo familiar muy conocido por la zona. Dicen, que por su pasado furtivo). Aclaración:
No es un apelativo sino el apellido.
Próximo al cruce que buscamos, localizaremos un pequeño núcleo de viviendas: barrio de Los Santiagos.
El carril principal, muere a los pies de un puente muy estrecho por el que apenas cabe un coche.
Posicionamiento:
Cruce ya la izquierda: Alcantúz.
Cruce a la derecha: Herrería De Santa Cristina.
Si deseamos visitar La Herrería, vamos a encontrarnos con un camino de graba de 2 Km. Río Guadiela por la izquierda. Como parte final de la travesía, últimos 700 metros, nos encontraremos con una cuesta muy complicada para vehículos de chasis bajo o sin tracción .a las cuatro ruedas
El pequeño pueblo, cuna de la esposa de don Miguel De Cervantes, se sitúa en un páramo francamente precioso. Atravesándolo, encontraremos una pequeña pista forestal asfaltada y de aquí, a carretera comarcal.
Si optamos en tomar desde el cruce, el camino de la izquierda, es decir, en dirección Alcantúz, tenemos por delante unos 3 Km. muy bien delimitado. A la derecha, paredes revestidas de gran variedad arbustiva y pinos. Por la izquierda, un arrollo tan caudaloso que más bien parecería un río.
Estamos caminando por lo que fue una vía romana.
¡Por todos los dioses!
Hemos llegado a la presa de Toriles.
Antes de cruzar el puente que salva el salto de agua de la presa, a la izquierda, localizamos una minúscula península bordeada por el arrollo anteriormente mencionado y el Guadiela. Con casi entera seguridad, este trocito de cielo, sea inundado por las aguas en época de importantes precipitaciones ya que, los tilos centenarios, quizás, alguno milenario, que allí se asientan, exhibe sus formidables raíces. El conjunto formado por la perfecta simbiosis: agua-vegetación-sonidos del bosque, favorecen fogonazos imaginativos en los que el tiempo-espacio, carecen de sentido. Si existe una entrada al reino de los Elfos, se encuentra aquí.
Retomando la marcha, cruzamos el Guadiela. Desde el puente, disfrutamos del espectáculo que nos ofrecen los saltos de agua.
Enseguida, aparecerá por la derecha, un pequeño corral de ovejas, a continuación, una mini central hidroeléctrica. E inmediatamente, Un caminito-pasillo, recortado en la roca, que nos acerca a una inscripción romana del siglo I d.c.:
Documento en el que se expresa la construcción de la calzada romana, costeada por un acaudalado señor. Este paso, mejoraba el tránsito del carbón vegetal y mineral de hierro de gran calidad, extraído en la propia comarca y en dirección a los molinos enclavados a lo largo del río.
Todavía hoy se puede ver alguno de esos molinos. El de La Herrería De Santa Cristina, reformado por la junta de Castilla La Mancha, creo que puede visitarse pero, por más indagaciones que he realizado, no he conseguido averiguar como conocerlo. Si tu lo consigues, te estaría muy agradecido si me comunicas como.
Retorno.
Lo siento amigo. Búscate la vida.
Ha sido con mucho, el espacio natural más complicado de trasladar a estas páginas con mínimas garantías de interés descriptivo.
Cuatro expediciones en cuatro años, que siguen siendo insuficientes en conseguir un fiable mapa mental de la comarca de manera que, a día de hoy, todavía no me he encontrado.
Si optamos por usar vehículo, hay algunos detalles a tener muy presentes; podemos atacar el carril desde dos puntos diferentes:
Pasado el túnel que atraviesa El Monsaete, dejamos a la izquierda, la carretera al puerto. Inmediatamente, un camino que penetra en el bosque; (Corta fuegos). Enseguida, podremos localizar un bracito de asfalto de unos 15 metros; (Primera entrada al carril).
Si se nos quedó atrás el desvío, no preocuparse, en cuanto hayamos dejado por la izquierda, tres quitamiedos galvanizados, veremos inequívocamente, la segunda de nuestras alternativas.
Os recomiendo esta última ya que aunque es un trayecto más largo, no vamos a tener ningún problema de suelo incluso, en época de lluvias. Mientras que la primera opción, la más cercana al túnel, se asienta sobre zona húmeda de terreno arcilloso. Os podéis imaginar cuando caen unas gotas. Muestra de ello, son los trocitos dispersos y a medio enterrar de algunos coches: faros, guarda barros, etcétera. Si vuestro coche es de chasis bajo, no dudéis, tomad la otra vía de entrada, es decir, la segunda.
El camino no se distingue por dificultades de mención. Quizás, algunos puentecitos salva arroyos
Pero nada complicados salvo para camiones, por ejemplo.
Ideal para la práctica del senderismo, vivac,, mountanvike,… Y para personas de cualquier condición física.
Durante los iniciales primeros 15 Km., apenas oleremos agua, sin embargo después, el Guadiela y uno de sus afluentes más caudaloso, nos reciben en traje de baño.
Los parajes emboscados entre pinares, las presas, y la inscripción romana del siglo I d.c., son muy dignísimas menciones honoríficas que no podemos dejar indiferentes por sus importantes aportaciones históricas y económicas de la región conquense.
Ruta 18.
Puerto Del Monsaete-Herrería De Santa Cristina-presa De Toriles.
Habemus Falcata.
Pista forestal de tierra.
Ruta lineal:
Desde el inicio del carril hasta bifurcación con camino “Herrería de Santa Cristina-Alcantúz, son 10 Km.
Cruce de vías (bifurcación)-Herrería: 2 Km.
Cruce de vías (bifurcación)-presa de Toriles, dirección Alcantúz: 3 Km.
Índice de dificultad baja.
Accesible para silla de ruedas según que tramos. Buen terreno para senderistas de movilidad reducida.
Muy buenas pistas para mountanvike.
Buena sombra según que tramos.
Llevar agua. No hay fuentes.
POSICIONAMIENTO EN LA MARCHA
Retomemos la ruta anterior “Camping La Dehesa”-“Alto Del Monsaete” para conseguir una buena orientación.
Estamos en el puerto, donde el camino isabelino toca carretera. Desde aquí, nos encaminamos vertiente opuesta por la que previamente ascendimos, es decir, camino-carretera-y, a la derecha.
El descenso será breve. En apenas 20 minutos nos vamos a presentar ante el cruce con otra vía; Carretera Cañamares-Cañizares-pedanías de Puente Vadillos y Solán-Beteta-…. Ésta sí, muy transitada por toda clase de vehículos. Serán los tráiler porteadores del agua de los acuíferos de Solán De Cabras y Beteta, quienes más nos preocupan. Nos encontramos muy cerca de la otra entrada al túnel.
Nos iremos posicionando en margen izquierdo al finalizar la bajante travesía ya que, el carril que buscamos se ubica a escasamente 500 metros en este mismo sentido. El arcén, por asignarle un nombre, es minúsculo.
Trabajo de campo.
Tenemos por delante unos cuantos cientos de metros realmente conflictivos. Prima nuestra seguridad ante todo.
A la que vamos caminando, colocando al perro guía si de él disponemos a nuestra derecha, tomaremos el bastón con la izquierda. De este modo vigilaremos con mayor reafirmación el perfil del asfalto con límite poco fiable.
Cuando aparezcan sonidos de tráfico en la distancia, no será mala idea parar y asegurar nuestra posición y si es el caso, onernos fuera del asfalto. No es tan solo por la velocidad de coches y aguadores sino más bien, por los bandazos de aire que nos podrían hacer perder el equilibrio. ¡Sí! Así se las gastan.
Estamos intentando encontrar un muñón de pista asfaltada. Visualmente, se podrá emplazar rápidamente dado que, allí mismo hay una señal de prohibido hacer fuego. Son unos 15 metros de entrada cimentada.
Puede suceder que nos pasemos de largo.
¿Qué hacer si nos dejamos atrás ese pico de gallo?
¡Bueno! ¡Pues, muy bien!
Seguiremos andando entonces. A unos 100 metros toparemos con el inicio de un quitamiedos metálico que será, una magnífica referencia. Nos damos la vuelta por el mismo perfil y, volvemos a intentarlo.
Más liao que la pata un romano.
Estamos en el buen camino.
Con frecuencia, con demasiada frecuencia, nos vamos a interrogar.
¿Iré en la dirección adecuada?
¿Me orientado debidamente? ¿O,, me estoy metiendo en un lío de cojones?
Han transcurrido cuatro años de expediciones a pié y en coche. A día de hoy he de reconocer que, es la ruta, con diferencia, más complicada e inaccesible para ciegos totales con la que me he encontrado.
Son kilómetros de absoluto desconcierto. No existe técnica de orientación efectiva para acometer con seguridad el éxito de su entera finalización en solitario o refugiados en grupo sensorial.
El camino principal está muy bien delimitado en alguno de los tramos pero, en otros, se dispersan tanto y tanto las referencias que se traducen en un complejísimo maremagnun de matices sin solución.
¿Qué se puede hacer?
¡NADA! A la aventura. ¡No hay otra!
POSICIONAMIENTO EN LA MARCHA.
Al frente, el carril en tierra. Atrás, carretera con tráfico.
Nos encontramos inmersos en un humedal rodeados de altísimos pinos y matorral.
Coloquemos el Sol en lo alto. Si llueve, no podremos atravesar por aquí. El terreno se enfanga con facilidad. Caminamos sobre capa arcillosa.
En estos momentos como al regreso, el ruido del tráfico que discurre por la carretera será nuestra mejor referencia.
Tormenta de ideas.
Cualquier opinión al uso, será por supuesto, muy bien recibida.
El móvil, cargado. Y una batería de repuesto.
El gualqui, operativo permanentemente. Y batería de repuesto.
Botiquín revisado y actualizado.
Pertrechos para dos días de agua y comida.
Ropa de repuesto y de abrigo.
El saco. Aislante.
Etc., etc., etc.
Hemos comunicado a la recepción del camping nuestra intención y para cuando creemos que podremos regresar. Es decir, cuál será nuestro recorrido completo de ida como de vuelta. Y por donde.
Bien, hemos cumplido ya con los preceptos debidos de seguridad y logística. Ahora, toca poner en situación real, todas nuestras cualidades.
“La Medida”; la región de “Los Zorras”.
Hemos ido dejando atrás, el inicial bosquete de pinos, algunos campos sembrados de mimbre, varios pasadizos (puentecitos) sin defensas laterales que, nos han librado de algún que otro desnivel.
El paisaje es de monte arriba por la izquierda y, manta llana por la derecha.
Si nos desviamos por alguno de los numerosos caminitos que nos van saliendo al paso, Bien podemos topar con la ermita de La Virgen De Los Hoyos o quizás, con el abandonado albergue de Pozuelos o, ¡Quien sabe!
Si de improviso aparece un pequeño arroyito por nuestra izquierda, podemos ir respirando, la cosa va bien.
Ese hilo de agua se irá traduciendo paulatinamente en una vía de cierta importancia, en particular, en los meses de lluvia. Puede anegar todo el camino y dejarlo prácticamente inaccesible.
Entre nosotros y el arrollo aparece otra vía de agua; una acequia. Será ésta, la mejor referencia. Ya estamos cerca del cruce de caminos que nos interesa. Ya, nos vamos aproximando a las tierras de: Los Zorras; (Frupo familiar muy conocido por la zona. Dicen, que por su pasado furtivo). Aclaración:
No es un apelativo sino el apellido.
Próximo al cruce que buscamos, localizaremos un pequeño núcleo de viviendas: barrio de Los Santiagos.
El carril principal, muere a los pies de un puente muy estrecho por el que apenas cabe un coche.
Posicionamiento:
Cruce ya la izquierda: Alcantúz.
Cruce a la derecha: Herrería De Santa Cristina.
Si deseamos visitar La Herrería, vamos a encontrarnos con un camino de graba de 2 Km. Río Guadiela por la izquierda. Como parte final de la travesía, últimos 700 metros, nos encontraremos con una cuesta muy complicada para vehículos de chasis bajo o sin tracción .a las cuatro ruedas
El pequeño pueblo, cuna de la esposa de don Miguel De Cervantes, se sitúa en un páramo francamente precioso. Atravesándolo, encontraremos una pequeña pista forestal asfaltada y de aquí, a carretera comarcal.
Si optamos en tomar desde el cruce, el camino de la izquierda, es decir, en dirección Alcantúz, tenemos por delante unos 3 Km. muy bien delimitado. A la derecha, paredes revestidas de gran variedad arbustiva y pinos. Por la izquierda, un arrollo tan caudaloso que más bien parecería un río.
Estamos caminando por lo que fue una vía romana.
¡Por todos los dioses!
Hemos llegado a la presa de Toriles.
Antes de cruzar el puente que salva el salto de agua de la presa, a la izquierda, localizamos una minúscula península bordeada por el arrollo anteriormente mencionado y el Guadiela. Con casi entera seguridad, este trocito de cielo, sea inundado por las aguas en época de importantes precipitaciones ya que, los tilos centenarios, quizás, alguno milenario, que allí se asientan, exhibe sus formidables raíces. El conjunto formado por la perfecta simbiosis: agua-vegetación-sonidos del bosque, favorecen fogonazos imaginativos en los que el tiempo-espacio, carecen de sentido. Si existe una entrada al reino de los Elfos, se encuentra aquí.
Retomando la marcha, cruzamos el Guadiela. Desde el puente, disfrutamos del espectáculo que nos ofrecen los saltos de agua.
Enseguida, aparecerá por la derecha, un pequeño corral de ovejas, a continuación, una mini central hidroeléctrica. E inmediatamente, Un caminito-pasillo, recortado en la roca, que nos acerca a una inscripción romana del siglo I d.c.:
Documento en el que se expresa la construcción de la calzada romana, costeada por un acaudalado señor. Este paso, mejoraba el tránsito del carbón vegetal y mineral de hierro de gran calidad, extraído en la propia comarca y en dirección a los molinos enclavados a lo largo del río.
Todavía hoy se puede ver alguno de esos molinos. El de La Herrería De Santa Cristina, reformado por la junta de Castilla La Mancha, creo que puede visitarse pero, por más indagaciones que he realizado, no he conseguido averiguar como conocerlo. Si tu lo consigues, te estaría muy agradecido si me comunicas como.
Retorno.
Lo siento amigo. Búscate la vida.
Etiquetas:
Castilla La Mancha,
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España
lunes, 23 de abril de 2012
Sinopsis de: Ciegoaventura ruta 17; camping La Dehesa-Alto del Monsaete. Circuito V.
Tomando como punto de partida la Dehesa en la que se encuentra el camping de Cañamares, podremos alcanzar por dos vías diferentes el mirador situado en lo alto del puerto del Monsahete:
Si optamos por acercarnos en vehículo, lo haremos por la carretera que surge a la izquierda inmediatamente después, tras cruzar el puente sobre el río Escabas. Son 10 Km. de ida y vuelta. Se trata de una vía de acceso con rampas importantes para una silla de ruedas aunque como todo, es ponerse a ello e intentarlo. Escaso tránsito de coches pues la carretera principal discurre hacia el túnel. Atención a motos y ciclistas que aprovechan estas rampas con una buena dosis de curvas, para lanzarse a tumba abierta.
Si nos inclinamos por un buen paseo, pasaremos igualmente por el puente sobre el río pero en esta ocasión seguiremos por la carretera en dirección al túnel. Enseguida, aparece por la derecha un quitamiedos metálico que dejaremos atrás. A 100 metros de éste, descubrimos el ascendente camino. Son 5 Km. de ida y vuelta. Terreno muy accidentado con base de grava, buen número de piedras sueltas e incustradas y en alguno de los tramos presenta suelo arenoso muy deslizante. Ruta de dificultad media. Poca sombra. No hay agua.
Desde el mirador se tiene una buena perspectiva del valle y fondo boscoso.
Ruta 17.
"Camping La Dehesa-Puerto Del Monsaete"
Corta pero intensa.
Posibilidad de recorrido lineal o circular.
Ruta lineal por carretera.
10 Km.; ida y vuelta. No hay arcén.
Dificultad baja. Accesible para silla de ruedas.
Llevar agua, no hay fuentes.
La sombra dependerá del trazado de la carretera; por lo general, escasa.
Recorrido lineal por camino.
5 Km.; ida y vuelta.
Dificultad media. No accesible para silla de ruedas.
Llevar agua, no hay fuentes.
La sombra es regularmente buena.
Recorrido circular. 7,5 Km.
RUTA LINEAL POR CAMINO
Posicionamiento en la marcha.
Partiendo desde el http://www.camping-ladehesa.com/ emprenderemos la ruta girando a la diestra y tomaremos así el arcén derecho de la carretera. De manera que, estaremos enfrentados al cruce dejando Cañamares a la espalda.
Al frente: el cruce de carreteras.
Atrás: Cañamares.
A la derecha: el restaurante del “Camping”.
A la izquierda: Tráfico y, más allá, el río.
El arcén, es ancho pero atención, a bicicletas y motos.
Nota:
Como ya he referido en alguna ocasión, que los senderistas ciegos sin apoyo visual de nadie, nos vemos abocados a caminar por el arcén contrario que recomienda Tráfico. Las referencias, siempre serán mucho más fiables y cómodas al ir arrastrando un bastón por su límite; evitando así, oscilar peligrosamente hacia el interior del asfalto.
Fin de la nota.
A pocos metros por la izquierda, a unos 150 metros, se sitúa el puente por el que vamos a cruzar el río.
Tomando como referencia el sonido del tráfico (al topar) con los frenos o bordillitos en el asfalto, sabremos que estamos llegando a su altura.
Extrema precaución.
En ese cruce, convergen dos vías:
Una, en dirección a Fuertescusa; (al frente).
La otra, a Beteta; (hacia la izquierda).
El tráfico, en particular los enormes camiones en su de venir a Solán de Cabras, presentan una seria amenaza para nuestra seguridad, por lo peligroso que suponen sus maniobras de aproximación y giro. No estaría de más, alejarnos unos metros de la carretera, caminando tierra adentro sin perder la paralela con el asfalto; el terreno aquí lo permite.
El conocimiento que el puente ha quedado atrás, vendrá dado por el propio sonido de las aguas del Escabas precipitándose por pequeños rápidos. De igual manera, podremos escuchar la algarabía de bañistas. Será este, el momento esperado y cruzaremos la carretera.
Posicionando:
Tráfico a la izquierda. Río a la derecha.
El arcén es minúsculo.
Sin perder la referencia que nos facilita el borde de la carretera a la vez que, el quitamiedos que, no tardaremos en localizar, trazando un semicírculo con el bastón, es decir, lo que en movilidad se denomina: arco de doble punto, encontraremos sin dificultad el borde del puente por el que nos dispondremos a cruzar.
Posicionando:
Tráfico al frente y atrás.
Entre la barandilla de la derecha, y el quitamiedos metálico, podremos pasar al otro lado del río sin peligro, pues, forman un pequeño y estrecho caminito pero, seguro.
Nota a tener en cuenta:
En el pasado verano (Año 2011), se agrietó esta vía de paso lo que incide en su peligrosidad al poder facilmente provocar adcidente.
Finalizando este tramo, a la derecha, encontramos un estrecho sendero, bordeado por una gran cantidad de zarzales. Nos dirige a una cuesta descendente escalonada, ancha pero sin pasamanos. Cautela, abajo el río.
Buena zona de baño para el perro guía, si bien, extrememos el control en obediencia ya que, podría alejarse e introducirse bajo el puente.
No existe playa, solo piedra. Es zona muy húmeda y con terreno escurridizo.
Posicionando:
Tomamos de nuevo como referencia el puente habiendo cruzado por encima del río.
Si continuamos por este lado de la carretera, (arcén derecho), a unos 500 metros, y antes de alcanzar el túnel que se presenta ante nosotros, de 800 metros de largo; por el que tan sólo se autoriza tránsito de coches y camiones, encontraremos, el camino que nos llevará al mirador, situado sobre nuestra cabeza.
Reseña histórica.
Este camino, fue mandado hacer por Isabel II para su viaje a Solán de Cabras.
(La voz popular), cuenta que, bebiendo del caño de en medio, quedaría embarazada.
NOTA REFERENCIAL
No confundir este camino con alguno de los otros dos que hay anteriores:
Uno, nos conduciría a un chiringuito. Muy recomendables sus hamburguesas.
El otro, no es conveniente seguirlo ya que, nos interna en el bosque topándonos con fuertes subidas y gran cantidad de piedras sueltas. Si llegáramos a tomar este complicadísimo trayecto, no tardaremos en darnos cuenta del equívoco, pues, el tráfico, quedaría a nuestra espalda permanentemente. Sin embargo,
nuestra ruta sería: tráfico atrás, izquierda, izquierda, abajo. No hay referencias claras para su localización, ni quitamiedos junto a él, ni cambios notables en el arcén, no existen ni rocas que marquen su comienzo, es decir:
¡NADA! Toda una aventura.
El tío señas.
La paciencia, no solo, como madre de la ciencia, si no también, como máter de la perseverancia, sí, aquella que conduce a la sabiduría, nos procura herramientas con las que agudizar el ingenio, cuando, las dificultades, coexisten con (nos):
Criaturas, avocadas a contradecir los irritantes razonamientos de lo imposible e, inaccesible.
¡Bien!
¿De manera que?
¡TRABAJO DE CAMPO!
Obviemos, los caminos que van quedando atrás, después que hayamos pasado por el puente.
Caminamos a la par que, dejamos arrastrar el bastón o, dando toques en arco, entre asfalto y tierra.
¡Ojo!
El arcén es “pequeñiísmo”.
Habiendo transcurrido un buen tramo, denotaremos, el sonido metálico que tintineante, quejumbroso y mal herido, produce un quitamiedos galvanizado; con el que se enfrentará, la punta del periscópico dedo.
Con lastimeras emisiones de diapasón, irá marcando distintos colores fónicos, acompasados, por el rítmico compás de nuestras botas.
El arqueo del bastón irá paulatinamente siendo cada vez más amplio, debido, a que el quita sustos, se aleja un poco tierra adentro. Si no ha sido reparado, cosa que no me extrañaría, Percibiremos, como parte de él, se tumba en rápido repliegue, casi, sobre sí mismo, como si le diera vergüenza por el abandono gesto:
Disculpe, no me levante para saludarle.
“Groucho Marx”
Desde esta posición, contaremos 110 pasos, (zancada normal al caminar).
El camino, ¡Está aquí!
El comienzo, se sitúa al mismo nivel que la carretera.
Posicionamiento:
Se trata, de una plataforma despoblada de vegetación y tapizada por gravilla.
A la derecha, matorral.
Al frente, y a escasos pasos, ligera inclinación del terreno en ascenso con buena capa de matorral.
A la izquierda, Matorral y piedras pequeñas.
Girando, en sentido contrario a las agujas del reloj, podremos perfilar los laterales del camino. Éste, continúa su curso hacia las nueve, siempre, tomando la línea de la carretera como referencia
A la sillita la reina.
Desde este punto y hasta la mitad del recorrido, iremos identificando sin dificultad, los laterales y, por ello, el trazado del angosto paso.
Nota.
Pudiera ser que la cantidad, tamaño y disposición de piedras que van apareciendo a cada patada, golpe de bastón o, respuesta en brusco giro y subida (marca), del perro guía, sean, los restos del muro de contención del "Camino Real" Aunque en la realidad, buena parte del augusto sendero, se encuentra tapizado por ingentes cantidades de escombros, procedentes de la construcción del túnel. Son: ¡Tan majos! Mis machacas del mundo natural. Como cuando ensancharon la carretera junto al camping, y se cargaron así, por la cara, los gigantescos pinos centenarios de enormes raices que sobresalían al esterior; y que parecían, iban a salir andando con aquellos piezotes tan increibles.
Continuemos con el trabajo de campo.
Será conveniente, el intercambio de bastones, ora el convencional, ora el de apoyo.
No tardaremos en percibir como vamos ascendiendo por encima de la boca de gusano (el túnel).
Denotaremos, como desde las entrañas de la horadada montaña, son expulsados los gases por la ingesta de quienes la atraviesan, para ser posteriormente, escupidos con sonora exclamación (como quien se traga una mosca en verano).
Repentinamente, y tras haber dejado la zona de piedras sueltas atrás, nos encontraremos atravesando una pequeña meseta con matices difusos, en clara discordia, con las tan necesarias referencias que precisamos y en particular, en momentos como estos. Porque ¡Oh casualidad! Que siempre viene a ocurrir cuando estamos solos.
La solución de la inquietante situación, pasa por reforzar la orden de: recto, ejerciendo para ello, el permanente e insistente refuerzo del gesto ya conocido por todos los usuarios de mano y voz. Ello, debe mantenerse, durante al menos unos diez metros.
Una vez superada esta eventualidad, muy agradable por otra parte, pues los ruidos en torno nuestro serán provocados, con casi entera seguridad, por habitantes del espacio boscoso, como pueden ser: ardillas, lagartos, zorros,..; vamos a localizar una ligera subida, bien delimitada, con algo de graba, y:
Al fin, ¡Llegamos a lo alto!
Siguiendo migas de pan.
Posicionamiento:
Entraremos en contacto con la carretera del puerto.
Giraremos a la izquierda.
Hasta el mirador, son unos 150 metros.
Iremos encontrando:
Un largo quita miedos metálico.
Veintidós tocones de piedra. Entre cada uno de ellos, una separación de unos 40 cm.
Dos rocas pequeñas.
Tres metros sin protección alguna.
Una enorme roca que presenta en su borde lateral derecho, un desgarro ¿Quizás? ¿Un rayo? Lo más provable, sea por efecto del hielo.
Seguidamente, “el mirador”. ¡Hola mamá!
Se trata, de un recinto rectangular en el que, hay dispuestos varios bancos de piedra.
¿Qué vemos?
A las diez treinta, “Las Tres Marías”:
Se trata, del conjunto formado por varias rocas, creando la imagen surrealista como subjetiva, de tres personas acosadas por un toro.
La contemplación de las rocas, no es desde aquí la más apropiada ya que, tan solo se alcanza a ver el lateral del enclave. Se verá con toda su precisión (artística) yendo desde Cañamares hacia el camping.
A la una, "El camping De La Dehesa".
A las dos, “LA FRONTERA”.
A las tres treinta, “CAÑAMARES”.
De nueve a tres, “El Escabas”.
A las ocho, “el túnel”.
Ruta por carretera.
Posicionamiento en la marcha.
La otra opción en la subida es por la antigua carretera del puerto; poco transitada.
Situada en el margen izquierdo de la carretera habiendo pasado el puente del río, a unos 50 metros (aproximadamente).
Colocándonos en su margen derecho, en casi toda la subida, tenemos una perfecta referencia de quitamiedos metálicos.
Haciendo caso omiso a las interrupciones que en ocasiones aparecen, alcanzaremos fácilmente nuestro propósito.
Las interrupciones de los quitamiedos metálicos, son en ocasiones motivadas por caminos que, adentrándose en la masa forestal, conducen a pequeñas casitas o huertos en barbecho.
El entorno está formado fundamentalmente por grandes pinares y buena diversidad de árboles de distintas especies como de matorrales.
Si optamos por acercarnos en vehículo, lo haremos por la carretera que surge a la izquierda inmediatamente después, tras cruzar el puente sobre el río Escabas. Son 10 Km. de ida y vuelta. Se trata de una vía de acceso con rampas importantes para una silla de ruedas aunque como todo, es ponerse a ello e intentarlo. Escaso tránsito de coches pues la carretera principal discurre hacia el túnel. Atención a motos y ciclistas que aprovechan estas rampas con una buena dosis de curvas, para lanzarse a tumba abierta.
Si nos inclinamos por un buen paseo, pasaremos igualmente por el puente sobre el río pero en esta ocasión seguiremos por la carretera en dirección al túnel. Enseguida, aparece por la derecha un quitamiedos metálico que dejaremos atrás. A 100 metros de éste, descubrimos el ascendente camino. Son 5 Km. de ida y vuelta. Terreno muy accidentado con base de grava, buen número de piedras sueltas e incustradas y en alguno de los tramos presenta suelo arenoso muy deslizante. Ruta de dificultad media. Poca sombra. No hay agua.
Desde el mirador se tiene una buena perspectiva del valle y fondo boscoso.
Ruta 17.
"Camping La Dehesa-Puerto Del Monsaete"
Corta pero intensa.
Posibilidad de recorrido lineal o circular.
Ruta lineal por carretera.
10 Km.; ida y vuelta. No hay arcén.
Dificultad baja. Accesible para silla de ruedas.
Llevar agua, no hay fuentes.
La sombra dependerá del trazado de la carretera; por lo general, escasa.
Recorrido lineal por camino.
5 Km.; ida y vuelta.
Dificultad media. No accesible para silla de ruedas.
Llevar agua, no hay fuentes.
La sombra es regularmente buena.
Recorrido circular. 7,5 Km.
RUTA LINEAL POR CAMINO
Posicionamiento en la marcha.
Partiendo desde el http://www.camping-ladehesa.com/ emprenderemos la ruta girando a la diestra y tomaremos así el arcén derecho de la carretera. De manera que, estaremos enfrentados al cruce dejando Cañamares a la espalda.
Al frente: el cruce de carreteras.
Atrás: Cañamares.
A la derecha: el restaurante del “Camping”.
A la izquierda: Tráfico y, más allá, el río.
El arcén, es ancho pero atención, a bicicletas y motos.
Nota:
Como ya he referido en alguna ocasión, que los senderistas ciegos sin apoyo visual de nadie, nos vemos abocados a caminar por el arcén contrario que recomienda Tráfico. Las referencias, siempre serán mucho más fiables y cómodas al ir arrastrando un bastón por su límite; evitando así, oscilar peligrosamente hacia el interior del asfalto.
Fin de la nota.
A pocos metros por la izquierda, a unos 150 metros, se sitúa el puente por el que vamos a cruzar el río.
Tomando como referencia el sonido del tráfico (al topar) con los frenos o bordillitos en el asfalto, sabremos que estamos llegando a su altura.
Extrema precaución.
En ese cruce, convergen dos vías:
Una, en dirección a Fuertescusa; (al frente).
La otra, a Beteta; (hacia la izquierda).
El tráfico, en particular los enormes camiones en su de venir a Solán de Cabras, presentan una seria amenaza para nuestra seguridad, por lo peligroso que suponen sus maniobras de aproximación y giro. No estaría de más, alejarnos unos metros de la carretera, caminando tierra adentro sin perder la paralela con el asfalto; el terreno aquí lo permite.
El conocimiento que el puente ha quedado atrás, vendrá dado por el propio sonido de las aguas del Escabas precipitándose por pequeños rápidos. De igual manera, podremos escuchar la algarabía de bañistas. Será este, el momento esperado y cruzaremos la carretera.
Posicionando:
Tráfico a la izquierda. Río a la derecha.
El arcén es minúsculo.
Sin perder la referencia que nos facilita el borde de la carretera a la vez que, el quitamiedos que, no tardaremos en localizar, trazando un semicírculo con el bastón, es decir, lo que en movilidad se denomina: arco de doble punto, encontraremos sin dificultad el borde del puente por el que nos dispondremos a cruzar.
Posicionando:
Tráfico al frente y atrás.
Entre la barandilla de la derecha, y el quitamiedos metálico, podremos pasar al otro lado del río sin peligro, pues, forman un pequeño y estrecho caminito pero, seguro.
Nota a tener en cuenta:
En el pasado verano (Año 2011), se agrietó esta vía de paso lo que incide en su peligrosidad al poder facilmente provocar adcidente.
Finalizando este tramo, a la derecha, encontramos un estrecho sendero, bordeado por una gran cantidad de zarzales. Nos dirige a una cuesta descendente escalonada, ancha pero sin pasamanos. Cautela, abajo el río.
Buena zona de baño para el perro guía, si bien, extrememos el control en obediencia ya que, podría alejarse e introducirse bajo el puente.
No existe playa, solo piedra. Es zona muy húmeda y con terreno escurridizo.
Posicionando:
Tomamos de nuevo como referencia el puente habiendo cruzado por encima del río.
Si continuamos por este lado de la carretera, (arcén derecho), a unos 500 metros, y antes de alcanzar el túnel que se presenta ante nosotros, de 800 metros de largo; por el que tan sólo se autoriza tránsito de coches y camiones, encontraremos, el camino que nos llevará al mirador, situado sobre nuestra cabeza.
Reseña histórica.
Este camino, fue mandado hacer por Isabel II para su viaje a Solán de Cabras.
(La voz popular), cuenta que, bebiendo del caño de en medio, quedaría embarazada.
NOTA REFERENCIAL
No confundir este camino con alguno de los otros dos que hay anteriores:
Uno, nos conduciría a un chiringuito. Muy recomendables sus hamburguesas.
El otro, no es conveniente seguirlo ya que, nos interna en el bosque topándonos con fuertes subidas y gran cantidad de piedras sueltas. Si llegáramos a tomar este complicadísimo trayecto, no tardaremos en darnos cuenta del equívoco, pues, el tráfico, quedaría a nuestra espalda permanentemente. Sin embargo,
nuestra ruta sería: tráfico atrás, izquierda, izquierda, abajo. No hay referencias claras para su localización, ni quitamiedos junto a él, ni cambios notables en el arcén, no existen ni rocas que marquen su comienzo, es decir:
¡NADA! Toda una aventura.
El tío señas.
La paciencia, no solo, como madre de la ciencia, si no también, como máter de la perseverancia, sí, aquella que conduce a la sabiduría, nos procura herramientas con las que agudizar el ingenio, cuando, las dificultades, coexisten con (nos):
Criaturas, avocadas a contradecir los irritantes razonamientos de lo imposible e, inaccesible.
¡Bien!
¿De manera que?
¡TRABAJO DE CAMPO!
Obviemos, los caminos que van quedando atrás, después que hayamos pasado por el puente.
Caminamos a la par que, dejamos arrastrar el bastón o, dando toques en arco, entre asfalto y tierra.
¡Ojo!
El arcén es “pequeñiísmo”.
Habiendo transcurrido un buen tramo, denotaremos, el sonido metálico que tintineante, quejumbroso y mal herido, produce un quitamiedos galvanizado; con el que se enfrentará, la punta del periscópico dedo.
Con lastimeras emisiones de diapasón, irá marcando distintos colores fónicos, acompasados, por el rítmico compás de nuestras botas.
El arqueo del bastón irá paulatinamente siendo cada vez más amplio, debido, a que el quita sustos, se aleja un poco tierra adentro. Si no ha sido reparado, cosa que no me extrañaría, Percibiremos, como parte de él, se tumba en rápido repliegue, casi, sobre sí mismo, como si le diera vergüenza por el abandono gesto:
Disculpe, no me levante para saludarle.
“Groucho Marx”
Desde esta posición, contaremos 110 pasos, (zancada normal al caminar).
El camino, ¡Está aquí!
El comienzo, se sitúa al mismo nivel que la carretera.
Posicionamiento:
Se trata, de una plataforma despoblada de vegetación y tapizada por gravilla.
A la derecha, matorral.
Al frente, y a escasos pasos, ligera inclinación del terreno en ascenso con buena capa de matorral.
A la izquierda, Matorral y piedras pequeñas.
Girando, en sentido contrario a las agujas del reloj, podremos perfilar los laterales del camino. Éste, continúa su curso hacia las nueve, siempre, tomando la línea de la carretera como referencia
A la sillita la reina.
Desde este punto y hasta la mitad del recorrido, iremos identificando sin dificultad, los laterales y, por ello, el trazado del angosto paso.
Nota.
Pudiera ser que la cantidad, tamaño y disposición de piedras que van apareciendo a cada patada, golpe de bastón o, respuesta en brusco giro y subida (marca), del perro guía, sean, los restos del muro de contención del "Camino Real" Aunque en la realidad, buena parte del augusto sendero, se encuentra tapizado por ingentes cantidades de escombros, procedentes de la construcción del túnel. Son: ¡Tan majos! Mis machacas del mundo natural. Como cuando ensancharon la carretera junto al camping, y se cargaron así, por la cara, los gigantescos pinos centenarios de enormes raices que sobresalían al esterior; y que parecían, iban a salir andando con aquellos piezotes tan increibles.
Continuemos con el trabajo de campo.
Será conveniente, el intercambio de bastones, ora el convencional, ora el de apoyo.
No tardaremos en percibir como vamos ascendiendo por encima de la boca de gusano (el túnel).
Denotaremos, como desde las entrañas de la horadada montaña, son expulsados los gases por la ingesta de quienes la atraviesan, para ser posteriormente, escupidos con sonora exclamación (como quien se traga una mosca en verano).
Repentinamente, y tras haber dejado la zona de piedras sueltas atrás, nos encontraremos atravesando una pequeña meseta con matices difusos, en clara discordia, con las tan necesarias referencias que precisamos y en particular, en momentos como estos. Porque ¡Oh casualidad! Que siempre viene a ocurrir cuando estamos solos.
La solución de la inquietante situación, pasa por reforzar la orden de: recto, ejerciendo para ello, el permanente e insistente refuerzo del gesto ya conocido por todos los usuarios de mano y voz. Ello, debe mantenerse, durante al menos unos diez metros.
Una vez superada esta eventualidad, muy agradable por otra parte, pues los ruidos en torno nuestro serán provocados, con casi entera seguridad, por habitantes del espacio boscoso, como pueden ser: ardillas, lagartos, zorros,..; vamos a localizar una ligera subida, bien delimitada, con algo de graba, y:
Al fin, ¡Llegamos a lo alto!
Siguiendo migas de pan.
Posicionamiento:
Entraremos en contacto con la carretera del puerto.
Giraremos a la izquierda.
Hasta el mirador, son unos 150 metros.
Iremos encontrando:
Un largo quita miedos metálico.
Veintidós tocones de piedra. Entre cada uno de ellos, una separación de unos 40 cm.
Dos rocas pequeñas.
Tres metros sin protección alguna.
Una enorme roca que presenta en su borde lateral derecho, un desgarro ¿Quizás? ¿Un rayo? Lo más provable, sea por efecto del hielo.
Seguidamente, “el mirador”. ¡Hola mamá!
Se trata, de un recinto rectangular en el que, hay dispuestos varios bancos de piedra.
¿Qué vemos?
A las diez treinta, “Las Tres Marías”:
Se trata, del conjunto formado por varias rocas, creando la imagen surrealista como subjetiva, de tres personas acosadas por un toro.
La contemplación de las rocas, no es desde aquí la más apropiada ya que, tan solo se alcanza a ver el lateral del enclave. Se verá con toda su precisión (artística) yendo desde Cañamares hacia el camping.
A la una, "El camping De La Dehesa".
A las dos, “LA FRONTERA”.
A las tres treinta, “CAÑAMARES”.
De nueve a tres, “El Escabas”.
A las ocho, “el túnel”.
Ruta por carretera.
Posicionamiento en la marcha.
La otra opción en la subida es por la antigua carretera del puerto; poco transitada.
Situada en el margen izquierdo de la carretera habiendo pasado el puente del río, a unos 50 metros (aproximadamente).
Colocándonos en su margen derecho, en casi toda la subida, tenemos una perfecta referencia de quitamiedos metálicos.
Haciendo caso omiso a las interrupciones que en ocasiones aparecen, alcanzaremos fácilmente nuestro propósito.
Las interrupciones de los quitamiedos metálicos, son en ocasiones motivadas por caminos que, adentrándose en la masa forestal, conducen a pequeñas casitas o huertos en barbecho.
El entorno está formado fundamentalmente por grandes pinares y buena diversidad de árboles de distintas especies como de matorrales.
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Sinopsis de: Ciegoaventura ruta 16; Vega Del Codorno-Nacimiento del río Cuervo. Circuito IV.
Tratándose de una genuina joyita tasada como Monumento Natural, y, dada la afluencia de público durante todo el año, no vamos a tener ningún problema para informarnos de todas y cada una de sus peculiares características. Quizás, abría que redescubrir ciertas: peculiaridades, olvidadas o, desestimadas, por quienes demarcaron su localización y seguimiento senderista. Así pues, cuando nos encontremos próximos al Nacimiento, será conveniente tener las siguientes referencias muy presentes sino queremos sentirnos un tanto decepcionados:
Antes de comenzar el ascenso hasta el brote acuífero, se desparrama una preciosa pradera matizada de pinos como de una buena representación de otras especies muy interesantes como el acebo, arce, el tilo y otros. Es decir, una Dehesa francamente sugestiva.
A los pies de este paraje tan primoroso, pisando tierra, se sitúan al menos tres puntos de relax; salpicando el inmediato entorno con setas venenosas destinadas a nuestro acomodo en forma y manera absolutamente anárquicas, y, que vamos a reconocer con inmediatez puesto que se asemejan a sillas de hierro y plástico. Algo separados de este zoo, algunas mesas y bancos de piedra unas y de madera otras, vocean con palabros mal sonantes clamando justicia ante su ruina y decadencia.
Una vez esquivados los autocares, niños y papás pletóricos de entusiasmo peloteador, Mari Puris con tacón de aguja, y vehículos de toda condición social, podremos al fin acercarnos con la timidez del zorro al punto ¡Mágico! desde el que se nos medio comunica el arranque del camino escalonado o, su homólogo para minusválidos; (sendero de suave ascensión, tableteado en madera y escoltado por pasamanos ribeteados de astillas inteligentes que, -unas pican y otras, non). Tomando cualquiera de los dos pasos prototipos dignos hijos de una tesis de ingeniero de caminos, llegaremos al mismo punto; un pequeño y regular espacio en llano a los pies de la mundial, aclamada y afamada cascada del Río Cuervo.
La mejor época para acercarnos es el otoño y comienzo de primavera. Siempre que evitemos puentes y fiestas de guardar. Y desde luego, disfrutaremos también de un mayor cauce. O, en pleno invierno, cuando se congela el río dando origen a chupones de cuentos de Hadas de los hermanos Grim.
La susodicha y súper-mega fotografiada cascada, es tomada en numerosas ocasiones por: el nacimiento. ¡Craso error! Si no queréis caer en el efecto depresivo-subidón, sabed que, para contemplar tan magno acontecimiento habréis de seguir el caminito escalonado situado a la derecha de la olla acuática hasta alcanzar un buen ratito después la cercanía a la cueva por la que destila la roca hilillos de agua helada para a continuación ofrecerse en lánguido sacrificio entre suavísimos bancos de arena travertínica. También, deberíais conocer, aquello en lo que todo el que se toma la molestia de ir hasta el fantástico lugar, es, que a la cueva: NO, SE PUEDE, PASAR. Una cerca de madera y una cadena de metal, lo impide. Parece ser que existe serio riesgo de derrumbe.
Vosotros, compañeros de: ¡Qué faena!; (En silla de ruedas), como exclamación suavizada, lo tenéis francamente crudo. Igual, con importante ayuda de fornidos brazos, podáis encaramaros hasta las proximidades de la gruta por el camino destinado al descenso de los paseantes. Estrecho, con algunas piedras incustradas y algún puñetero escaloncito que, con arrojo pinturero, y un par de…, quizás lo conseguís. Lo siento, es lo que ay. Bueno, eso es lo que nos suelen decir los que gestionan los impuestos, ¡Vamos! nuestro dinero.
Por cierto, quiero referiros que el interior del habitáculo sombrío y húmedo donde surge el surtidor, entre dos piedrotas, lo conozco. Y es por ello, pronunciarme apenado porque vosotros, no podáis tener esa posibilidad.
“Leer hermousos moy paraicos, pa que asín, poais miarlo una miaja”:
La cueva es siquita. Estrecha y apenas unos pocos metros. No es muy alta, de dos a tres metros. El interior es fresco y húmedo. Dependiendo del agua de lluvia de esa temporada, el caudal expulsado entre las grietas de las calizas del fondo, será de mayor o menor importancia. El suelo, se haya revestido de sucesivas capas de fango endurecido. La chorrera va formando un pequeño canal hasta desbordar fuera de la cavidad.
Nota:
Antes de que me agrediera el glaucoma, cuando apenas contaba con 11 años, visité con mis padres la pequeña caverna. Los detalles referidos, pueden haber cambiado de forma muy notable tras el derrumbe; lo ignoro. Pero es así como guardo aquella imagen, todavía, fresca entre mis pesadillas vividas entre luces y sombras.
Vega Del Codorno, es el municipio al que pertenece el nacimiento del Cuervo. Se merece una visita. Si disponéis de unos días no quedareis defraudados.
El pueblecito debe tener unos 8 kilómetros de largo, por unos 2 en su parte más ancha. Sin embargo, tendrá unos 150 habitantes, docena abajo-arriba. El camping, es chiquitín aunque parece mono. El hotel, es accesible para discapacitados que no, adaptado. La relación precio calidad más que aceptable; limpio, coqueto y gastronómicamente hablando, excelente. El único dilema que siento decirlo, abofetea la vista y, la imaginación de los ciegos, es el ENORME letrero colocado como cresta de gallo peleón, en lo más alto del tejado.
En fechas navideñas, creo que el 1 de enero, se celebra en el barrio de La Cueva y, en la gruta que lleva este mismo nombre, un pintoresco Belén viviente que según dicen, lo forman unas 500 personas. Si tenemos en cuenta el número de población de La Vega, ¿A que no os sale las cuentas? ¿Pero, Don Quijote, no era aquel el de los molinos como gigantes?
Cuando finaliza la calle-carretera que une los barrios que conforman el pueblo, lo hace siendo continuada por un carril de tierra. Siguiéndolo, daremos con un espacio realmente acogedor. Son praderas delimitadas por bosque y río. Aquí, precaución con perros y niños pequeños. El Cuervo se precipita en una consecución de fascinantes cascadas de importante altura.
http://www.youtube.com/watch?v=OP8-VgexL5A&feature=related
Vista aérea de Vega Del Codorno, Cuenca, España.
Ruta 16
"Vega Del Codorno-Nacimiento del río Cuervo"
El Bosque De Los Besos; continuación.
Índice de dificultad baja. Accesible para silla de ruedas según que zonas.
Distancia en kilómetros: desde intersección con pista forestal de Tejadillos hasta el aparcamiento previo al nacimiento son 4 Km. Hasta el primero de los barrios son 5 Km.
Muy buena sombra en toda la comarca.
Descripción del entorno.
Se trata de un municipio único en Cuenca, formado desde sus orígenes por una serie de pequeñísimos caseríos separados, al estilo de las parroquias gallegas o de los cortijos sureños. A cada caserío se le dio un nombre que a veces significa algo del entorno, y otras veces significa el nombre de la familia que habitaba el lugar.
Los caseríos son:
La Cueva, El Perchel, El Molino, Los Demetrios, Los Eustaquios, El Collado, El Tío Miguelete, Las Chorretas, Gregorete, El Puntal y Los Perales.
La capital del municipio es La Cueva y se llama así por estar literalmente bajo un gigantesco abrigo de roca del cual, parte una gruta natural de varios kilómetros de profundidad.
En 1940 se construyó una iglesia común para todos los caseríos, que está situada en el centro del campo.
En el interior del térimo se sitúa un paisaje de gran calidad, parajes de alto valor natural, montes de pinos, cascadas y sobre todo, el nacimiento del río Cuervo, importante formación kárstica en la que se ha originado una auténtica cortina de formaciones tabáceas tapizadas por musgo entre el que se derrama el agua que, después de algunas cascadas, forma el río.
Flora:
El paisaje vegetal predominante en el Monumento Natural es el pinar de pino silvestre (Pinus sylvestris). También aparecen otras comunidades vegetales protegidas como los bosques relícticos euro siberianos con acebos, tilos, arces…, turberas básicas y prados húmedos, comunidades de roquedos que albergan especies de gran interés, algunas de ellas amenazadas.
Fauna:
La diversidad de hábitat y vegetación, determina una gran diversidad de fauna adaptada a las distintas condiciones del medio. Entre esas especies, destacan la ardilla, el musgaño de cabrera, la lavandera cascadeña y el mirlo acuático; estas últimas, relacionadas con el río. También, se pueden encontrar rapaces forestales como: (el gavilán, azor, águila culebrera…), gato montés, diversas especies de murciélagos, etc. Entre los invertebrados destaca la presencia de algunas especies de mariposas protegidas como la Graellsia isabellae; Parnassius apoyo, Erebia zapateri, etc.
El Monumento Natural se localiza en el extremo noroccidental de la provincia de Cuenca, sobre la muela de San Felipe con altitudes que alcanzan los 1700 metros. El elemento más conocido y visitado del Monumento Natural, es el Nacimiento del Río Cuervo, que da nombre a este espacio natural protegido. Se trata de un manantial travertínico activo, destacable por su desarrollo y extensión, así como por su belleza que lo configura como uno de los valores geomorfológicos y paisajísticos más destacados de la región.
Las características de la zona, con precipitaciones abundantes y una elevada altitud, permiten la presencia de comunidades y especies de fauna y flora que no existen en otras partes de Castilla- la Mancha.
http://www.youtube.com/watch?v=N5Ed1aZFadI
Principal cascada del nacimiento del río Cuervo.
http://www.youtube.com/watch?v=BIOaVFRZwAw
Cuando el Cuervo se congela formándose chupones de hielo.
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lunes, 5 de marzo de 2012
La Transcapacidadtransgrancanaria-2012.
http://www.youtube.com/watch?v=ei2HwqPRaek
http://www.laprovincia.es/deportes/2012/03/06/lazarillos-
He tenido la satisfacción de ser la primera persona con ceguera absoluta en participar en la prueba reina de La Transgrancanaria, más exactamente, en su desdoblamiento dirigida a la discapacidad, denominada: La Transcapacidad. Mi criterio, aún a pesar de no haber podido finalizarla a causa de una lesión, es, que si ciertos aspectos del recorrido no se modifican a tenor de la experiencia piloto; tal y como inicialmente combine con su coordinador: Borja González, la participación de futuros atletas, queda absolutamente condicionada. Es decir, es inviable. Desde aquí, solicito a la organización, que continúen lo iniciado. Estoy convencido que con algunos retoques perfectamente asumibles, La Transcapacidadgrancanaria, puede ser el referente nacional de carreras de ultratrail para el gremio deportista discapacitado y muy concretamente, para los sensoriales. Quizás, no deje pasta para aburrir, pero los réditos sociales, son multimillonarios para quien lleve la bandera de la normalización.
Mi intención es la de volver en la próxima edición del 2013. Me anticipo al objetivo echo de afirmar que si no se trabaja en la línea antes reseñada, yo, o cualquier ciego que participemos en alguna de las modalidades de 96 o 123 km, aún respetándonos las lesiones o accidentes, no alcanzaremos la meta dentro del tiempo estipulado de 24 y 31 horas respectivamente. La dificultad técnica-orográfica es de tal magnitud, que tal y como hoy día está diseñada, para nosotros es: una misión imposible.
Según la ONS. el 9% de la población mundial, son seres humanos discapacitados. Solicito un deportivo y valiente paso adelante de todas las personas implicadas en eventos tan interesantes.
Rafael Falcón, del diario insular Canarias 7, me preguntó:
¿Qué sabes de las dificultades orográficas de La Transgrancanaria?
Lo primero que me vino a la cabeza fue:
“No tengo ni idea”
Puedes decirle a un ciego, que el Himalaya, es una cordillera soberbia con tejas en la cúspide a más de 8 kilómetros de altura; que si no escala una de sus cumbres, no asimilará la dureza de trepar por la roca.
Puedes contarle a un ciego, que el cielo, es infinito; que si no lo metes en una nave interestelar, no comprenderá lo absurdo de la palabra.
Puedes decirle a un ciego, que el mar, es enorme y profundo; que si no lo metes en un barco y lo hundes, no captará el concepto: ingravidez.
Si a un ciego, le refieres las dificultades que se va a encontrar en una prueba de ultrafondo calificada como una de las cinco más duras del mundo en cualquiera de sus modalidades, pensando que va a encoger el culo, es, que, ni conoces a los ciegos, ni conoces, a Ciegoaventura.
Lo que trato de hacer entender a los no ciegos, es que no es suficiente describir el terreno y las peculiaridades orográficas de un circuito sea cual fuere que, si no se hace patente mediante su toma de contacto insitu, no será nunca jamás posible el alcanzar a comprender todos sus matices por parte del competidor sensorial, máxime, si este, es total.
“Llegué, pateé, y reventé”
Si alguien volviera a preguntármelo, creo que podría decir unas cuantas cosas de esta competición. Ahora, sí.
Como entre ciegos anda el juego, te voy a intentar orientar hasta donde mi particular experiencia alcanza; con salida desde la playa Del Inglés. Usaré el lenguaje descriptivo más exacto que me sea posible. ¡A lo ciego!
Comenzaremos por tu preparación física y mental. Es primordial la una, como la otra. Si en alguna de ellas flaqueas, no conseguirás llegar a meta; salvo, por una lesión o Dios no lo quiera, por un accidente. Si los corredores videntes se preparan como mulos, tú, debes hacerlo como un dinosaurio.
Trabaja insistentemente la flexibilidad, potencia y resistencia de todo tu cuerpo. ¡Y los cuadriceps! ¡OH Dios con los cuadriceps! Sube y baja escaleras como un poseso. Puedes encontrarte tan colocado por la adrenalina que no seas consciente de la metamorfosis de tus rodillas.
Como lo más probable es que dispongas de poco tiempo para entrenarte además de las dificultades obvias para que te lances a patear montaña, usa todos los medios a tu alcance que te ayuden a conseguir una mejor preparación física: acude a un gimnasio, en tu casa, por la calle, cuando te traslades en un transporte público, etc. Puesto que habrás de utilizar el bastón a modo de tercera pierna, no te olvides de potenciar con la misma dedicación que a tu parte inferior del cuerpo: los hombros, trapecios, cuello y, antebrazo, con una especial dedicación, a tus muñecas.
Ponte en situación, la mayor parte del circuito en las modalidades de 96 y 123 kilómetros, son cuestas (escalonadas) con desniveles de hasta un 30%. No hay que andar muy espabilado para comprender que caminar en lugar de correr, será lo que buenamente puedes hacer. Los primeros 31 Km. son bastante propicios para conseguir una buena media pero incluso aquí, te verás obligado a relentizar el paso en considerables tramos. Y, a partir de esta referencia kilométrica, comienza para ti el verdadero suplicio.
El terreno es durísimo y muy seco. Cuando atravieses barrancos respirarás con dificultad ya que hay muchísimo polvo en suspensión. Permanentes corrientes térmicas van a condicionar en pocos metros la temperatura de manera que ten a mano algo de ropa ligera muy transpirable que te alivie del repentino bailoteo de frío-calor; cuida especialmente de pecho, cuello y cabeza, atiéndelos con devoción si no quieres pillar un buen trancazo.
Como puedes comprobar, entro de puntillas en generalidades para que vayas haciendo boca. Más tarde, te iré concretando por tramos las peculiaridades de la carrera así, como los nombres propios de cada zona por la que vas a transitar para que por tu cuenta también puedas adquirir más información pero, créeme, que con todo y con ello, no te harás una idea absolutamente real de la dureza del temita que nos trae a cuenta; no, hasta que lo pises.
Permíteme un consejo de colega a colega, mi valiente y confiado compañero:
¡NO, NUNCA! Des por aceptable y definitiva las referencias relativas a la dificultad tan descomunal que supone la carrera. Salvo si vienen de quienes se identifican con nuestro mundo, que por ser peculiar, si no estás perfectamente orientado e identificado con el medio a recorrer, te vas a llevar con entera seguridad, un gran susto.
Yo tuve junto a mí, un equipo de formidables atletas, sin embargo, aún a pesar de su experiencia sobre el terreno que íbamos a pisar, mi inicial valoración de la carrera fue un tanto equívoca. Y esto resultó así precisamente por lo que anteriormente apuntaba. No habían tenido nunca una colaboración semejante. Amén, de mi desconocimiento palpable de Las Canarias; todo, fue uno.
No trato de justificarme ni lo pretendo, para aquellos que vieron en mi demora (fuera de control), el desaliento o falta de preparación física, a ver si de una vez por todas empezamos a ser realmente conscientes que los discapacitados, sin ser idénticos, somos iguales a los demás pero, sin la necesaria ayuda y comprensión, seguiremos por siempre siendo "los subnormales" en cualquier faceta de la vida.
Recuerda esto, no ciego:
Tu puedes ser el siguiente en la lista de admitidos en mi mundo limitado. De tí depende que si aquí vienes por azar de la vida, este ámbito esté mejor adaptado.
Tu preparación psicológica, no requiere menos atención que tu cuerpo. Piensa en tu mente como si se tratara de un músculo más pero, FUNDAMENTAL... Si has llegado hasta aquí sumando experiencia de otros eventos, te ayudará pero, salvo que tengas en tu haber circuitos muy semejantes por Pirineos, Picos de Europa, etc., me temo que tendrás que trabajarte desde menos 0. Te puedo contar que lo que a mí me ha venido genial es pasar mucho tiempo a solas con mi perro guía por el monte, abandonándonos a los silencios de las horas, especialmente, en la noche. No hay fórmula mágica. Tu actitud ante la vida, es lo que vale. Los atletas, si algo seguro saben de la vida real, es sufrir en silencio. ¡Muerde y traga saliva! Y cuando el dolor sea insoportable: para y, ¡Sácalo!
Reconozco en estas palabras un tufo épico. Impregnados de altos valores morales y ensalzamiento del ego. ¡Ya sabes!: coraje, valentía, determinación, blablablá, blablablá. No te líes, amigo. Igual tu gasolina además de una buena bolsa testicular o un magnífico ovulador, terminen siendo los sentimientos por tus hijos, tu pareja o tu madre o padre ya desaparecidos.
Antes de continuar hablándote de la carrera, es conveniente que tratemos otro asunto no menos importante: tu material deportivo; amén, de los cuidados de tu cuerpo.
Calzado:
En tiendas especializadas, te van a recomendar que uses zapatillas de treeking un número mayor que el tuyo. ¡Bien! Es, un consejo aceptable. Pero, NO para La Transcapacidad de La Transgrancanaria. Entre tú y yo, no necesitamos recordar que somos unos jodidos ciegos y ellos, unos videntes muy espabilados con grandísima experiencia en aconsejarnos; que han quemado zapatillas junto a nosotros. ¡Ya me entiendes!
Te sugiero dos clases de calzado muy diferentes y me anticipo a pensar que, me lo vas a agradecer.
Como tendrás que mandar una mochila por delante para hacer uso de ella en El Garañón, deberás de llevar encima los dos pares. Sí, es un peso añadido, sin embargo, la carrera que vas a hacer difiere en buena medida de la que disputan los demás competidores no ciegos. Te preguntarás ¿Por qué? Pues mira, porque tú, aunque te encante correr, la mayor parte del circuito lo vas a tener que patear andando; ¡Sí o sí!. A no ser, que quien esté leyéndome ahora pase por Kamicace.
Comienza la disputa con zapatillas de treeking que sea un número mayor que el tuyo. Muy livianas y aireadas. Si hubiera previsión de lluvias, pasa de ellas y cálzate el otro par. Búscalas que tengan plataforma ancha y un buen taco. Los primeros 31 km, son lo suficientemente generosos como para conseguir una buena media; por aquí, si que puedes corretear.
El segundo par; dos números mayor que el tuyo, te recomiendo sean unas botas de montaña de caña baja, lo más aireadas posible y con buenos refuerzos laterales y frontales. Procura que tengan un gran taco. Estas son, las que será mejor que uses a partir de esos: 28 kilómetros.
A las primeras, extrae su plantilla. Como primera capa sitúa una talonera de silicona. Encima, una plantilla ortopédica. Para las botas usa el mismo asiento pero cubriendo la ortopédica con una buena plantilla de corte deportivo, como por ejemplo: la de treeking que quitaste. Como los tobillos te van a bailar claque, elevar tanto el pié, conlleva riesgo de esguince de tobillo o rodilla pero, tú eliges; puedes trabajar insistentemente la elasticidad de tus articulaciones además de evitar en lo posible machacarte los dedos, literalmente.
En el interior del calzado reparte unos pellizcos de la mezcla consistente al 50% de polvos de talco y ácido fólico; lo consigues en farmacia con receta previa. No aceptes marcas comercializadas porque con toda probabilidad, son productos destinados a personas con problemas en los pies y no, para deportistas. Y es que lo que vamos a intentar es conseguir que nos suden los pies lo menos posible de modo que, nos salgan menos ampollas, menos heridas por rozamiento y reducir al mínimo la aparición de hongos; ¡Pero ojo!, que nunca entre en contacto la piel con esta mezcla; podría producir quemaduras locales.
I Capa:
Con esparadrapo de tela, encíntate el pié tan solo la molleja por debajo de los dedos y algo del empeine.
II Capa:
Embadurna generosamente de vaselina de gran calidad todo el pié hasta por encima del tobillo; con especial atención entre dedos.
III Capa:
Tobillera con cintas cruzadas.
IV Capa:
Calcetín fino de seda.
V Capa:
Calcetín del denominado: antiampoyas.
VI Capa:
Defensas del tobillo. Se calzan como tobilleras pero no sujetan sino que protegen la articulación de golpes directos.
Piernas:
Te recomiendo maya larga mandando una corta por delante. La temperatura oscila en más de 10 grados por la noche entre barrancos; amén de corrientes térmicas muy bruscas. Evitarás en buena medida escocerte y son más cómodas que un pantalón. ¡Pero olvídate, no te protegerá de arbustos y menos de la roca.
Depílatelas o lo puedes pasar mal con los tirones que te den los masajistas. Preocúpate de mantener su piel bien hidratada y el día de la carrera,dales una buena capa de crema.
Llévate rodilleras de neopreno que aunque te den calor, te protegen con bastante efectividad de golpes en la rótula. Si las pones por encima de la maya, te será fácil manipularlas dejándolas caer cuando no las necesites o, volviendo a colocarlas cuando sean necesarias.
Zonas íntimas:
El tanga deportivo funciona de maravilla. Y si necesitas parar, resulta muy cómodo. No confundir con los bóxer o con los calentadores. Estos carecen de la línea de tela trasera y sujeta la de adelante por dos tiras laterales que se funden con la cinturilla; dejando el culo totalmente despejado.
Embadúrnate generosamente de vaselina entre las piernas y cintura. Así, evitarás con casi entera seguridad escocerte.
Tronco y extremidades superiores:
Te va a parecer cuanto menos, curioso. ¿No es cierto que la creencia general sea la de que las canarias son un cálido lugar? NO te confíes. Durante el día, se está genial. Pero en la noche, nos puede bajar la temperatura a 5 graditos muy tranquilamente; añádele corrientes húmedas entre barrancos.
Te recomiendo vistas directamente una doble capa de camisetas térmicas, al menos una de ellas de manga larga. En la mochila, una tercera o un liviano forro polar.
Date una buena capa de crema hidratante con especial atención a cuello y axilas.
Circuito de la carrera.
-Playa Del Inglés-:
Son unos 5 kilómetros entre dunas hasta alcanzar el faro de Maspalomas.
Para evitar la entrada de arena en el calzado, sugiero enfundarse las piernas en bolsas de plástico fuerte como las utilizadas por algunos grandes comercios de comestibles para hacer la compra; precintándolas en su parte superior con esparadrapo. Al finalizar el tramo retirarlas depositándolas en una papelera.
-2 Kilómetros por ciudad-:
Trecho llano sin dificultad salvo por algún escalón ocasional.
-Canal-:
Pasaremos por el fondo de un barranco que en caso de lluvia canaliza el agua hasta el mar. Si llueve intensamente el día de la carrera o en jornadas anteriores, habríamos de atravesar su longitud de 2 kilómetros con agua hasta las rodillas. El suelo es irregular poblado por piedras de toda condición, predominan fragmentos de roca suelta no dejando un centímetro sin cubrir por lo cual, tobillos, rodillas y caderas, bailotearán bruscamente e insistentemente.
-Pista forestal de tierra-:
Tras haber dejado el canal, seguiremos la marcha por una pista de unos 21 kilómetros. El promedio de su desnivel será más menos de un 7%. El suelo por lo general es bueno, si bien, se hace incómodo al pasar por una cantera que nos matiza la superficie de graba. Otras dificultades podrían ser las huellas dejadas por vehículos pesados y todo terreno. Si llueve, podemos encontrar al ir cruzando por el fondo de barranqueras, charcos de lodo. Cuando hallamos dejado atrás el minúsculo asentamiento de Fataga, las corrientes térmicas se irán dando a conocer. El polvo en suspensión es constante y denso aunque irá asentándose según tomemos altura.
-Presa de Ayagaures-:
Hasta aquí, hemos venido ascendiendo casi siempre, ahora, 3 kilómetros antes de la presa, descendemos suavemente. El piso está marcado por huellas de vehículos con el consiguiente riesgo de torceduras de tobillos y rodillas.
-Presa de La Gambuela-:
desnivel de más menos un 10%. Finaliza el asfalto y comienzan caminos de constante y muy fuertes subidas.
-Subida Del Diablo-:
Son 8 kilómetros de ascensión escalonada. Un más menos 12% de desnivel. Ponte en situación, es lo mismo que subir un edificio de 8000 escalones; Bien, no serán tantos pero las severas sensaciones en pies y, sus dedos, serán de extrema virulencia. El continuado golpeteo del calzado contra la roca volcánica, recalentarán los pies como masa de pan. Lo más probable es que un mes después de la carrera, tires “todas” las uñas de ambos pies.
Los cuadriceps, gemelos y glúteos, te llevarán hasta la máxima expresión del agotamiento y dolor. Tu preparación de Alma y mente, serán, fundamentales o, te quedas seguro, en San Bartolomé De Tunte.
-Degollada De La Manzanilla-:
Es la cumbre donde acaba la Subida Del Diablo. Ahora, toca bajar. Serán 6 kilómetros muy técnicos. Descenso escalonado con abundante piedra suelta y arenisca que favorecen peligrosos resbalones. Los dedos de los pies ya tocados, te transmitirán oleadas punzantes muy flageladoras. Los talones que hasta este momento no se habían echo notar, rebotarán entre grietas, transmitiéndote inmisericordes, punzadas de dolor a los tobillos. Aquí, podrías dejar olvidado alguno de los tacos de tu calzado. ¡No te digo más!
En este tramo de la carrera, tus reflejos tendrán tanta prestancia como tu fuerza. Recomiendo muy encarecidamente, que antes de iniciar esta fatigosa bajada, despliegues suficientemente el bastón, tendrás que afrontar ángulos de apoyo muy amplios. Si no llevas los guantes puestos, cuenta con toda seguridad, que se levante la piel de las manos.
-San Bartolomé De Tunte-:
La entrada al pueblo discurre por callejuelas muy estrechas y, muy cuesta abajo.
Saldremos por la parte opuesta de la población por la que entramos. Nos aguarda una cómoda carretera ascendente pero será este, un corto recorrido de unos cuantos cientos de metros.
-Camino De Santiago-:
Inmediatamente después de abandonar Tunte, afrontamos un nuevo reto. Se trata de, una vez más, una subida escalonada de 5 kilómetros con un desnivel de más menos un 12% con picos de hasta un 15-18%. La pregunta que te harás será del estilo de: ¿Quién coño me mandará meterme aquí?
A vuelta con las patadas a los escalones. Precaución con roca lateral, corta como navaja de barbero viejo.
-Llegada al cruce-:
La Bajada a las grandes presas no te las puedo describir. La demora en función del tiempo establecido era tal, que nos vimos obligados a abandonar el circuito de los 123 km para conmutar por el de 96 km. Ya habíamos llegado a Tunte fuera de control, lo que suponía, estar fuera de la carrera oficialmente. De lo que se trataba era cuanto menos de acabar llegando a meta. Si al día siguiente no hubiera tenido el avión de vuelta, sí que hubiéramos intentado seguir el recorrido de la 123; aunque ello hubiera supuesto de respetarme la lesión de rodilla que se produjo más adelante, el llegar a Las Palmas, en 50 horas.
-Subida de La Plata-:
Lo que se nos viene encima, NO es una cuesta escalonada ni, una ascensión complicada, es, una jodida muralla.
Con sus 7 kilómetros y un desnivel que puede estar rayando picos del 30% teniendo su media en un más menos 18%; podemos estar seguros de encontrarnos ante una eficaz herramienta anti ciegos.
Sus 3 primeros kilómetros y el último, son los más abruptos y peligrosos. No tienes otra que no arriesgar. Te encontrarás zonas de estrecho paso de más menos un metro con vertientes laterales muy verticales; (Caída al vacío)
La continuada ascensión escalonada. Los perfiles irregulares, rasgados, agrietados y frecuentemente, reducidos puntos de apoyo fiable de la superficie del suelo. La más que generosa proliferación de virutas pétreas de diversas formas y tamaños, incidirán a cada paso, presionando, golpeando machacando, cada uno de los puntos nerviosos de tus pies. Añádele, el cansancio acumulado.
¡No hay palabras!
En este tramo de la carrera, fue donde mis zapatillas se dejaron varios tacos, no soportaron más presión desgarrándose la suela y, desprendiéndose la zona protectora frontal. No me aventuraré al anticiparme si te afirmo que será aquí, donde tu disputa sigue, o, finaliza.
-Pico De Las Nieves-
Hemos alcanzado la cúspide de la isla. Son: 1949 metros de altitud.
La emoción es desbordante. Hemos sufrido pero la conquista de este alto nos acerca a la Gloria.
Aunque ahora toca ir descendiendo hasta Las Palmas, no siempre será cómoda tan aventurada bajada. Sino, todo lo contrario. Será un continuado tobogán, es decir, un permanente rompe piernas.
Hasta ahora, el pundonor ha sido el más fiel aliado de nuestros cuádriceps. La adrenalina, nuestro inhibidor ante el creciente dolor. La moral siempre alta, agradecida y estimulada desde el batir de palmas y voces de toda la gente que nos va saliendo al paso. Sus ánimos son chorros de combustible para el Alma.
Tantos y tan variados sentimientos épicos nada pueden cuando las fuerzas llegan al límite. Ese punto donde hemos de permitir que aparezca el héroe que todos llevamos dentro.
Acabaremos agarrándonos al último clavo de toda desesperación humana: Nuestra gente más amada. Nuestros muertos, apuestan por nosotros.
Seguimos camino comenzando el descenso por una carretera. ¡Ah!, La alegría es poca en casa del pobre. Enseguida pisamos tierra; saltando por un quita miedos galvanizado.
Aún nos quedarán unos 3 Km para llegar al Garañón.
Una vez hayamos dejado atrás el quita sustos, emprendemos una pronunciada pendiente sumamente resvaladiza. Se trata de un corta fuegos que como culebra asustadiza, nos precipita ladera abajo viajando por un bosque muy agradable aunque para nosotros los ciegos, con escaso interés aromático.
Ponte en situación, la senda-corta fuegos, es lo mismo que esquiar sobre arena finísima, recortada de tanto en cuanto por cascadas de bordillos redondeados que, maximizan el riesgo de caídas culeras. La mejor manera de tomarla es la de caminar como los patos, es decir, mete talones ladeando empeines y sacando hacia fuera las punteras. Para ello, la flexibilidad de tobillos es, imprescindible.
Por fin, ¡Un poco de superficie plana!
Todo el conjunto de músculos, tendones y nervios, lloran de felicidad ante la expectativa de poder disfrutar de unos pocos centenares de metros: lisitos, sin putas piedrasy sombra generosa sin tacaños barrancos que te la disputen. No puedo por menos que expresar la oda de la alegría:
¡JODER! ¡QUE GUSTO!
-El Garañón-
Se trata de una zona arbórea salpicada por multitud de cabañas. La entrada al complejo turístico es a través de una puerta defendida por un mini bordillito. A estas alturas, ¡Tonterías las justas!
-Cruz De Tejeda-
Llevamos unos kilómetros de subes y bajas para posicionarnos sobre este singular y enigmático paraje.
Las vistas, según creo, son fascinantes. En el ocaso, los matices orográficos sumamente abruztos entre donde estamos y el océano, se revisten de llamativos colores preparándose para el abandono gesto que la fresca noche irá depositando en el abismo de barranqueras y prehistóricas ollas volcánicas. Roquenublo, salpicado por protuberancias como cara de adolescente, se expone como Tabla De Flandes. Al fondo, suspendido en el aire entre mares de nubes, el majestuoso Teide.
-Cruz Grande-
“La tortura guanche”
Este último kilómetro no era comparativamente tan duro como para lesionarse. Las rodillas como el deportivo calzado, adquieren vida propia. Y tras debate ajeno a mi voluntad, decidieron por minoría aplastante, cobrarse venganza.
A la gallinita ciega y coja, acometimos con la preocupación en los morrales, (bolsos camperos castellanos), 6 kilómetros de martirio que como a Cristo, nos acercaba al Calvario.
La noche nos abraza ocultando gestos de dolor y rabia. Las primeras lágrimas de impotencia, son reprimidas entre párpados crispados. La voz, replegada entre dientes. Tan solo se escuchan las órdenes de los guías que angustiados empiezan a percatarse de que aquello, se pone feo.
El descenso escalonado es sumamente técnico para más INRI. Nos encontraremos con una bajante blindada de 6 Km. por irregularidades muy pronunciadas que impedirán con eficacia militar, asentar el paso. Ya no eres humano, en realidad, ignoras a qué grupo animal perteneces. De lo único que eres consciente es que te has convertido en un trípode. Tu atención fija su apoyo en el bastón.
El largo tramo, muere en un “laaaaargo” tramo de piedras sueltas. Es, como si se hubiera desparramado un río de tumultuoso cauce dejando recuerdo de su ímpetu, abandonando a la suerte de los meteoros atmosféricos, su enmascarado destino:
El de enriquecer reafirmando tan sugestivo entorno natural. Aún reprimiendo tan gallardos combatientes del esfuerzo extremo y humano.
Fin.
En un lugar de Gran Canaria de cuyo nombre no quiero acordarme, quedó mi rodilla que, con el Alma mía, gritaron de cólera por la prueba no conseguida.
Como consuelo a la razón, permito por una vez, aclamarme ganador de mil injusticias manifiestas cuando a los ciegos se nos niegan, corazón, coraje y valentía, por creernos ellos, tontos del culo, borrachos y, de mala cría.
Seguramente vosotros (Ellos), tengais más razón que un santo. Mas dejadme que os diga esto último:
También, sabemos vivir.
superman/443810.htmlhttp://www.canarias7.es/articulo.cfm?id=251253
http://www.youtube.com/watch?v=8Vybp7uCg7s
sábado, 11 de febrero de 2012
Escuela de formación: La Marcela.
Tratado sobre la movilidadde personas humanas con diversas discapacidades.
Prólogo
Cuando comencé a escribir en este blog, era de la opinión que no sería mala cosa explicar con un sencillo lenguaje, el anodino tema de las técnicas en movilidad; dando por echo, el escaso interés que presenta para el gran público. Y a decir verdad, incluso a menudo, para los propios discapacitados y su mundillo más próximo.
Pues bien, he resuelto que, tras décadas de infructuosos intentos en aproximar inquietudes dispersas aportando mi molécula hiperactiva, me importa un bledo todo ello.
Nadie me lo a pedido, ni de todo esto, surgirá por generación espontánea, ninguna corriente global de concienciación. Lo que sí se, es que siempre tuve una más que notable manía a la expresión tantas veces denostada, que dice:
Un ciego, no guía a otro ciego.
Llevo 38 años entrenándome para ser ciego. Lo que me otorga, creo yo, algún conocimiento de lo que hablo. Y, yá que mi propósito final no será el de ilustrar a profesionales del ramo ni entrar en absurdas discusiones sobre quienes han de transmitir depuradas e ingeniosas maneras del ¡Como moverse!; sino, porque es de mi gusto, sin más. Pasaré sencillamente, a palmear desde mi muy particular experiencia, los conocimientos adquiridos; tanto prestados, como de mi propia iniciativa.
De manera que si tiene algo más importante que hacer, permítame sugerirle, que lo atienda. Si continúa la lectura, o es que le sobra el tiempo, o, se trata de uno de esos locos incorregibles que se alimentan de esperanzas y buenas intenciones embuidas como morcillones entre revanadas de una vida cenial. Sea como fuere, si acaba aburriéndose como una marsopa, le hago enteramente responsable.
¡Qué! ¿Aún sigue por aquí?
¡De acuerdo! Sírvase pues en acompañarme al filtro donde quedaron los posos de: las intenciones arrinconadas.
Tal y como dije: “cuando empecé a escribir”, me apetecía remolonear entre tablas didácticas. Después, al ir abanzando en la descripción de cómo se han de mover ellos, me pedía el cuerpo, cambiar de ventana y así, igual que cuando utilizo mi medidor de distancias: mi tirachinas; apuntar, tirar y, sacudir, en pleno culo, a los diplomados ignorantes e informados pretenciosos. Todo cuanto puedo añadir de estos individuos es que no son responsables de su idiotez; es genético. Como el colesterol malo cuando lo genera nuestro propio cuerpo.
En cierta ocasión, mi admirado y malogrado profesor Antonio Vicente Mosquete; (El Mosquito), espuelado a preguntas por todos los que formábamos la clase de inglés, nos contestó con la siguiente:
“Chicos, al otro lado de esos muros, existe mucha vida que descubrir. Y, fuera de la O.N.C.E., también”.
Don Antonio, sabía como tonificar nuestras mentes inquietas. Con su elepé de los Shados bajo el brazo, adquirido en Londres recientemente, estaba jústamente delante de mi mesa. Cuando desistí de atraparme la lengua de entre los dientes, arriesgué a preguntar si querría dejarme el disco para devolvérselo al día siguiente. Lo que me contestó, marcaría sin duda gran parte de mi vida:
“Le tengo mucho cariño, te lo prestaré con una condición. Si me das tu palabra, Estévez, de afrontar tus miedos. No importa si no lo consigues siempre. Tú, siempre adelante”.
Hoy día, sigue siendo uno de mis grupos preferidos.
Ayer, como hoy, encuentro personas buenas y cavales que desinteresadamente o desde el ejercicio de su profesión, aportan sin medidas de contención, ingentes cantidades de energía en una constante lucha a favor de todos los que pasamos por querer seguir: ¡Siempre! ¡Adelante!.
Nota:
O.N.C.E.: (Organización Nacional De Ciegos Españoles.
Por otra parte,amigo mío, no he podido sustraerme a la tentación de pasearme por pasajes de mi propia vida que de un modo u otro, forjaron mi carácter. Para mi sufrida familia, demasiado impetuoso. Para mis amigos, unas cien palabras como: inconsciente, loco, mamón, capullo, ciego cabrón, etc,etc; ¡mejor, pararemos! ¿No?
Que Dios, me libre de mis enemigos, que, de mis amigos, ya me libraré yo.
Yo, soy yo y mis circunstancias. Si no cambio la segunda, no podré salvar la primera.
“Ortega Y Gasét”
Los condicionantes que impone una limitada movilidad, son, objetivamente hablando, recortes de la libertad exógena de las criaturas afectadas por: circunstancias. Salvar el: yo, puede llevar años o, toda una vida.
Dislumbrar un atisvo de esperanza en la reafirmación del ser, como individuo integrante activo y de pleno derecho de la condición humana, no será jamás, mérito exclusivo de la sociedad; como ente gloval y difuso. Ni, quienes militan en la discapacidad, podrán nunca conseguir ser exponentes válidos y vividenciales de una aceptable rentabilidad emocional, sociocultural y, económica; si se repliegan tras la fustración, fobias y complejos, ocultando u ocultándose, de las necesarias condiciones que firman una vida normalizada.
Tansolo, desde la concienciación de: la tribu social, (Todos), nos devemos al propósito de allanar los condicionantes que indigestan lo que debería ser una saludable e integradora realidad.
Así como las carreteras fueron construidas para facilitar que los vehículos rodasen con la devida comodidáz y premura, las personas humanas con discapacidad, precisan de medios técnicos y humanos para encarar mínimamente, La Vida. No son privilegios, son, un derecho; como la mismísima: Libertad.
No es cierto que haya tres cosas en la vida: salúd, dinero y amor. Dice muy poco de un pueblo, cuando se olvida de sus viejos, sus discapacitados y, su educación.
Salvo el hambre, no hay nada peor que la ignorancia.
Jamás, he pretendido espresarme en excátedra, únicamente reflexiono en voz alta.
Tesis de intenciones
En esta amplia recopilación de técnicas o, expresado de otro modo, aprender a comportarnos con naturalidad con personas humanas que padecen alguna disminución o supresión involuntaria de alguno de los canales de comunicación con el mundo; puede dar la impresión de centrarse en una única discapacidad; la de la ceguera. Sin embargo, para el analítico ojo del buen aprendiz de otra escala de valores, sabrá entresacar aquellas que pudieran ser usadas y perfeccionadas en apoyo de otras humanidades empíricamente limitadas.
Técnicas de movilidad
1.-Como recibir a una persona con discapacidad visual. Toma de contacto verbal y físico.
El espacio vital seguro y controlado por parte de los ciegos se limita a un escaso metro a su redonda. Inspirar confianza y manifiesta sensación de recursos humanos y técnicos, facilita enormemente una relación más fluida.
1-a
Asiendo por la muñeca.
Será éste un sencillo, eficaz y muy utilizado gesto de control por el que gestionaremos sin agobios e imprecisiones, encuentros habituales o eventuales en actividades cotidianas, de ocio o, profesionales.
Tomaremos suavemente, sin forzar, la muñeca del usuario de nuestra atención para a continuación, si es que el acto gestual no se a de prolongar en el tiempo, proceder al siguiente estadío.
1-b
Asiendo por la mano; (el saludo):
Sin llegar a soltar la muñeca, tomaremos con la mano libre la de la persona con discapacidad que no, discapacitado, con soltura y delicadeza pero igualmente, con firmeza; ofreciendo así seguridad y aplomo. Esto último, será determinante para obtener una buena ínter actuación mutua y predispone al sujeto favorablemente ante quien un minuto antes, era un completo desconocido.
No hemos de olvidar que las personas con ceguera, se sienten predispuestas, es natural, a la inicial desconfianza de todo aquello o, aquellos, de lo que carece de información exacta y puntual. La empatía con personas con discapacidad, en general, dependerá de nuestra capacidad de conectar con su espacio vital, el de los ciegos, su metro cuadrado. Amén, naturalmente, de matices psicológicos, es decir, su personalidad.
1-c
De mano a codo:
Hemos utilizado hasta ahora dos únicas técnicas de aproximación muy similares. Sin embargo, como somos muy buenos observadores, hemos ido consiguiendo diversa información que habrá de ser con seguridad, clave, en el consiguiente desarrollo práctico y dinámico de toda ínter actuación venidera. Todo se reduce en descubrir si se trata de una persona zurda o diestra.
Acercaremos su mano al codo previamente negociado, posicionándonos enseguida junto a su ubicación un paso por delante. Mantendremos el brazo relajado; (Ángulo de 90 grados, más o menos), evitando presiones innecesarias que puedan producir interpretaciones equívocas en el lenguaje corporal que, si se trata de ciegos hábiles, con soltura, acostumbrados a la correcta aplicación de las técnicas de movilidad, no habremos de tener ningún problema. Pero, si hablamos de personas con escasa autonomía y no gestionamos correctamente la referencia táctil, con entera seguridad que el mensaje transmitido será cuanto menos, de incomodidad. Y, lo que es peor, de obvia torpeza, favoreciendo la aparición del miedo, irritación y gran confusión orientativa de todo hijo de vecino con prerrogativa de: monumental cabreo.
Una cosa sería tratar a los ciegos como a personas con alguna clase de discapacidad y, otra muy diferente, el tomarlos por el pito el sereno. Quiere decirse que, en la dialéctica de toda criatura con o sin limitaciones:
¡Si no tienes ni puñetera idea, mejor, ni lo intentes!
2. El lenguaje corporal:
El más genuino y singular centro de interpretación conocido es nuestro propio cuerpo. Potenciar las vías de comunicación sensoriales y físicas, proporcionan un mayor disfrute de los retos personales, lo cual mejora y enriquece la ínter actuación en grupo.
Para “ciegos de pata negra”; (Resabiados, de gran intuición y mejor tacto), el cuerpo del guía, sea hombre o mujer, perro o pez, es sin lugar a dudas, como el telescopio para un astrónomo. Todos y cada uno de sus movimientos, son inmediatamente interpretados y resueltos sin vacilación ni temor. Con esta clase de personajes, cualquier actividad se presta trepidante y pletórica. Encadenarán imágenes mentales de profundo conocimiento del medio y sin demasiados datos, van a obtener una idea próxima a la realidad paisajística.
En contrapartida pues, no todo el monte es orégano, nos encontramos con: “Los ciegos de baja frecuencia”. Usando el mismo ejemplo del astrónomo, son, como señales de una lejísima nebulosa, pausadas, vacilantes e, inconcretas; es decir, todo un misterio y por ello, todo un reto. A ellos, les vamos a dedicar una muy especial atención.
Nos ponemos en marcha.
Andamos pausadamente.
Visualicemos junto a nosotros agarrado a uno de nuestros brazos al interrogante destinatario de todos y cada uno de nuestros movimientos.
No arquearemos una ceja sin calibrar antes el motivo, ni rascaremos el aire con la mirada sin antes medir sus consecuencias.
¿Qué? ¿A que parece una estupidez?
Cierto. ¡Lo es! Si estás dispuesto y, usted, también lo está a tomarse esto en serio, ¡Magnífico!
De otro modo:
¡Si no tienes ni puñetera idea, mejor, ni lo intentes!
La expresión “hablando por los codos” viene al uso de lo que a continuación vamos a referir en este apartado. Ya que precisamente con ellos, los codos, nos haremos entender sin utilizar palabra alguna. Pudiéndolos emplear como timones, frenos, indicadores, peligro, atrás, muy atrás, etc. Las piernas, también podremos tener ocasión de usarlas como informantes. Y a partir de aquí, todo vale. Todo aquello que siendo práctico aún pecando de poco ortodoxo, sea entendido como eficaz herramienta de trabajo.
2-a
Del codo como referencia y apoyo:
Se trata del típico-tópico de los actos gestuales que todo el mundo conoce por haberlo visto en alguna ocasión. Sin embargo, no todos, lo aplican correctamente. Ahora, veremos como:
Hemos ofrecido nuestro brazo y nos disponemos a comenzar a caminar. Plegaremos el antebrazo entorno a 90 grados. Con ello, evitamos presionar su mano contra el bíceps. Separaremos ligeramente el brazo del cuerpo. No se trata de cortar la circulación sanguínea de la mano a nadie, ni darle la oportunidad de calcular la talla de sujetador, sino que se encuentre cómodo.
2-b
Del codo al caminar:
Siempre que sea necesario variar nuestro movimiento; ante una escalera, bordillo de subida o bajada, etc, o, disminuimos levemente el paso hasta marcar con el pie la dificultad ostensiblemente acompasando verbalmente el acto, para, posteriormente, iniciar la marcha. O, haremos lo que en fútbol se conoce como “paradiña”; desaceleramos progresivamente, marcamos con inmediatez la dificultad sin necesidad de pararse ni de mencionarla, para continuar como si tal cosa.
2-c
Del codo como timón:
¡Es fantástico! ¡Lo estamos consiguiendo! Estamos llevando a una persona sin visión alguna agarrada a nuestro brazo. Todo va bien.
Por el momento, tan solo hemos caminado recto y girado cuando ha sido necesario sin incidentes de mención. Pero, mira por donde, comienzan las dificultades de verdad y, ahora, ¿Cómo resolvemos?
Aceras estrechísimas, alcorques, señales y toldos a la altura de la cabeza, motos y coches que invaden pasos para peatones, etc, etc. ¿Y por el monte? No será desde luego un camino plagado de pétalos de rosas.
No es imperativo legal actuar como elefante en cacharrería ni por el contrario, “deslizaaarnos” como pareja de baile de salón y todo, por evitar obstáculos de todo tipo.
Presionando el codo contra nuestro propio cuerpo, estaremos diciendo sin palabras: acércate a mí todo lo que puedas.
Cuanto mayor sea la dificultad a resolver, giraremos el codo para, incluso, acabar colocando al usuario en transversal a nuestra espalda para una vez resuelto el conflictivo momento, retornarmos con invertido gesto a su antigua posición. Esta técnica podría emplearse con dos personas al unísono, una en cada brazo, si estamos hablando de un guía preparado.
Por último, y este será más un acto reflejo del guía, ¡Ostras! Con lo que duele un golpe en la nariz y más, si no se espera; olvídate del pudor y cruza tu brazo por delante del pecho del ciego o ciega para, frenar inmediatamente su paso. O por despiste o, por súbita aparición de un contundente problema imposible de esquivar, es, lo único que se puede hacer. ¡Y reza! ¿Acaso no conoces El Lazarillo De Tormes?
3. Niveles de actuación:
Aún sonando ingrato, no basta la predisposición natural y espontánea de ayuda e intervención en trasladar o posicionar a quienes, quizás, lo precisen. Partimos del hecho de que no todo buen solidario está identificado con un correcto orden de intervención, eficaz y resolutivo plan de actuación. Es decir, puesto que no todo hijo de vecino tiene por que ser un consumado conocedor de técnicas en movilidad , seamos consecuentes y dejemos la buena fe y los altos valores morales o socioculturales para otro orden de cosas que poco o nada tienen que ver con la realidad práctica.
El concepto es tan sencillo como el de: aprender a ayudar.
3-a
Pié-rodilla; (Suelo complicado):
Esta expresión trata de reflejar brevemente las incidencias ocasionales que afectan al terreno. El firme, puede acusar irregularidades incómodas o drásticamente peligrosas. Así pues, ¡Levantando rodillas! Se interpretará como: ¡Atención! ¡Evita golpearte y tropezar!
3-b
Rodilla-cadera; (Dificultades a media altura):
Será el santo y seña de senderistas y montañeros. El usuario podrá resolver favorablemente la incidencia usando como escudo la mochila, volteándose y girando o escapando del perfil del obstáculo o, puede determinarse por usar su bastón o, la combinación de ambos recursos.
En la urbe, las dificultades de guante blanco, someten despiadadamente a peatones aventureros con el cosquilleo incesante e, irritante, de obstáculos imprevistos o muy complicados de evitar. Véase por ejemplo, los bolardos; conocidos con el premiado sobrenombre de: “rompe huevos” o, “mata ciegos”. Todo un admirable ejemplo de cómo se a de gestionar la accesibilidad.
3-c
Cadera-cabeza; (Protegiendo parte alta del cuerpo):
La función de los guías en esta ocasión, será de vital importancia en toda actividad; urbana o al aire libre. Hemos de anteponer la seguridad ante la diversión. Por consiguiente, la responsabilidad final ante cualquier clase de incidente que conlleve secuelas físicas o anímicas, independientemente de responsabilidades civiles, serán, de los guías.
Así pues, separemos el grano de la paja.
Bien, de acuerdo, que cualquiera puede ofrecerse en ayudar, sea metro, calle, autobús, cruce de peatones, etc; será el usuario de esa ayuda, quien resolverá favorablemente o no, su estimable colaboración desinteresada y con toda provabilidad, generosa. Ahora bien, si tratamos el asunto desde el ocio, hablamos de harina de otro costal.
Desarrollemos el concecto incidentes, con secuelas físicas o anímicas:
No se puede exijir a los guías aún siendo profesionales, ser voluntariosos, constantes y resolutivos,permanentemente, gestionando con pulcra y brillante efectividad e inmediatéz, las situaciones que vengan dadas, puesto que, partimos del echo objetivo de comprender que, somos humanos, y por tanto, imperfectos. Ahora bien, no podemos mostrarnos condescendientes ni, permisivos con los ayudantes descuidados y alegres despreocupados, cuando estamos hablando de salvaguardar a quien le toque en suerte, de sufrir la desidia inconsciente o escesos compulsivos en el celo de sus funciones. Al fin y al cavo, tratamos con personas enfermas de por vida o destinatáreas accidentales de un tremendo drama humano, osea, una putada del destino; consecuentemente, la sensibilidad emocional estará a flor de piel en muchos casos. Cierto es, que en ocasiones,el agriado carácter de algunos, no facilitan las cosas.
Eliminando de raíz la ñoñería y otras tantas tonterías imaginativas, hemos de ser muy conscientes del alcance o,consecuencias, de nuestras acciones sobre el terreno, así como las derivadas de un deprovable trato insensible y mezquino con personas que, sin comerlo ni beberlo, se ven abocados a una condición desfavorable que, irrevocablemente por lo general, les confiere la antipática etiqueta de: limitados.
La cualidad más destacada de un auxiliar en movilidad, (personas prestatarias de servicios como son los guías); es, la de motivar adecuadamente; ajustando compostura y conocimientos al perfil de la persona con discapacidad con la que se disponga a efectuar una actividad, bien lúdica o en un entorno doméstico o laboral. Si será fundamental su proceder que de ello va a depender en gran medida, la continuidad o abandono hdel discapacitado en futuras propuestas. Lo que supone a priori, un consumado esfuerzo en desactivar entusiasmos o por el contrario, contribuiría a mejorar e impulsar valores tan importantes como el amor propio, autocomplacenci (confianza en si mismo y en sus recursos), autosuficiencia y, otros.
Por otro lado, en lo relativo al pacto unilateral de no agresión entre discapacitados y el medio, no hemos de obiar el echo de admitir como habitual que no son pocos los que bajo el paraguas de la solidaridad, olvidan con cierta frecuencia que, NO todos, son ciegos clarividentes, cojos claqueteros y parapléjicos I. Jons. Súper Man, no se enteró de lo complicado que era trasladarse a ras de suelo hasta que dejó de volar para sentarse en una silla de ruedas. ¡Vamos! Que no todo el mundo con discapacidad o sin ella, es atleta.
No vamos a ponernos la venda antes del golpe, sino que en lo posible intentaremos evitarlo; y desde luego, tampoco se trata de llevar a la sillita la reina, a quienes precisen de nuestra asistencia; se entiende que hablamos de sujetos con movilidad suficiente. Naturalidad ante todo por favor.
Nota.
Al cargar las tintas en lo concerniente al proceder de algunos, no pretendo de ninguna manera manchar la figura del voluntario o del profesional, dedicados con entusiasmo y enorme calidad humana, al servicio encomiable de apollar a todo discapacitado que lo requiera. Sino matizar, denunciar y contribuir a expulsar, a quienes no buscan otra cosa que, la de ocupar un ratito de su vida aburrida o, la de colocarse medallas a costa de una intención altruista. Os aseguro que, haberlos, ailos. Almenos quien suscribe, los ha sufrido. Gracias a Dios, que son los menos. Pero, que daño hacen.
Técnicas en orientación.
Se estima en un 90% la información que recibimos a través de la vista. El resto de los sentidos han de ser por tanto más utilizados, potenciándolos mediante técnicas adecuadas al perfil de cada una de las personas cadentes de éste recurso.
Pueden trasladarse al micromundo perceptivo “visual” de los ciegos, los matices precisos y necesarios, mejorando así una más amplia intuición de los espacios y por tanto, del control sobre y entorno al medio.
A-
Ubicación y referencias posicionales:
Pareciéndose, no son dos conceptos idénticos.
Mientras que la ubicación viene dada por el punto tácticoy orientativo de un mapa; (emplazamiento, lugar, zona, etc), la referencia posicional, nos sitúa en el centro de actuación desde el que perfilaremos el control de nuestros movimientos presentes y futuros como el subjetivo echo de crearnos un mapa mental del entorno.
Así pues, si estamos ubicados en un mirador, el perfil paisajístico lo integraremos soportado a la esfera de un reloj; siendo el mirador, su centro.
B-
Enfoque:
Lo que en clases de movilidad para ciegos se denomina: escuchando los espacios.
Seamos escuetos como contundentes. Este enigmático concecto, lo vamos a explicar con dos brochazos:
“Quien mira, oye. Quien no ve, escucha”.
Quizás, nos encontremos, ante un residuo primario del instinto de supervivencia. Cuando en tiempos remotos, el oido, como el olfato, eran imprescindibles en entornos ostiles en los que, el primate cazador, precisaba de herramientas fundamentalmente intuitivas.
Hoy día, nadie discute que el cerebro humano, compensa la carencia de unos sentidos potenciando otros.Así, cuando el de la vista no se haya en el catálogo cerebral como válido registro de toma de información, temporal o definitivo, éste, compensará la carencia incentivando otras vías de actuación posibles, tanto en un orden físico como mental. Obviamente, sin un devido entrenamiento de las diversas percepciones y, su continuada reafirmación, los éxitos auditivos sensoriales, variarán de resultado.
Como curiosidad, bien podríamos mencionar algunos matices perceptivos peculiares muy sutiles que pasan por cotidianos en personas con ceguera, como son, las de identificar voces como colores e incluso, como números o, figuras geométricas; es decir, (visualizar energías).
Con la inmediatéz del rayo, quien no habrá envozado cuarto y mitad de sonrisa, pensando en el ciego-vidente. Que por cierto, igual viene de aquí, aquella meméz moderna de variar el sustantivo de: ciego. Por aquel otro de: invidente.
Si, -El Señor- usaba parábolas para explicarse, he aquí, un ejemplo práctico de lo que es enfocar; por TRATARSE DE UNA SITUACIÓN COMÚN:
Un corte súvito de corriente en la noche y, ¡Todos ciegos!
Todos, reconocemos nuestro hogar desde la agudeza de los recuerdos. Posicionarnos y toparnos con referencias no son un misterio en el mapa creado al uso en nuestra mente. Pero, la sola idea de lanzarnos en pos de una línea imaginaria por los espacios del hábitat casero, se escurre como baba de caracol entre los pliegues del miedo.
La agudeza auditiva es fundamental cuando se trata de caztar espacios y los elementos que en él se encuentran o, que por él, se mueven. Así, al aproximarnos la palma de la mano al rostro, no vamos a percivir tansolo su calor, sino también, su cercanía.
Esta técnica lectora de los entornos, añade inequívocamente, datos que enriquecen la visualización intuitiva y percectora de los ciegos. Mejorando notablemente la orientación, el reconocerse en una aceptable ubicación y una mayor sensación de autosuficiencia.
C-
Orientación selectiva:
Para el discapacitado sensorial, el término: orientación, no espresa necesariamente una correcta direccionalidad. Sino, la identificación absoluta e inequívoca, con el conocimiento previo y contrastado de un entorno. Por tanto, una óbtima orientación, será aquella que se da, cuando la realidad virtual contenida en la mente, corresponde exactamente con la realidad tangible.
Orientarnos entre los muy diferentes medios paisajísticos, requiere técnicas de marcación específicas. No es lo mismo, movernos entre el concierto incoerente del tráfico en la ciudad, pasadizos de multiaventura del metro o RENFE, atravesar plazas ativorradas de terrazas, etc, etc, que desplazarnos a través de montes y veredas. Entre otras razones, porque siempre puedes preguntar para salir de un apuro. En medio de la nada; como es una montaña, ya nos podemos imaginar.
Que los ciegos, en grupo o en solitario, nos aventuremos por esos caminos de Dios, es una grandísima aberración para muchos.Cierto, que sin la ayuda de losguías; (Los b-2), es, por lo general,absolutamente imposible semejante proeza. Pero, pongamos algunas castañas en la lumbre; y es que, a veces, SÍ, es posible conseguir una muy gratificante dosis de libertad de movimientos sin por ello, desmallarnos en brazos de la dependencia.
C-1
Elección de la demarcación geográfica a explorar. Las limitaciones de las diferentes discapacidades, vendrán sancionadas por la orografía.
C-2
Exhaustivo estudio de la direccionalidad de la vía:
Su localización. Kilómetros a recorrer. Donde finaliza.
C-3
Conseguir por diversos medios la información necesaria para obtener un aceptable plano mental topográfico de todo el trayecto; desde la salida, hasta la llegada. Es decir, hacer uso de libros de la zona, internét, oficinas de turismo, gentes cercanas al lugar, etc. Y despues, memorizar y visualizar todas las referencias recopiladas.
C-4
Realizar antes,una exploración preventiva con alguien no discapacitado. O almenos, de cuya aportación visual podamos fiarnos.
C-5
Distribuir valizas sonoras en los puntos más conflictivos; si la economía lo permite. Otro recurso sería utilizar materiales que se hayen cercanos al lugar en discordia; aunque estos, suelen ser poco fiables: alguien pasa y lo quita, por ejemplo. Naturalmente, esta acción pasa por el echo de tener la posibilidad de repetir la ruta cuantas veces consideremos oportuno y no, como algo eventual.
C-6
Mantener siempre la misma estrategia posicional y direccional; inventar puede ser peligroso. Es decir, es muy arriesgado variar de un lado a otro de un carril; nunca, es lo suficientemente seguro. Las condiciones referenciales pueden haberse visto modificadas en cuestión de horas, cuanto más, en meses o años. En este punto, solo el manejo de un perro guía, nos facilitará con enteras garantías de éxito, el movernos de lado a lado de un camino.
C-7
El usuario de perro guía a de tener presente que su amigo es sumamente fiable pero no, infalible. Hemos de ser conscientes que somos nosotros quienes hemos de controlar la orientación. El, tansolo dirige; y, no es poco.
C-8
Quienes para desplazarse manejan únicamente el bastón, lo adecuado sería acompasar el convencional de movilidad y uno de uso deportivo; los denominados: de apollo.
Es conveniente disponer de almenos otros dos de reserva, tanto del reseñado bastón blanco como el de trekking.
Soporte técnico de herramientas convencionales y otros.
En términos generales, los efectos de toda discapacidad motora, sensorial e intelectual, son aliviados cuando se hace uso de los adecuados recursos logísticos que, en sí mismos, no son sino la prolongación del propio usuario. Así por ejemplo, el material deportivo usado por las personas con alguna limitación sea cual fuere, no tiene por que diferir del habitual por el resto de practicantes. Naturalmente, hablamos, del material convencional. Como mochila, gorra, botas y otros.
En el castillo de: Irás y No volverás,(la discapacidad), impone a menudo un tuneado de ese material técnico a favor de una mejor adactavilidad a los diversos entornos deportivos o de ocio. Como importantes referentes podríamos señalar:
La joelette: diseñada para el transporte de quienes no pueden caminar. Las barras unidireccionales y de expedición: empleadas para guiar a ciegos en la práctica del senderismo o marchas de media montaña. Etc, etc.
Trabajo con barra.
Construcción de una barra:
El trabesaño unidireccional debe ser preferentemente de madera maciza pero ligera. De origen natural y resistente; (no aglomerados). Pulida y barnizada. De bordes redondeados. A de tener 3 metros de largo por 3 cm. De diámetro.
La barra direccional, también conocida con el nombbre: de expedición; se construlle a partir de materiales ligeros como el pvc o el aluminio; forrados de caucho se reduce notablemente las espurias de energía estática ante la aparición, por ejemplo, de focos tormentosos muy en particular, en comarcas secas. Son tres tubos huecos ensamblados por pasadores que permitan introducir un tramo en el otro cuando sea necesario comprimir distancias; así, como el de mantener la rigidez (no bibraciones ni oscilaciones), entre los estremos.
Toda barra a de ser revestida en sus límites y en zona 0 (Su centro), con lo que evitaremos en buena medida, rozaduras y ampollas en las manos de los guías; (Los b-2), independientemente del uso de guantes. El encintado del punto 0, marcará el lugar de referencia y apollo donde se debe de situar el discapacitado sensorial; (El b-1).
Demarcación vital de seguridad:
Es el dibujado entre los b-2, el propio listón y, el bastón de apollo del usuario ciego.
Ajustes en la marcha del perímetro asegurado:
Iremos variando de posición el listón, es decir, de izquierda a derecha e inversa, cuando nos encontremos próximos a una zona conflictiva; Mediando a manera de escudo entre el peligro y nuestro b-1: una carretera, una zanja, un barranco, etc. Antes de realizar el cambio de una mano a la otra, pararemos, lo comunicamos y, damos indicación de inclinar la cabeza al b-1 hasta que hayamos procedido a levantar la barra e ir a atraparla con la contra. Será entonces y, solo entonces, cuando notificaremos al usuario de la barra que puede volver a levantar la cabeza.
Ritmo de la marcha:
Hemos de adecuar el paso en todo momento al que el b-1 manifieste a tenor de su movilidad. Cuando la marcha es demasiado rápida o, si aparece indicios de cansancio agotador, el guiado nos lo dará a conocer sin palabras; soportará su peso sobre el punto 0 ostensiblemente, será este, el instante de frenar y ralentizar hasta conseguir la obtimización de su esfuerzo. Si hiciéramos caso omiso a la demanda del ciego-a de ir más despacio o, si incrementamos el ritmo de improviso, corremos el riesgo de acabar con el b-1 por los suelos o provocarle lesiones articulares.
Damos por echo que hablamos de acciones no deportivas en el más estricto sentido de la palabra.
Descansando la barra:
Es posible que más de uno desearía abandonar su barra con el ciego o ciega pegados a ella pero, seamos misericordes. Además de hacer honor al manual de la buena conducta, la técnica es la que sigue: previo aviso de parada, los guías negociarán quien recoge la barra y quien, al b-1. En todo momento, estaremos con el usuario. Nos trasladaremos con él. Y nunca, nos alejamos sin advertirlo antes.
Una persona con discapacidad sensorial, precisa de referencias. Podríamos incurrir en generar sensaciones de aturdimiento o abandono.
Técnicas del manejo de las barras unidireccional y de expedición.
Enfrentamiento con suelo en ascenso:
Emprender una suvida escalonada o en línea, requiere en primer lugar que adecuemos el bastón a la altura adecuada. En este caso, el mango a la boca del estómago jugando hasta cuatro centímetros por debajo, será la referencia. Con ello imprimiremos un empuje más efectivo aunque en contra partida, el b-1, pierde capacidad de reacción ante huecos imprevistos. Así mismo, su espacio seguro se reduce. Si el tránsito por el terreno nos aproxima a zonas de riesgo como por ejemplo, cuando se produce un estrechamiento del camino e importantes desniveles laterales, lo preferible será, ajustar el bastón a una buena altura primando así la seguridad a la comodidad. Hemos de tener en consideración que el bastón de apollo además de cumplir con su indudable función, de igual manera, es usado por quienes cadecen de visión suficiente para al ir desplazándose, vigilar su entorno más inmediato.
Si el terreno despliega considerables matices pedregosos u oscilaciones onduladas, raices , ramas rotas y dispersas, manojos de matorral, etc, la frase común será: ¡Levantando rodillas!
Si ascendemos en línea; (suelo llano sin enfrentamientos de mención), pero en el que se dan cúmulos arenosos y de grabilla, la señal será:
¡Pié firme!
Aquí los guías, deven de intentar ir localizando, normalmente por los laterales del camino, perfiles con mayor agarre. Serpenteando entre los límites del carril cuando sea preciso. E incluso, realizando la bajada de lado alternando piernas.
Enfrentamiento con suelo en descenso:
Ahora, deveríamos de dar altura suficiente a nuestro bastón, almenos unos cuatro centímetros por encima de la boca del estómago. Con ello, el personaje con ceguera, antes de arriesgar el paso, leerá los matices referenciales del suelo, anticipándose a sorpresas incómodas.
Si se trata de un descenso escalonado, la consigna será: ¡Bajando escalones!
Tratándose de desniveles escalonados de importancia que no se pueden salvar con un paso seguro, la técnica será:
El b-2 en cabeza, reducirá ostensiblemente la marcha para a continuación, él en solitario, sin soltar la barra, se desplazará hasta el perfil inferior del corte para posteriormente, girándose 180 grados quedará enfrentado al b-1. La barra se irá moviendo poco a poco hasta comprimir al ciego entre los b-2. Dependiendo del conflizto a salvar según sus características, es decir, si caida libre de un metro o más, si bajada inclinadísima, etc, los guías deven proporcionar toda la información hútil y exhaustiva como localización de puntos de apollo.
Travesías por desfiladeros con curvas muy cerradas:
En estas rutas la barra más eficaz será la de expedición sin duda alguna, Pero veamos como salir airosos usando la unidireccional:
Visualicemos un tramo en curva muy cerrada. El espacio en el que se mueve la barra es muy comprimido; (muy estrecho), el suelo se presenta abruzto bordeado de vegetación muy frondosa y nos cercan paredes rocosas que impiden efectuar gestos y giros cómodos. Si atacamos la dificultad frontalmente, nos vamos a atascar seguro. El guía principal tras comunicar al usuario sensorial que vaya deslizando su mano por el listón hasta tocar su espalda o, su mochila, va extrayendo la barra hacia delante y arriva. El guía de atrás, se ha ido mientras tanto, acercando cautelosamente a la espalda del b-1; colocando una mano sobre su hombro, le infundirá seguridad. El ciego, a quedado muy eficazmente protegido. Van girando-van girando-van girando. Resuelta la dificultad, recomponen la barra según su origen.
Movimiento en péndulo:
En ocasiones, el b-2-1; (guía en cabeza), puede tener dificultades de giro aún a pesar de existir espacio suficiente para comprender el total longitudinal de la barra. Ante esta peculiar situación, el b-2-2; (guía trasero), podrá ir moviendo el listón barriendo con ello al ciego, hasta situarlo en posición adecuado para reiniciar la marcha. En esta aplicación, el guía de adelante, permanece prácticamente estático.
Los b-2:
La imagen de dos personas trasladando a ciegos por esos caminos, es sin duda, de una estética plástica realmente sugerente, no exenta de connotaciones emocionales donde la sorpresa y la admiración, sobresalen desde el franco interés de quien se haya dislumbrando algo curioso.Para un profano, puede parecer una acción de connotaciones imposibles para la que prepararse, para lo cuál, tendría que someterse a drásticas y durísimas pruebas físicas y éticas. Nada más alejado de la realidad. La barra, puede perfectamente ser utilizada hasta por niños.Y me estoy refiriendo a niños de 8 años, no tansolo de 16.
Si nos hubiéramos de centrar en eventos deportivos, desde luego que una buena preparación física sería de agradecer. Sin embargo, desde la generalidad del echo en si, la preparación de un guía de barra para ciegos, conlleva en realidad, poseer actitudes de carácter emocional; es decir, un buen b-2,no tiene por que ser un atleta, le vasta con la disposición de querer aprender y, practicar con razonable efectividad los conocimientos adquiridos.
Los guías, no son entes independientes sino dos piezas de idéntica transcendencia. Se complementan y se asisten mutuamente a favor del conjunto.
Mientras que el de encabeza dirige, el de atrás, ratifica:
-Dirigir-:
El b-2-1, etermina el como, cuando y por donde se camina. El b-2-2, nunca contraviene salvo, por razones logísticas y siempre, previa consulta.
-Lectura del terreno, el entorno y, marcación de zonas aéreas -:
El guía en cabeza a de ser consciente que por donde él pisa, pisará el b-1; por tanto, su interpretación de los diversos matices del suelo u obstáculos elevados, es primordial. El guía de atrás, habrá de mantener en lo posible la línea paralela del listón entre él y su homólogo, si bien, o porque al primero se le pasó por alto una incidencia peligrosa o, para corregir inestabilidades en la barra,podrá “bailar” ligeramente el palo con intención de favorecer al b-1, aportando de esta manera, más estabilidad al grupo.
-Coordinación entre guías-:
El cambiar de mano la barra. Asegurar con firmeza la estabilidad del listón ante la posible pérdida de la verticalidad del b-1, al paso por tramos muy conflictibos. Seguimiento compartido y vigilante del viajero del punto 0, en particular cuando se le van dando indicaciones como: agacharse, inclinarse, estirarse, incorporarse, etc. Mantener y preservar la demarcación de seguridad. Posicionar correctamente la barra y a su usuário en ella; tanto en el inicio de la marcha como cuando esta finaliza. Adecuar el paso a las necesidades de movilidad que exprese verbalmente o gestualmente el personaje con discapacidad; como: más aprisa,más despacio o, parar.
-Uso del lenguaje descriptivo-:
Mirád ahí en medio. ¿Qué veis? Por lo que parece, esa criatura tiene ojos, aunque no puede ver dos en un burro, pero, también, tiene orejas, luego entonces; ¡Eureka!, puede ¿oir?.
El lenguaje descriptivo es por lo general demandado por ciegos cuando en particular, atraviesan espacios paisajísticos interesantes dignos de incorporarlos a la memoria selectiva del nebuloso mapa de las sensaciones. Los b-2, son herramientas interpretativas por las que acceder a un más exhaustivo conocimiento de los diversos entornos, enriqueciendo con mucho, la idea que un ciego puede alcanzar de su más inmediata posición. He incluso, de todo un territorio hasta el mismísimo horizonte. En una palabra, es, más divertido.
Describir espacios ocupados o en blanco, no resulta complicado. Por lo general, lo más fácil, es lo más sencillo.esto es, no adornemos con el nombre propio cada chinita del camino, ni tampoco es imperioso rastrear a todos los habitantes de un bosque, insectos incluidos. Con una inicial adjetivación,debería de bastar. Salvo, si se nos demanda una más completa información; ejemplo:
“Esa colina matizada de una verde capa y salpicada de árboles”
“Calculando a razón de 3 metros que tiene un piso de altura por término medio, ese barranco debe de tener unos xxx de profundidad; equivalente a una torre de 80 pisos de altura”
“Junto al cauce del río hay huellas de diferentes tamaños”
“Paisaje del sotobosque”
Etc. Etc. Etc.
FIN; por el momento.
SEGUIRÁ
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